“Siento que el teatro me sanó”: dramaturga Leyla Selman abre temporada 2023 de Féminas Sinfónicas

Con energía renovada comenzó la temporada 2023 del programa radial Féminas Sinfónicas con la voz de la fagotista y conductora Marcela Ibáñez, desde el set en el Teatro UdeC. El primer capítulo de este año, superando los 160 episodios y cuatro años al aire, contó con la presencia de la actriz Leyla Selman.

La destacada escritora y dramaturga, ganadora del Premio Regional de Arte y Cultura en la categoría Artes Escénicas 2022, abrió la conversación con sus primeros pasos en el género con una revelación personal que puede servir para guiar a otros. “Entré a estudiar Ingeniería Forestal, dando tumbos y aparte de la botánica, no entendía nada, sobre todo, Química. Luego, entré a estudiar Derecho por 2 años y medio, pero aún seguía siendo tremendamente inmadura”, detalla. 

En un momento decidió estudiar Danza, pero no pudo optar a una beca completa, por lo que decidió ingresar a Teatro, en Santiago. “Siempre fui un bicho raro y cuando entré a teatro fue como llegar a un zoológico donde yo pertenecía. Me fui enamorando del teatro de a poco, no fue de inmediato, sino que me costó”, recuerda sobre este mundo que ahora considera fascinante y hermoso.

Durante la conversación también se refiere acerca de la incertidumbre que viven los artistas en general, en diferentes ámbitos, incluida lo económico. “Cada universidad debería tener su teatro y orquesta estable porque todo se potencia”, enfatiza la actriz. “Significa mejorar la calidad de vida de todos, te sensibiliza, humaniza y abre el mundo, pues lo conoce a través de las diferentes expresiones de arte”, determina.

Tras la pausa musical, Leyla Selman detalló también sus comienzos en la dramaturgia y sus primeros pasos en la escritura teatral. “Me enamoré de inmediato porque tenía la posibilidad de ver cómo mis actores decían mis textos, eso me voló la cabeza, empecé a escribir y no he detenido”, menciona sobre sus 46 obras de teatro.

“Escribir es como embarazarse y dar a luz a un hijo”, ejemplifica el desenlace de cada uno de sus procesos y creaciones. En la primera etapa notó que el tema del abandono era una fuerte influencia y la posibilidad de dar voz al que no la tiene. Por ello, dedicó sus obras a los detenidos desaparecidos, “no se puede avanzar si hay algo tan oscuro de la que nadie se quiere hacer cargo”, define.

Posteriormente, entró en una etapa autobiográfica. “Siento que el teatro me sanó”, aunque fue más incrédula, reconoce el efecto y las herramientas que necesitaba para continuar. 

Actualmente, está en una tercera etapa de la cual no muchos hablan, tras la derrota del Apruebo.