"Siento orgullo de haber alcanzado esta meta en la UdeC": científico Andrés Solórzano tras recibir medalla doctoral
Crédito: Cedida
Dirección de Postgrado realizó ceremonia de otorgamiento de Medallas Doctorales 2021, reconocimiento que recayó en dos egresados del Doctorado en Ciencias Geológicas.
En la Casa del Arte de la Universidad de Concepción, hace algunas semanas se realizó la tradicional ceremonia de otorgamiento de las Medallas Doctorales, cuyas últimas dos versiones se realizaron por vía telemática debido a las consecuencias derivadas de la pandemia de covid-19.
Esta distinción fue creada en 2005 para reconocer a quienes alcanzan el máximo grado académico que otorga la universidad y, en esta oportunidad se otorgó el reconocimiento a 82 Doctoras y Doctores egresados entre septiembre de 2020 y agosto de este año.
Uno de los programas de Doctorado UdeC que condecoraron a sus egresadas y egresados fue el Doctorado en Ciencias Geológicas (DCG), de la Facultad de Ciencias Químicas, creado en 2009 por un núcleo de académicos del Departamento de Ciencias de la Tierra, DCT, resultando fundamental la colaboración de académicos del Instituto de Geología Económica Aplicada, GEA, y de los departamentos de Geofísica, Ingeniería Civil, Ingeniería Matemática y Química Analítica de la UdeC, y del Servicio Nacional de Geología y Minería, Sernageomin.
Desde 2010, el Programa se ha mantenido continuamente acreditado por la Comisión Nacional de Acreditación, CNA. “Actualmente, nuestro programa está acreditado hasta julio de 2024, y nuestro cuerpo académico está conformado por 29 académicos, académicas y profesionales, todos ellos con grado de Doctor, e importante experiencia en investigación”, detalló el Director del DCG y académico del Departamento de Ciencias de la Tierra, Dr. Joaquín Cortés Aranda.
“En este programa se desarrollan tres líneas de investigación: Geodinámica Andina, Geología Económica y Geología Ambiental”, agregó el académico.
Los homenajeados del 2021 en el DCG fueron el chileno Pablo Salas Reyes, quien desarrolló la tesis, The redox state and metal-volatile budget of primitive arc magmas: implications in the formation of oremineralized porphyry systems in the shallow crust, dirigida por el Dr. Osvaldo Rabbia Dalmasso del Instituto GEA, y el venezolano Andrés Solórzano Barreto, quien obtuvo el máximo grado académico tras defender exitosamente su tesis titulada Taxonomía y paleoecología de los mamíferos Neógenos de la Formación Cura-Mallín de la Laguna del Laja (37°S) y Lonquimay (38°S), Chile. Implicaciones en la evolución tectónica de los Andes centro-sur, la que contó con la dirección del Profesor Titular Dr. Alfonso Encinas Martin.
Testimonio
“Siento bastante orgullo y emoción de haber alcanzado esta meta en una institución tan prestigiosa como la UdeC”, manifestó el Dr. Solórzano.
“Durante las últimas décadas”, detalla el flamante doctor acerca de su investigación, “nuestro conocimiento de la biodiversidad de mamíferos continentales extintos de Chile ha mostrado un progreso significativo. Pero a pesar de estos esfuerzos, sigue siendo poco conocida. Esto hace necesario renovar los esfuerzos de muestreo y refinar la taxonomía de faunas poco conocidas. Una de estas es la Formación Cura-Mallín, una unidad volcánico-sedimentaria del Oligoceno Superior al Mioceno Superior depositada en ambientes continentales y que aflora en la Cordillera de los Andes en Chile y Argentina entre los 36° y 39°S. Durante el desarrollo de mi tesis se colectaron decenas de restos de vertebrados fósiles en las regiones de Lonquimay y la Laguna del Laja, y además se revisaron colecciones del Museo Nacional de Historia Natural de Santiago”.
“Se identificaron”, agregó Solórzano, “al menos 23 taxones diferentes de mamíferos, se describieron dos nuevas especies (incluyendo Protypotherium concepcionensis que se nombró en honor al centenario de la UdeC en 2019) y se reportaron cuatro taxones por primera vez para Chile. La mayor diversidad de mamíferos se encontró en estratos del Mioceno temprano tardío de la Laguna del Laja”.
“Las faunas de Lonquimay y Laguna del Laja”, explicó el paleontólogo, “muestran fuertes afinidades con las diversas localidades contemporáneas de la Patagonia Argentina. Además, las faunas de mamíferos Miocenos analizados probablemente vivieron en hábitats relativamente templados y húmedos, en bosques y zonas abiertas y ambientes fluviales”.
“Finalmente”, concluye el Dr. Solórzano, “se ha argumentado que los cambios en el ambiente físico promovidos por el alzamiento de los Andes tuvieron un efecto importante en la evolución de la fauna sudamericana. Sin embargo, pocos trabajos han examinado esta hipótesis utilizando el registro fósil como la principal línea de evidencia. Dentro de nuestros resultados, proveemos evidencia inédita del significativo rol de los procesos superficiales asociados a la tectónica Andina en la evolución de uno de los grupos más diversos de mamíferos nativos (los notoungulados) en los ecosistemas cenozoicos del sur de América del Sur”.
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