Once proyectos fueron adjudicados en la convocatoria 2025 del concurso Tecnologías Avanzadas de la subdirección de Investigación Aplicada de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo, ANID. Tres de ellos son encabezados por académicas y académicos de la Universidad de Concepción, uno de los cuales fue el único seleccionado para la macrozona centro sur, mientras que los otros dos son parte del listado general.
Esta línea de financiamiento busca apoyar proyectos de investigación aplicada y de desarrollo tecnológico con ciclos extensos para la validación de tecnologías. El resultado significa un aporte de casi $2 mil millones para la implementación de estas iniciativas, en un plazo de cuatro años.
Para el Director de Desarrollo e Innovación UdeC, Dr. Jorge Carpinelli Pavisich, estos resultados reflejan las altas capacidades científicas y tecnológicas que la Universidad de Concepción ha logrado consolidar. “Los tres proyectos adjudicados son una muestra concreta de cómo nuestra Universidad aborda problemáticas complejas con soluciones de frontera de impacto nacional y proyección global”
El directivo destacó además la variedad de las temáticas adjudicadas: “Desde el desarrollo de nuevas variedades vegetales mejoradas para la producción de vinos, capaces de adaptarse al cambio climático y fortalecer una de nuestras industrias más emblemáticas; pasando por un modelo hidrológico nacional que permitirá proyectar la disponibilidad y gestión del agua hasta el año 2100, aportando a la sustentabilidad y a la planificación de políticas públicas; hasta la creación de tecnología microelectrónica avanzada para la observación astronómica, que posiciona a Chile no sólo como observador, sino también como desarrollador de la tecnología que permite explorar el universo”.
Tecnologías Avanzadas de ANID
Los proyectos UdeC adjudicados en esta línea de financiamiento público y sus respectivas/os directores/as son:
- WinEd: Innovación en Vitivinicultura, Plataformas ómicas y edición génica orientadas a la producción de vinos de alta calidad. Dra. Claudia Muñoz Espinoza, Facultad de Agronomía, Campus Chillán.
- Desarrollo de tecnología MMIC para cámaras milimétricas de precisión en observación astronómica. Dr. Rodrigo Reeves Díaz, Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas.
- MHiDROC3 – Modelo Hidrológico Chileno de cambio climático. Dr. Rafael Rubilar Pons, Facultad de Ciencias Forestales
“Agradecemos y reconocemos la labor de las y los investigadores que lideran estas iniciativas, y asumimos con rigor y responsabilidad el desafío de seguir fortaleciendo la ciencia y la tecnología al servicio del bienestar y la competitividad de Chile”, señaló el Dr. Carpinelli.
Tecnología local para visualizar el universo con mayor nitidez
En tanto, la iniciativa liderada por el Dr. Rodrigo Reeves busca desarrollar una nueva generación de módulos híbridos de recepción milimétrica (Monolithic Microwave Integrated Circuits, MMIC) combinando diversas tecnologías para implementar en cámaras que, a su vez, puedan instalarse en telescopios como el Leighton Chajnantor Telescope (LCT) y observatorios internacionales. “Esta arquitectura busca lograr niveles de ruido electrónico inferiores a 20 K, algo inédito en desarrollos nacionales, y reducir drásticamente el tamaño, el consumo energético y los costos de fabricación de los receptores milimétricos”, detalló el académico del Departamento de Astronomía.
En términos de impacto institucional del proyecto, el Dr. Reeves destacó que “posiciona a Chile, a la UdeC y al CATA en el mapa internacional de la microelectrónica de bajo ruido, uniendo instrumentación avanzada y observación astronómica, con la colaboración de VTT (Finlandia), ShNU (China) y Caltech/JPL (EE.UU.)”.
Agregó que los resultados vendrán a fortalecer la infraestructura ya existente en el Centro para la Instrumentación Astronómica (CePIA) de la UdeC. “El laboratorio podrá no sólo diseñar, sino también integrar y caracterizar módulos MMIC bajo condiciones reales de observación”, afirmó.
Sobre la problemática abordada, el científico explicó que “los actuales receptores son costosos y poco escalables, lo que impide construir cámaras con muchos píxeles sensibles”. En este sentido, el proyecto apunta a “una solución que combina alta densidad de integración, bajo ruido y bajo consumo, lo que permitirá mapear el cielo más rápido y con mejor resolución, reduciendo los tiempos de observación y los costos operativos de grandes telescopios”.
Además del impacto positivo que la iniciativa tendrá en términos de investigación y formación de capital humano avanzado, el Dr. Reeves sostuvo que “abre la puerta a la manufactura nacional de componentes avanzados de microondas y sensores, con potencial de transferencia hacia la industria regional, las telecomunicaciones, sensorización ambiental y sistemas satelitales en la forma de cargas útiles”.
“Desde la astronomía”, enfatizó el ingeniero electrónico, “este proyecto busca mostrar que Chile puede pasar de ser observador del Universo a convertirse también en diseñador y fabricante de la tecnología que lo observa, impactando también a nuestra industria con soluciones que eleven su competitividad en el entorno internacional”.
Mejorando el vino en contexto de cambio climático
La propuesta liderada por la Dra. Claudia Muñoz obtuvo el mejor puntaje a nivel nacional. Se trata del desarrollo de una plataforma genómica que permita mejorar la calidad de los vinos en términos de características sensoriales y estabilidad, entre otros factores altamente valorados por la industria vitivinícola y el mercado internacional.
“Hemos trabajado en colaboración con colegas científicos, incluyendo colaboración con la Viña Concha y Toro y esperamos, con este proyecto, desarrollar estrategias avanzadas de edición génica, que mejoren la calidad del vino y permitan la generación de nuevas variedades de vid con características superiores”, explica.

La académica del Departamento de Producción Vegetal indicó que estas características de la calidad de los vinos están determinadas por la presencia y acción de los compuestos polifenólicos que afectan profundamente sus propiedades. “Además, en el actual escenario de cambio climático, las variables ambientales alteran la fisiología de la vid y las condiciones de producción de las parras”, por lo que “causarán cambios en la cosecha, la composición, el estilo y la calidad del vino, afectando la sostenibilidad de la vitivinicultura”, señaló.
La investigadora destacó que esta pionera plataforma espera impactar positivamente, tanto en términos de formación de capital humano como de colaboración internacional. “Al ser el vino una de las bebidas más consumidas a nivel global, tiene características que la harán interesante también para otros países”, indicó, agregando que espera en el marco de la iniciativa trabajar de forma interdisciplinaria con las y los investigadores de las demás instituciones beneficiarias, esto es, el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) La Platina, al Centro de Biotecnología Vegetal de la Universidad Andrés Bello y a la Viña Concha y Toro.
Gestionar el agua hasta el 2100
El Dr. Rafael Rubilar lidera el equipo integrado además por el actual decano de la Facultad de Ciencias Ambientales, Dr. Mauricio Aguayo Arias, e investigadores de la Universidad Católica del Maule. Junto a un equipo de ingenieros, trabajaron en el desarrollo de un proyecto Fondef IT que sentó las bases para la propuesta adjudicada.
“Generamos un software base en el que hicimos capacitaciones a la Dirección General de Aguas, y la continuidad de este proyecto nos permite dar también continuidad, tanto el servicio como las mejoras que pretendemos hacer”, explica el Dr. Rubilar. “Es un proyecto de interés público y lo trabajamos fundamentalmente orientado hacia la DGA, pero también hoy día tenemos la participación de algunas juntas de vigilancia y de CMPC Forestal, que están interesados en algunos de los alcances del proyecto”, detalló.

El modelo permite graficar y proyectar la hidrología de las cuencas de Chile. En su origen, se había diseñado para algunas regiones, lo que se espera escalar a nivel nacional en esta etapa, e incorporar otras capacidades, como la de predecir flujos en esas cuencas hidrológicas, hasta el 2100.
“Vamos a sumar información de características satelitales, de recambio vegetacional y a hacer algunos ajustes más dinámicos dentro del modelo. Estamos entusiasmados con lo que significa, porque es un modelo que tiene características de manejo espacial distribuido, o sea, que es capaz, por ejemplo, de modelar un píxel de 500 por 500 metros y permite determinar disponibilidad hídrica en distintos puntos de una cuenca”, detalló el académico del Departamento de Silvicultura y director del Laboratorio de Investigación en Suelos, Aguas y Bosques, LISAB.
Entre los objetivos, el equipo también vislumbra el licenciamiento de la tecnología.
“En el cuarto año, debemos tener la herramienta más o menos lista para el uso aplicado que se le va a dar con los potenciales usuarios y definir cuáles van a ser las formas en que ellos pueden sostenerlo a futuro, ya que la herramienta va a ser un aporte para Chile, para la planificación estratégica nacional en temas hídricos”, enfatizó el investigador.