La labor sigilosa pero fundamental del Comité de Bioética y Bioseguridad de la FCB
Elevar los estándares de la investigación científica desarrollada en nuestra facultad y responder a las demandas de los investigadores de otras facultades de UdeC ha sido parte del trabajo del organismo
Tras varios años de colaboración, las académicas de la Facultad de Ciencias Biológicas, Dra. Verónica Madrid y Dra. Romina Rojas, velaron por el cumplimiento de las normas del Comité de Bioética y Bioseguridad.
En una labor sigilosa pero fundamental sortearon fuertes presiones y su disponibilidad, compromiso y dedicación permitió que el comité diera respuesta a diferentes investigadores.
Elevar los estándares de la investigación científica desarrollada en nuestra facultad y responder a las demandas de los investigadores de otras facultades de UdeC ha sido parte del trabajo del Comité de Bioética y Bioseguridad FCB, que el año pasado sancionó 35 proyectos de investigación.
Sus principales ejes radican en la bioética y bioseguridad aplicada en las investigaciones, respecto a estudios con seres humanos y /o sus muestras biológicas, el uso de animales de laboratorio (ratones, renacuajos y lombrices, por citar algunos ejemplos) y sus respectivas muestras, además del uso de microorganismos vegetales.
“Es una labor desafiante porque requiere autoformarse. Si bien el comité está conformado por investigadores, hay que informarse en las leyes y tratados a los que el país suscribe”, confidencia la Dra. Verónica Madrid, quien, tras 8 años en el comité, decidió dejar su puesto a disposición de los nuevos docentes que quieran integrarse a esta labor.
Cada investigación es un mundo, por ende, a la hora de revisar hay un exhaustivo proceso de lectura y estudio para la realización de un informe que retroalimentará a quienes deseen postular a financiamiento, ya sea a nivel interno o con las diferentes instituciones que financian investigación científica a nivel país.
“El comité vela por la protección y seguridad de los derechos y la dignidad tanto humana como animal en las investigaciones”, confirma la Dra. Romina Rojas, quien el 2012 fue invitada a ser parte del comité por su experiencia en estudios clínicos en seres humanos.
“La idea es asegurarnos, en la eventualidad de que aparezcan efectos adversos, de estén plenamente identificados y también velar que el equipo de investigadores esté preparado para realizar la investigación que se propone”, añade la docente, quien actualmente también se retiró del comité.
“Hay muchos detalles que manejar y es necesario interiorizarse en protocolos, además de hacer las preguntas precisas a cada investigador para entregar una orientación adecuada”, agrega la Dra. Madrid.
Dentro de los hitos del comité —en los que participaron ambas docentes— destacan la creación de un reglamento aprobado en 2017, el cual establece sus principios y funciones, la duración de los cargos, además de los lineamientos de trabajo. Asimismo, la creación de una página web y de un formulario para la presentación de los proyectos, que antaño revisaban en papel. Las capacitaciones no se quedan atrás, el comité ha generado talleres, al igual que documentos de ayuda y guía para quienes investigan.
“En los últimos años la importancia del comité se ha acrecentado y visibilizado. Tiene más relevancia en la facultad, porque las exigencias de organismos que financian investigación obligan a respetar la bioseguridad. El conocimiento y el avance de tecnologías ha impuesto un mayor rigor”, puntualiza la Dra. Madrid.
Ambas académicas recalcan el espacio colaborativo entre los integrantes del comité y agradecen por el aprendizaje y compañerismo, especialmente a la directiva. Son enfáticas en destacar la gestión de la presidenta, Dra. Mafalda Maldonado, junto al trabajo de sus asesores externos, el veterinario Joaquín Rojas y la abogada experta en bioética, Adriana Ribeiro.
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