Crédito: Archivo
A veces pensamos que los astronautas la saben todas, pero no, se forman en equipos interdisciplinarios, cada uno de ellos con una profesión diferente con la finalidad que puedan comunicarse a través de la ciencia. Pero también es importante que cada uno maneje diversos tópicos extras a su disciplina, que en sí sean multidisciplinados, es decir, que aprendan nociones básicas de distintos aspectos.
A veces pensamos que los astronautas la saben todas, pero no, se forman en equipos interdisciplinarios, cada uno de ellos con una profesión diferente con la finalidad que puedan comunicarse a través de la ciencia. Pero también es importante que cada uno maneje diversos tópicos extras a su disciplina, que en sí sean multidisciplinados, es decir, que aprendan nociones básicas de distintos aspectos.
Para ello, agencias espaciales como la ESA (Agencia Espacial Europea), han determinado que es de suma importancia que se forjen una serie de conocimientos, entre ellos en geología. Las futuras misiones humanas a la Luna y Marte requerirán que los astronautas realicen exploraciones de superficie centradas en entornos geológicos complejos, y con este fin se lleva a cabo el programa PANGEA (Planetary ANalogue Geological and Astrobiological Exercise for Astronauts, en inglés), ya que la experiencia científica requerida para estas actividades es poco común en el cuerpo de astronautas.
Han tenido 5 ediciones del curso desde 2016 y aún pretenden continuar preparando a quienes vayan a las misiones Artemis. Este curso forma parte de la formación básica y previa a la asignación para astronautas europeos y está abierto a alumnos de todas las demás agencias, porque no sólo es tener el privilegio de caminar sobre nuestro satélite, es también someterse a la presión de tener que tomar rápidamente decisiones científicas acertadas, y con el ejemplo de las misiones Apolo, prentenden que esta formación sea un eje fundamental para el éxito de estas próximas misiones, como lo fue en el pasado.
Entre sus objetivos está el reconocer y describir entornos en los que podría albergar vida extraterrestre, un paso un poco más adelante que sus antecesores, y los lugares a los que van a realizar sus practicas son: el conjunto de macizos montañosos Dolomitas de Italia, el cráter de impacto Ries en Alemania, la isla volcánica española de Lanzarote y a los fiordos noruegos de Lofoten para aprender sobre rocas similares a las que se pueden encontrar en la Luna.
Interesante la intensa preparación que llevan los astronautas, y esto que les cuento es sólo a penas una pequeña parte de su larga trayectoria. Son muchos los retos a los que se enfrentan, pero satisfactoria la recompensa.
Columnista
Leidy Peña Contreras
Magíster en Astronomía
Universidad de Concepción
Divulgadora CATA
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