Desconectar para Reconectar: La importancia de liberar el estrés acumulado durante el año en vacaciones
Crédito: Esteban Paredes Drake, DirCom UdeC.
Al igual como debiera ocurrir en el periodo laboral, en vacaciones es importante poner en práctica medidas de autocuidado que ayuden a nuestro bienestar y que permitan, en primer término, desconectarse del trabajo.
Aunque la vacaciones nos liberan de nuestras obligaciones laborales, en algunas personas esa desconexión no se da de forma automática. Muchas veces ocurre que el estrés acumulado durante el año demora en abandonarnos y alarga la transición hacia el descanso.
La psicóloga de la Unidad de Apoyo Psicosocial al Personal Universitario (Uappu) de la Universidad de Concepción, Colomba Godoy Arteaga, recuerda que el estrés es una reacción frente a situaciones de amenaza, pero que en la actualidad se considera “como una emoción más, que está normalizada” y que está presente, incluso, en momentos en que debiéramos relajarnos.
“Vemos que este estrés que se ha sido mantenido en el tiempo y, por la dinámica del trabajo, por mi rutina quizás muy exigente o mis pensamientos exigentes, no se calma cuando nos vamos de vacaciones”, comenta.
“Es como si el cuerpo todavía no supiera que está de vacaciones y muchas veces pasa que comenzamos nuestras vacaciones y nos enfermamos”, agrega la profesional.
Esto ocurre porque “el estrés, de por sí, reduce nuestras defensas” y al bajar el estado de alerta y los niveles de actividad “el cuerpo ve que no tiene nada tan urgente que hacer y se permite enfermarse o tiene mucha fatiga”.
Al igual como debiera ocurrir durante todo el año, en vacaciones es importante poner en práctica medidas de autocuidado que ayuden a nuestro bienestar y que permitan, en primer término, desconectarse del trabajo.
Uno de los puntos a considerar es establecer límites claros entre el tiempo de trabajo y de descanso si aún hay quedan tareas por hacer y delegar responsabilidades “si éstas no me competen en este periodo”.
La psicóloga acota que también es bueno planificar anticipadamente este momento del año e incorporar la idea de que estas semanas estarán destinadas a descansar.
“Por ejemplo, en lo posible dejar espacios para el ejercicio, para actividades recreativas, para la meditación, porque van a ser fundamentales para enseñarle a nuestro cuerpo, a nuestra nuestra mente, que se permitan descansar”, indica.
Practicar el mindfulness -la atención plena- es una buena forma de ayudarnos a relajarnos, con caminatas, ejercicios de meditación y respiración, que nos hagan conscientes «del aquí y el ahora», comenta Colomba Godoy.
Expectativas realistas
La profesional recomienda establecer una comunicación clara con los cercanos sobre las propias necesidades de descanso o de sueño, en medio de los planes familiares o los pendientes del hogar, como la renovación de espacios, trabajos de pintura, remodelaciones, etc.
“Estas tareas son necesarias y que hay que hacer, y que todos quieren hacer, pero aquí también es importante poner límites y tener expectativas realistas, porque se puede pasar del estrés laboral al estrés de las mismas vacaciones”, advierte.
También llama a la “desconexión digital”, porque las redes sociales también influyen en las expectativas que creamos en torno a las vacaciones.
“Si sabemos que todo el mundo está en Brasil haciendo un montón de cosas y yo estoy en labores de la casa, se genera frustración. Es importante ser realistas y ver qué hacer frente a esa exigencia social de cómo debieran ser las vacaciones. Hay que tener claros los límites de las expectativas, la recursos y lo que planifico para este periodo, teniendo claros mis espacios de descanso y cuáles son mis actividades placenteras”, puntualiza la psicóloga.
Y aunque la meta en este período es desligarnos de nuestras actividades regulares, los expertos recomiendan mantener ciertas rutinas dentro de la familia, pero de forma flexible y compatibilizando los tiempos y espacios de los niños, niñas y adolescentes y de los adultos.
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