Crédito: BCLA
Nunca es tarde para alcanzar las metas. Con una carrera en el profesionalismo iniciada en una edad tardía para la mayoría de los deportistas, el venezolano estudiante de Pedagogía en Educación Física UdeC se ha hecho un nombre en el baloncesto chileno.
Siempre, en todos los deportes, está el mejor que Jordan, la mejor que Taurasi, el que era más que Maradona y la que tenía más condiciones que Marta. El denominador común es que no pudieron llegar por una infinidad de motivos. Muchos y muchas son leyendas y una parte importante sigue deleitando hasta avanzada edad en el amateurismo.
No renunciar a los sueños implica muchas veces hacer caso omiso de las opiniones de los demás, masticar rabia y seguir ganándose la vida en algo que quizás no era lo que soñábamos cuando pequeños. Pero jamás renunciar, porque las oportunidades se presentan en los momentos menos esperados.
Con esa introducción se puede resumir la vida de Carlos Alberto Milano Páez, nacido en Caracas el 27 de noviembre de 1985, actualmente uno de los dos extranjeros con que cuenta el Club Deportivo Universidad de Concepción en la Liga Nacional de Básquetbol, además de ser el vigente MVP de las finales ganadas ante el CD Valdivia, donde Basket UdeC consiguió su primera LNB.
Carlos, estudiante de Pedagogía en Educación Física UdeC, comenzó a practicar el baloncesto a los cinco años de edad. Recordar que el deporte costero en Venezuela es el plato fuerte junto al béisbol, actividad donde también tuvo un corto paso de 2003 a 2007, pero igualmente no dejaba de jugar al básquetbol, que era su pasión de siempre.
“Tuve oportunidad de representar a mi estado (Distrito Capital) en todas las categorías menores, desde mini hasta juvenil, incluso fui convocado a la preselección de Venezuela juvenil, a la cual no pude asistir por otros compromisos deportivos”, apunta.
Milano en las finales ante el CDV / Archivo
Carlos narra que el básquetbol es de familia, ya que su papá lo practicaba, aunque no profesionalmente, no así un tío que jugó baloncesto profesional con Cocodrilos de Caracas en los años noventa.
Hasta que el año 2014 tuvo la oportunidad de jugar en Retadores de Curiepe, para luego pasar a Estibadores de Puerto Cabello. “Estábamos en segunda división de la Liga Profesional de Baloncesto de Venezuela. El año 2016 obtuve el MVP del torneo, a pesar que no pudimos ganar la final”, recuerda.
2021: el año glorioso
En enero de 2017, un amigo lo llamó y le preguntó si estaba interesado en venir a Chile a probarse al Club Deportivo Universidad de Concepción. Carlos le dijo que sí, que no tenía ningún inconveniente.. “En mayo recibí un correo con un pasaje hacia Chile, lo cual me sorprendió mucho. Después vi por Internet cómo se llenaba la Casa del Deporte, cómo eran los partidos, de verdad que era algo asombroso que me motivó. Llegué el 17 de mayo a la UdeC”, señala.
Después de altos y bajos en el Campanil, en 2021, en plena pandemia, Carlos tuvo la oportunidad de ir a su país para jugar baloncesto en la máxima categoría, la Superliga. “Las cosas se dieron de la mejor manera, ya que campeonamos con Trotamundos de Carabobo”, dice. A la vuelta, con toda la confianza en su juego y avalado por el éxito que tanto buscó en su país de origen, fue vital en la obtención del título de Basket UdeC ante Valdivia, donde, por ejemplo, en el primer partido disputado en la Casa del Deporte anotó 25 puntos y capturó 15 rebotes, números que lo llevaron a ser el MVP de las finales.
Con miras a esta nueva temporada, el pívot comenta que “los equipos se han ido reforzando muy bien. Creo que este año la LNB tiene muy buen nivel, ahora todos los elencos están mucho más equilibrados, se puede contar con un extranjero más, etc. De verdad que será una linda temporada. Dios nos libre de lesiones a mis compañeros, a mí y a los colegas de otros equipos para que la Liga tenga el nivel que se merece”, sentencia Milano.
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