Eficiencia energética: el desafío de los hogares por calefaccionar y ahorrar al mismo tiempo
Crédito: César Arroyo
En una casa, el 30% del calor se pierde por filtraciones en el techo. Por eso el académico de Ingeniería UdeC, Javier Piedra Fierro, recomendó revisar la aislación de techos, ventanas y puertas para evitar las fugas de calor.
Los últimos días de abril cerraron con temperaturas mínimas por debajo de los 10 grados Celsius, lo que obligó a encender estufas y calefactores para temperar las casas. Parafina, leña, pellet, a gas licuado o eléctrica son los métodos más comunes para calefaccionar; sin embargo, no todos tienen la misma eficiencia.
El académico del Departamento de Ingeniería Mecánica de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Concepción, Javier Piedra Fierro, explicó que “los sistemas de calefacción son variados y tienen distintas características y siempre será el usuario el que vea cual es el que más le acomoda”.
En esa línea, Piedra enfatizó en que la característica más importante a la hora de adquirir un sistema de calefacción “tiene que ver con la potencia del equipo, que es la cantidad de calor que el equipo podrá entregar, y esto siempre estará asociado al espacio que se quisiera calentar, si es un espacio amplio o más bien pequeño, y si el espacio a calefaccionar está aislado térmicamente”.
Entre las características que se ponderan al momento de escoger un sistema de calefacción las que más destacan son el precio y el costo de utilización. Esto, porque algunos requieren una inversión inicial importante, pero que luego se traduce en ahorro de combustible; así también otros son más económicos en adquirir, pero tienen mayor consumo.
“También hay temas de gusto, está la forma en que se entrega el calor, unos por radiación, como las estufas a leña, gas o parafina, y otros sistemas entregan calor por convección, como los aires acondicionados, que calientan o enfrían aire y lo expulsan al ambiente”, puntualizó el académico.
“Por otro lado está el tema salud, existen equipos que generan algunos gases contaminantes al interior de las viviendas, como el gas o parafina, y otros más saludables como los sistemas de calefacción eléctricos y aires acondicionados. También está el tema medioambiental, los sistemas a leña contaminan y generar un gran problema en la población. En resumen, existen muchas variables que los usuarios pueden evaluar y ocupar su criterio para decidir por un sistema en específico.
Adecuar el hogar
El aire caliente, al ser menos denso que el frío, se eleva con facilidad; por eso es importante revisar filtraciones en las zonas altas de la casas, recomendó el académico UdeC. Ello, en todo caso, no significa descuidar otras zonas de la casa que podrían ir en contra de la eficiencia energética esperada.
“El ideal es que la vivienda esté aislada térmicamente en el techo, pared, piso y ventanas; pero si no es así, lo primero que nos debemos preocupar es del techo, pues es por donde se transfiere más calor hacia el exterior. También hay que preocuparse de las infiltraciones, que son las típicas corrientes de aire que se filtran por debajo de la puerta o los bordes de las ventanas”.
Con relación a los mejores materiales para esto, Piedra dijo que independiente del que se utilice, lo importante es usar la cantidad que se indica en la norma según el lugar geográfico. En Concepción, por ejemplo, esta indica que con 10 centímetros de lana de vidrio está perfecto para el techo, detalló.
El académico de Ingeniería recomendó también calefaccionar sólo los espacios que se están utilizando. “Entonces es necesario dejar las puertas de las piezas que no se ocupan cerradas. Algo muy común en el sur es que cuando las personas sienten calor al interior de la vivienda, abren las ventas, pero está incorrecto. Lo que se debe hacer es apagar la estufa o dejar de echar leña al fuego», puntualizó.
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