¿Qué significa una verdadera Política de Internacionalización en la UdeC?
Crédito: Equipo Campaña Jorge Fuentealba Arcos
Toda buena política que tenga intención de permanencia en el tiempo, que produzca beneficios concretos y se adecue tanto a necesidades de la Universidad y comunidad universitaria como al entorno internacional, debe concebirse desde sus inicios de manera seria. Para ello, es fundamental un buen diagnóstico, estrategia y política de internacionalización, seguimiento y evaluación para su adecuación a nuevas realidades.
Antes del diagnóstico, se debe tener claro para qué internacionalizarse, por qué y con quién establecer vínculos internacionales. Luego, reflexionar sobre la realidad de la Universidad y determinar fortalezas, debilidades, amenazas y oportunidades en su vinculación con el mundo. Una política de internacionalización que no tenga claro estos aspectos está destinada al fracaso, más aún si en su análisis no participó la comunidad universitaria. La verdadera internacionalización no es un mero catálogo de acuerdos celebrados con otras Universidades, muchas veces no vigentes o sin posibilidades de acceder a beneficios.
Una vez analizada la realidad de la UdeC., con sus claros y oscuros, corresponde pensar en una estrategia de internacionalización. Para ello se debe determinar, en base al diagnóstico, las prioridades para establecer lazos o reforzarlos con socios en el exterior manteniendo un hilo conductor que guíe esta estrategia para cumplir con el para qué, por qué y con quién vincularse.
De la estrategia y sus prioridades se debe pasar a la política de internacionalización de la Universidad. Teniendo claras las prioridades, objetivos y recursos, se pasará a las acciones que den cuerpo a una verdadera política de internacionalización que no se agota en una página web o newsletters, necesarios, por cierto, pero que sin contenido y sin personal especializado que ayude a cumplir con los objetivos y no sea una debilidad u obstáculo para vincularse con el exterior, no proporcionarán resultados duraderos.
También es muy importante tener indicadores de gestión para el seguimiento de las acciones y su evaluación. Las relaciones internacionales son dinámicas y a veces vertiginosas. De las crisis que hemos vivido estos años también han surgido oportunidades que podemos aprovechar para reforzar nuestros vínculos internacionales. Las tecnologías, las nuevas competencias logradas en pandemia para enfrentar la contingencia y las nuevas necesidades que han surgido en investigación y desarrollo, nos abren puertas y ventanas con el mundo que, si no sabemos trabajar de forma responsable y profesional, sólo quedará en un convenio o misión en el exterior sin beneficios perdurables. Nuestra Universidad debe cumplir con esta dimensión de su quehacer porque somos evaluados en rankings por nuestra vinculación con el exterior, pero, por sobre todo, por nuestros estudiantes, académicos y comunidad universitaria que requiere de oportunidades que la globalización nos da.
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