Crédito: Archivo
Es importante que la ciudadanía tome conciencia de la extraordinaria utilidad que las vacunas han tenido en controlar enfermedades desde hace tres siglos y asuma una decisión responsable en esta lucha contra la pandemia que nos aqueja en estos momentos.
Desde la primera vacuna desarrollada en 1796 contra la viruela por Edward Jenner, médico británico, no hay dudas sobre la seguridad y efectividad de ellas como una herramienta de gran utilidad en el manejo de diferentes enfermedades.
Es importante señalar que existen tres generaciones de vacunas que se han ido desarrollando en el tiempo:
Vacunas de primera generación, que comprenden: A) vacunas que contienen el agente infeccioso vivo, pero atenuado, por ejemplo, sarampión, viruela, varicela. B) Vacunas que contienen microorganismos muertos o inactivados, como el virus de la influenza y poliomielitis
Vacunas de segunda generación, que contienen partes o subunidades de los microorganismos unidos a péptidos o proteínas para inducir una respuesta inmune más potente. Ejemplos de estas son la vacuna Hib (Haemophilus influenza tipo B), contra el meningococo (meningitis), tifoidea o estreptococo (neumonía)
Vacunas de tercera generación, desarrolladas in vitro y perfeccionadas a partir de la mitad de la década de los 90, las cuales contienen ADN o ARN del agente infeccioso.
La vacuna SINOVAC (China) —que genera entre un 51 a 70% de inmunidad después de la segunda dosis— es de primera generación. Es decir, cuenta con el virus completo, pero muerto. Pfizer (USA y Alemania) —que genera un 95% de inmunidad con la segunda dosis— corresponde a una vacuna de tipo ARN mensajero (mARN) por lo que se trata de una vacuna de tercera generación.
Del punto de vista molecular, la vacuna SINOVAC genera anticuerpos contra un número mayor de antígenos o partes del virus. En tanto que la Pfizer genera anticuerpos dirigidos contra regiones específicas del spike o punta del virus, que es la parte que se adhiere para penetrar a las células.
Es importante que la ciudadanía tome conciencia de la extraordinaria utilidad que las vacunas han tenido en controlar enfermedades desde hace tres siglos y asuma una decisión responsable en esta lucha contra la pandemia que nos aqueja en estos momentos.
Columnista(s)
Dr. Egon Casanova Martínez
Medicina Interna – Hematología
Facultad de Ciencias Biológicas
Universidad de Concepción
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