Crédito: Archivo
El mes de marzo trae consigo no solo el inicio de actividades tras el verano, sino también la conmemoración del Día Mundial del Agua el 22 de marzo. Esta efeméride cobra especial relevancia en un contexto de crisis hídrica que afecta a muchas partes del mundo, incluido Chile.
Marzo es un mes especial. Comúnmente lo asociamos el re-inicio de las actividades que dejamos de lado durante el verano y las vacaciones. También, es un mes cargado de responsabilidades, como el inicio del año académico. Pero para todos debiera tener un cariz especial, puesto que el 22 de marzo se conmemora el Día Mundial del Agua, una efeméride que debería tener mucha más visibilidad en nuestro país, especialmente pensando en el contexto de crisis hídrica que afecta a gran parte del territorio nacional.
Debemos reconocer la importancia del agua, cuya disponibilidad – en cantidad y calidad- muchas veces ‘damos por sentada’, especialmente en zonas urbanas, lo cual ciertamente dista de ser algo real para muchas localidades del país y del mundo. De hecho, hace unos días se informó cómo una de las mayores ciudades del mundo, Ciudad de México, podría encontrarse a solo unos meses de quedarse sin agua para consumo humano. Probablemente esta noticia – como muchas otras similares- pasó algo desapercibida en nuestro país, pero, al contrario, debieran ser un llamado de atención para situaciones que prontamente podríamos estar enfrentando en diversas zonas de Chile.
Este año la Organización de las Naciones Unidas consideró como lema para celebrar el Día Mundial del Agua la frase “Agua para la Paz“. En lo simple del concepto radica justamente su fuerza e importancia dado que, siendo un recurso esencial, pero muchas veces escaso, es difícil concebir la posibilidad de tener una sociedad en paz cuando el agua escasea, o cuando su gestión se ve dificultada por no existir un adecuado conocimiento de su estado y disponibilidad.
En dicho contexto, resulta de interés comentar que el Organismo Internacional de Energía Atómica (IAEA), tiene como lema la frase “Átomos para la Paz y el Desarrollo”. Esta es una interesante coincidencia. De hecho, existe una sección de Hidrología Isotópica en el IAEA. Los isótopos son átomos de un mismo elemento que tienen diferente masa o peso, dada una diferente cantidad de neutrones en el núcleo. En particular el agua está compuesta por H y O (hidrógeno y oxígeno, respectivamente), elementos para los cuales existen en forma natural diversos isótopos. Así entonces, el caracterizar la composición del agua en términos isotópicos se vuelve una simple pero robusta herramienta para realizar estudios hidrológicos. Por ejemplo, se puede identificar el origen local o remoto de un cuerpo de agua subterránea, o estudiar procesos de interacción entre aguas superficiales y subterráneas, entre otras diversas posibilidades. En resumen, generar información para la gestión hídrica.
Marzo es un mes que nos invita a reflexionar sobre la importancia del agua en nuestras vidas y su valor para el desarrollo sustentable. Este elemento es fundamental para la estabilidad y la paz, por ello la invitación es a aunar esfuerzos y aportar, desde las diferentes áreas del conocimiento, en pos de la seguridad hídrica.
Columnista
Ricardo Oyarzún L.
Investigador Adjunto del Centro de Recursos Hídricos para la Agricultura y la Minería (CRHIAM)
Investigador Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (CEAZA)
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