Crédito: Archivo
Existen momentos de misterio en la astronomía, donde el cielo nos sorprende con una ráfaga de la cual no tenemos idea de su procedencia, conocidas como ráfagas rápidas de radio (porque las recibimos en esta longitud de onda), su acrónimo es FRB (fast radio bursts, en inglés), muchas de ellas suelen surgir de lugares que están a millones de años luz de distancia, y ha sido difícil encontrar una explicación.
La primera que fue detectada, ocurrió en el 2007 en el Telescopio Parkes en Australia, tuvo una duración de 5 milisegundos y dejó atónitos a los científicos porque se trató de un fenómeno absolutamente inesperado, estudios posteriores sugirieron que se trató de un evento único que pudo haber sido una supernova de origen extragaláctico. Para el 2015, igualmente desde el Telescopio Parkes, se detectó otra gran ráfaga, un año después se confirmó que era un núcleo activo de galaxia, fuentes muy luminosas y a gran distancia de nosotros.
Entre muchas otras, en 2022 se detectó FRB 20220610 desde el radiotelescopio ASKAP ubicado en Australia, la ráfaga más antigua y más lejana que se ha podido detectar hasta ahora por este grupo de científicos australianos. Se cree que su origen puede deberse a la fusión de dos galaxias, pero aún no se confirma.
Estos eventos que parecen ser aleatorios, son procesos que ocurren en el universo lejano y que nos sorprenden de sobremanera porque simplemente no son esperados en el continuo de las observaciones astronómicas regulares que se hacen día a día. Mucho menos si se conoce que su origen es el lugar menos esperado; para el 2020, se detectó una ráfaga cuya procedencia se cree que es un cúmulo de estrellas situado a 11 millones de años luz, haciendo este hallazgo aún más enigmático, ya que se espera que estas ráfagas provengan de eventos altamente luminosos, no de un grupo de estrellas que están envejecidas. Pero esos son los misterios del universo que cada vez nos maravillan de sobremanera, queda seguir evaluando estos orígenes y esperar más de estas ráfagas del cielo que nos permita describir el cosmos distante.
Columnista
Leidy Peña Contreras
Licenciada en Física
Magíster en Astronomía
Universidad de Concepción
Divulgadora CATA
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