Fonoaudiología UdeC realiza intervención en lenguaje con lactantes de Residencia Arrullo

Crédito: Imagen cedida.
Cada semana, un grupo de estudiantes, supervisados por docentes, realizan las actividades para estimular habilidades previas al lenguaje en niños preverbales y reforzar vocabulario en quienes ya comenzaron a hablar.
Numerosos estudios científicos coinciden en que los primeros tres años de vida son cruciales para la instalación de habilidades clave en la comunicación, como el habla y el lenguaje.
Y aunque es una etapa decisiva, no todas las niñas y niños logran el mismo desarrollo; ya que hay muchos factores que influyen en ello, como por ejemplo, enfermedades o condiciones ambientales.
“Sin embargo, la aparición de diferentes habilidades siguen una progresión natural o una serie de etapas para dominar el lenguaje”, explica la académica de Fonoaudiología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Concepción y magíster en Psicopedagogía, María José Fuentealba Ríos.
En el periodo que va hasta los tres años, las niñas y niños “son más receptivos a la estimulación, a través de la exposición a imágenes, sonidos y al habla/ lenguaje de los demás”, dice la docente.
La especialista está a la cabeza de un proyecto de Vinculación con el Medio que tiene por objetivo trabajar la estimulación del lenguaje con lactantes de la Residencia Arrullo de Concepción, un hogar de atención de niñas y niños vulnerables adscrito al Servicio Nacional de Protección Especializada a la Niñez y Adolescencia.
Abrazando los primeros sonidos: Estimulación temprana para infancias en situación de riesgo, en un contexto de prevención y promoción de salud comunitaria es el título del proyecto en marcha desde abril.
La iniciativa cuenta con la participación de estudiantes de cuarto año de la carrera de Fonoaudiología que cursan la asignatura Lenguaje y Habla Infanto Juvenil III, quienes son los responsables de preparar el material y ejecutar las intervenciones con las y los pequeños de cero a tres años.
Cada semana, un grupo de tres a cinco alumnos y alumnas, supervisados por un o una docente, realizan las actividades orientadas a estimular habilidades previas al lenguaje en niños preverbales, como la imitación y atención en objetos (en los más pequeños), y reforzar vocabulario y la construcción de frases en aquellos que ya han comenzado a hablar.
Para ello utilizan diferentes recursos que se dividen en estimulación táctil; vestibular (de la percepción espacial) con movimientos y auditiva, a través de canciones o instrumentos musicales.
A través de esta estimulación se busca que las y los lactantes alcancen su máximo potencial dentro del proceso de desarrollo cerebral en que se encuentran, explica Fuentealba, subrayando la importancia de llevar a cabo un trabajo más focalizado cuando se trata de pequeños y pequeñas que no están con su entorno familiar.
Este proyecto fortalece la vinculación de la carrera con el medio, con una colaboración que beneficia a los residentes del hogar a la vez que permite a las y los estudiantes poner a prueba los aprendizajes contenidos en el ramo de Lenguaje y Habla Infanto Juvenil III.
En el contexto de la asignatura, las y los alumnos deben ser capaces de realizar procedimientos de intervención del lenguaje en etapa infantojuvenil, y crear materiales de intervención en al ámbito comunicativo, aspectos que se ven fortalecidos con esta experiencia.
“Son alumnos y alumnas que están en la etapa a su práctica profesional y al internado que ya tienen los conocimientos para realizar estas intervenciones. Estas actividades tienen que ver con la línea de formación a través de la vinculación con el medio y la idea es que los alumnos realicen actividades con el medio poniendo en práctica todos los conocimientos que han adquirido durante estos años”, subraya la especialista.

Los dos meses de trabajo completados hasta ahora ya comienzan a mostrar resultados que dan cuenta del valor de la intervención y del compromiso de sus estudiantes.
“Hemos notado avances en los bebés, que ya han empezado a balbucear, y los que ya balbuceaban, con sus primeras palabras cortitas, más simples. Vemos avances también en el juego y en la sociabilización”, comenta María José Fuentealba, quien el año pasado encabezó un proyecto similar centrado en niños con trastornos del espectro autista.
Motivación, conocimiento y cariño
Los y las estudiantes han estado muy motivados con este programa que les ha permitido conocer las necesidades particulares de los niños y niñas de la residencia y apoyarlos aplicando lo aprendido a lo largo de la carrera.
“Son chiquititos que requieren de nuestra ayuda y estimular el lenguaje es lo que venimos a buscar como futuros profesionales”, dice Belén Valdebenito Arévalo. La estudiante asegura que es una instancia muy “cercana y llevadera”, porque les permite ver la práctica tal cual es.
“Son niños muy amorosos y muy participativos, entonces hay que tener mucha energía”, comenta Aracely Castillo Paredes, quien agrega que, si bien es importante el conocimiento, “no hay que dejar de lado el apego, el cariño y la alegría”.
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