“Un canal cultural es lo mínimo que debiéramos tener si queremos tomarnos en serio la divulgación científica”
Crédito: Documental Atacamex
Desde Coliumo, en medio de las clases y reuniones por videoconferencia, el Dr. Ulloa señala estar sorprendido por la recepción que ha tenido Atacamex, explorando lo desconocido, que en su primera semana en Onda Media tuvo más de dos mil 500 visitas.
No han sido días fáciles para la ciencia. La pandemia ha obligado a abandonar los laboratorios, suspender trabajos en terreno y otras actividades imposibles de llevar a cabo por efecto del confinamiento.
Esto ha sido particularmente notorio en el área oceanográfica. “La parte experimental y observacional ha sufrido los impactos de la pandemia y esos impactos van a durar largo tiempo. Todavía es difícil de dimensionar cuán grande va a ser. Muchas de las expediciones de este año han sido canceladas a nivel internacional y también en Chile”, dice el director del Instituto Milenio en Oceanografía (IMO), Osvaldo Ulloa Quijada.
El Dr. Ulloa lideró, en enero de 2018, el equipo de investigadores nacionales que marcaron un hito para las ciencias del mar en Chile, al llegar al punto más profundo de nuestro océano -8 mil metros 81 centímetros- en la Fosa de Atacama.
La hazaña fue registrada en el documental “Atacamex, explorando lo desconocido” que en junio fue ingresado a Onda Media, la plataforma audiovisual del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.
Desde Coliumo, en medio de las clases y reuniones por videoconferencia, el docente de la Facultad de Ciencias Naturales y Oceanográficas de la UdeC señala estar sorprendido por la recepción que ha tenido este trabajo, que en su primera semana tuvo más de dos mil 500 visitas. “Y aún estamos en el número uno de los documentales más vistos en Onda Media”.
La pieza audiovisual que dirigió Julián Rossenblat fue estrenada en 2019 en el marco de centenario de la Universidad de Concepción y, a partir de allí, seguiría un itinerario por colegios de todo Chile.
“Las circunstancias nos obligaron a cambiar de foco y ahora está en esta plataforma. Consumir cultura a través de estas plataformas como lo estamos haciendo por la pandemia era algo inesperado, pero eso está permitiendo que se conozca nuestro trabajo”, expresa.
“Estamos súper satisfechos de que la sociedad conozca la labor de los científicos de una manera entretenida y profesional, porque finalmente es la sociedad la que nos paga como científicos, la que paga nuestros proyectos, a través de los impuestos, y la sociedad de alguna manera tiene que saber en qué se está utilizando esos recursos”, asegura.
El biólogo marino (UdeC) y doctor en Oceanografía (Universidad de Dalhausie, Canadá) comenta que este documental tiene un componente épico y de emoción que espera sirva para entusiasmar a los jóvenes en la investigación del océano profundo, un área donde hay mucho por conocer en el país.
“Lo particular de este documental es que muestra el quehacer de los científicos más que los resultados de la expedición propiamente tal; muestra el hacer ciencia que, creo, en general no se encuentra mucho en los documentales, que van más a los ambientes o animales espectaculares (…). En nuestro documental se ve el desafío que significa tener un objetivo y planificar una expedición, los problemas que surgen, la emoción, la angustia, el nerviosismo. Eso tiene un fuerte componente humano”.
Este documental y otras tantas iniciativas de acercamiento a la sociedad impulsadas desde IMO, reflejan el compromiso de este centro con la difusión de la ciencia, un área en la que, opinión del Dr. Ulloa, aún falta mucho por hacer en el país. “Ni siquiera tenemos un canal cultural, es lo mínimo que debiéramos tener si realmente queremos tomarnos en serio la divulgación de la ciencia”.
El investigador considera que es necesario profesionalizar a los científicos para esta tarea. “Los científicos no estamos preparados para hacer difusión, las generaciones jóvenes se están entusiasmando con eso y nosotros esperamos que muchos de los que trabajan o estudian con nosotros deriven en la difusión y lo hagan en forma profesional, que se entrenen para eso, porque no es fácil. Uno puede tener muchas ganas de hacerlo y de comunicar; pero si no lo haces bien, el mensaje no va a llegar a la gente. Y esa es una de las virtudes que ha tenido el documental: trabajamos con gente altamente profesional y con experiencia en divulgación de la ciencia”.
Al hablar de la experiencia de Atacamex, el nombre de la expedición a la Fosa de Atacama, Ulloa es enfático que para alcanzar grandes objetivos la cooperación es imprescindible. “La única manera de lograrlo es trabajando en conjunto, si no lo hubiéramos hecho así no lo hubiéramos logrado”, afirma.
“En general, en ciencia estamos más bien acostumbrados a trabajar de forma individual, en proyectos individuales”, dice, reconociendo que la pandemia ha cambiado en algo esta perspectiva, mostrando el espíritu colaborativo de los investigadores.
Osvaldo Ulloa menciona que en algún momento se criticó a los científicos por gastar muchos recursos en equipamientos; pero sino hubiera estado esta dotación de equipos y la voluntad de los investigadores a colaborar en el contexto de la esta pandemia “el número de test sería muy bajo”, observa.
“Ha habido una disposición de los científicos desde muchas áreas, no solo la gente de virología o medicina, a colaborar, a poner todos los equipos al servicio del país; hay gente haciendo modelamiento y muchas cosas más. Esto ha demostrado que el sistema chileno tiene una capacidad que no existe en otros países o que si la tenían no han sabido articularse. Estoy orgulloso de mis colegas y de lo que se ha hecho en ese aspecto”, expresa.
Volviendo a la Fosa de Atacama, el investigador adelanta que en los próximos meses comenzarán a aparecer las publicaciones relacionadas con la expedición y que están preparando una nueva visita al lugar, para el segundo semestre de 2021, con el objetivo de establecer instrumentación en el fondo oceánico de manera de contar con observaciones en el tiempo.
“Una expedición puede contestar muchas preguntas, pero muchas de ellas requieren observaciones sostenidas en el tiempo, de la menos un par de años”, explica, a la vez que cuenta que han hecho una alianza con investigadores del área de geología y geofísica submarina que están interesados en establecer instrumental para estudios relacionados con grandes terremotos.
“Son nuevas metas; no es fácil, no es barato y requiere de tecnologías nuevas, tiene riesgos; pero esos son los desafíos de la ciencia”, puntualiza.
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