Investigadores redescubren a la rana de pecho espinoso de Malleco luego de 130 años sin ser avistada
Crédito: Alsodes vittatus, ejmplar juvenil
El académico de la UdeC, Claudio Correa, viene trabajando desde hace más de una década en la búsqueda de algunos de los batracios perdidos de Philippi, específicamente los Alsodes, que son un género propio de Chile y Argentina
El académico de la Facultad de Ciencias Naturales y Oceanográficas de la UdeC, Dr. Claudio Correa Quezada, y el ingeniero en Recursos Naturales Renovables, Edvin Riveros Riffo, son los protagonistas del redescubrimiento de Alsodes vittatus, cuyo primer y único avistamiento fue registrado hace 130 años.
Esta especie, llamada rana de pecho espinoso de Malleco, se caracteriza por una línea amarilla que recorre su columna y que le da su nombre (vittatus significa “que lleva una banda o raya”).
Fue descubierta y colectada en 1893 por el entomólogo francés Philibert Germain en la Hacienda San Ignacio de Pemehue, en la Provincia de Malleco, Región de la Araucanía, según cuenta el Dr. Correa, quien es especialista en diversidad y evolución de anfibios.
El investigador del Laboratorio de Sistemática y Conservación de Herpetozoos (SyCoH) señala que junto con buscar sus insectos, en esa visita Germain también recolectó otros animales, como tres especímenes de estas ranas que posteriormente entregó a Rodulfo Amando Philippi, naturalista alemán avecindado en Chile y Director del Museo de Historia Natural por 44 años hasta 1897.
Philippi dio cuenta de la existencia de la nueva especie en 1902, año de la publicación de su Suplemento a los batraquios descritos en la historia física y política de Chile de Claudio Gay, libro de referencia obligada en la herpetología chilena.
En su descripción, el naturalista alemán sitúa su hábitat en la Araucanía, dejando constancia de que los ejemplares fueron traídos desde la antigua hacienda San Ignacio de Pemehue.
Esa fue la primera vez que esta anfibio apareció en la literatura científica y el único vestigio de su existencia, pero sin su imagen. Cuando el científico terminó su suplemento tenía 93 años y por la premura de publicarlo no incluyó las ilustraciones que él mismo hizo. Estas fueron encontradas después de su muerte y fueron parte de un análisis crítico del texto de Philippi realizado en 1958 por José Miguel Cei.
En taxonomía existen los conceptos de localidad tipo para designar el lugar donde se encuentra una especie por primera vez y espécimen tipo al o los individuos que se usan para su descripción. La vaga referencia de la localidad tipo dejada por Philippi, según Correa, es una de las razones de que este anfibio estuviera perdido por tantos años. Además, la antigua hacienda San Ignacio de Pemehue era enorme, abarcando gran parte de la zona andina norte de la actual Región de La Araucanía.
Batracios perdidos
El académico viene trabajando desde hace más de una década en la búsqueda de algunos de los batracios perdidos de Philippi, específicamente los Alsodes, que son un género propio de Chile y Argentina. De ahí el interés por conocer su estado actual.
Hace unos años, con los datos de la ubicación de la hacienda San Ignacio, fue al lugar, sin resultados; pero el objetivo revivió cuando Edvin Riveros-Riffo lo invitó a participar en su tesis de magíster en Biodiversidad y Conservación (Universidad de Valparaíso) como codirector de su investigación.
Edvin había encontrado una población de Alsodes en un lugar poco estudiado y como parte de la investigación de esa tesis pudieron explorar otros sitios de la cordillera en la Región de la Araucanía, aprovechando también de seguir el rastro de la rana de pecho espinoso de Malleco.
Para llegar al anfibio, el Dr. Correa revisó información científica y otros documentos para reconstruir el trayecto que siguió Germain en el lugar donde el animal fue visto por primera vez hace 130 años.
“El problema fue que siempre se buscó por el lado de la entrada de la hacienda, camino a las termas de Pemehue”, comenta Correa. Con los registros del viaje de Germain, lograron situar el área donde habría encontrado a la rana de Malleco, llegando por el lado opuesto a la entrada.
Y la encontraron.
En una breve excursión nocturna dieron con el anfibio desaparecido hace más de un siglo: hasta ahora son dos poblaciones situadas en las cabeceras de las cuencas de los ríos Lolco y Portales.
“En las pocas horas que estuvimos ahí vimos que es una población con muchos individuos; hay que pensar que estos animales están muy ligados al agua y siguiendo el curso del arroyo vimos muchos renacuajos y varios adultos”, indica el investigador.
Allí estaban los sapos con su espalda rayada, pero también había otros sin la línea característica mencionada por Philippi. Los estudios de ADN realizados por ambos investigadores en individuos colectados indican que se trata de la misma población que, al igual como ocurre en otros animales, presenta polimorfismo; es decir, hay morfologías diferentes dentro de la misma especie.
Este es uno de los hallazgos importantes de este redescubrimiento de Alsodes vittatus.
A diferencia de lo que se puede pensar en una época marcada por la pérdida de biodiversidad, el Dr. Correa postula que no es extraño dar con especies que han estado desaparecidas por mucho tiempo.
Más exploración
Él mismo, hace tres años, junto con investigador autodidacta Jakob von Tschirnhaus, estuvo detrás del hallazgo de Tematobius halli, otra especie perdida que no se había visto en más de 80 años.
A juicio del especialista, en nuestro país hay muchos lugares que no han sido explorados porque no es fácil llegar a ellos en vehículo, o bien están en manos de privados o en zonas protegidas, donde la exploración se dificulta.
“Yo creo que si hiciéramos una exploración profunda de la cordillera encontraríamos más poblaciones de especies conocidas e incluso especies nuevas. En este caso fue falta de información que guiara la exploración. Lo que hicimos fue buscar los datos y la información de un lugar que no estaba bien descrito y lo encontramos”, aseveró.
La reaparición de la rana de pecho espinoso de Malleco abre nuevas perspectivas en torno al género Alsodes en Chile, por el descubrimiento de varias poblaciones nuevas -algunas cercanas al límite con Argentina- de linajes distintos que podrían cambiar lo que se conoce hasta hoy sobre la diversidad de estos anfibios. Este nuevo escenario es uno de los resultados principales del trabajo de magíster de Edvin Riveros.
Lo curioso de esta historia es que uno de los tres especímenes tipo de Alsodes vittatus se encuentra en la UdeC, en un frasco con el rótulo de Cystignathus vittatus, el nombre orginal que Philippi dio a la especie, y que ha sido inspiración para muchos investigadores en anfibios, como es el caso del Dr. Correa.
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