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El acto, que antes de la pandemia estaba programado de forma presencial para mayo del año 2020, finalmente se realizó de manera virtual en el marco de la Escuela de Verano 2021 de la Universidad de Concepción.
Memoria, intimidad y soledad, emociones y situaciones que nos vienen rondando desde octubre de 2019, son parte fundamental de la novela El sistema del tacto, con la que la escritora Alejandra Costamagna obtuvo el Premio Atenea 2019.
Debido a la crisis sanitaria que nos afecta, esta es la primera vez en que tanto la deliberación del jurado —compuesto por académicas y académicos UdeC y expertos externos— como la entrega de este reconocimiento han tenido que realizarse en modalidad a distancia. Justamente esta última instancia se realizó mediante un encuentro virtual entre la autora, el Rector UdeC, Dr. Carlos Saavedra Rubilar; y la Directora de la revista Atenea, Cecilia Rubio.
En la ocasión, el Rector Saavedra destacó que, pese a las adversidades que se están enfrentando, la Universidad de Concepción ha realizado un esfuerzo especial por desarrollar la totalidad de sus actividades. Por ello, manifestó su satisfacción por mantener la continuidad en la entrega de este reconocimiento mediante una ceremonia virtual.
“Son ya muchos años en la entrega de este Premio, en esta versión alternada entre actividad de creación literaria y de ámbito científico. Este año corresponde entregarlo a Alejandra Costamagna, la séptima mujer en recibirlo. Con ello quiero destacar, además, nuestra preocupación institucional por ir construyendo paridad en todos los ámbitos, construyendo equidad de género en todos los espacios posibles, más allá de la calidad absoluta de la obra”, señaló.
Por su parte, Cecilia Rubio valoró la importancia de cuidar y preservar la revista y el Premio Atenea, tanto como lo es cuidar los edificios, los jardines universitarios, así como la docencia y la investigación. “La flexibilidad y el vínculo con la comunidad son valores que no debemos dejar de practicar a partir de los nuevos aprendizajes que experimentamos en cada realización”, señaló y además comentó que, entre esos aspectos aprendidos, se determinó restringir la convocatoria 2019 a obra literaria de narrativa, de manera de no evaluar a la par libros tan distintos como poesía, ensayo y novela o cuento. Junto con esto, dijo, se contó nuevamente con un Comité de Búsqueda para ampliar el número de postulaciones y dar a conocer el Premio a una mayor cantidad de escritores.
Junto con destacar la decisión unánime del jurado, que en esta ocasión estuvo compuesto por la Dra. Patricia Espinosa, académica de la Pontificia Universidad Católica de Chile y crítica literaria de Las Últimas Noticias; el Dr. Hugo Herrera, académico de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y crítico literario de Grado Cero, como expertos externos, y, por parte de la Universidad, por el jefe de gabinete, Dr. Jaime Soto —en representación del Rector—; el Director de Extensión y Pinacoteca, Rodrigo Piracés, y ella misma, la Directora de la revista Atenea destacó que la obra premiada es “compleja en su factura y ambigüedades, pero se deja leer con fluidez dada la llaneza del estilo narrativo. Por eso, valoramos especialmente la madurez del oficio escritural”.
Rubio concluyó señalando que “resulta curioso que la novela ganadora se refiera a la importancia del tacto justo el año en que nos ha tocado realizar casi todas nuestras actividades en modalidad virtual, la que, si de algo nos priva, es del tacto”.
Encontrar los huesos de las palabras
Para agradecer a la Universidad de Concepción y a la revista Atenea por su reconocimiento, Alejandra Costamagna leyó un texto titulado Huesos y jardines, sustentado en 10 escalones, como ella quiso llamarlos. A través de él revisó algunas escenas de su propia historia familiar y de otras autoras nacionales, poniendo en evidencia la naturalización de unas reglas implícitas y diferenciadoras hacia las mujeres que ya vivió Gabriela Mistral en su época, y que aún permanecen en nuestra sociedad. En ese marco, recordó los versos de Mistral ganadores de los Premios florales de 1914, en que la hablante menciona “el puñado de huesos”.
“Los premios literarios no están ajenos a eso. El Premio Nacional de Literatura, desde su fundación en 1945, ha reconocido a 55 escritores y 5 escritoras, de ellas, Gabriela Mistral ha sido la única poeta en recibirlo, hace 70 años además. Después del Nobel”, dijo.
Por otra parte, en otro escalón señaló que “me emociona y atesoraré el Premio Atenea, recibido aun en pandemia, aun con un país en revuelta, aun con el mundo pendiendo de un hilo. Me conmueve por su tradición y por quien lo otorga. Es una gran felicidad compartir espacio con escritores y escritoras que admiro tanto. Me alegra contribuir a emparejar un poco la cancha, en términos de género”.
Chela Reyes, Marta Brunet, Luz de Viana, María Flora Yáñez, Guadalupe Santa Cruz y Pilar García, fueron las anteriores ganadoras del Premio Atenea, a las que hoy se suma Alejandra Costamagna. Y, al referirse a ellas, la reciente galardonada evidenció cómo, de alguna manera, existe una cierta concordancia entre el inicio de Puertas verdes y caminos blancos, novela con la que Reyes obtuvo en 1939 este reconocimiento, y el final de El sistema del tacto.
Finalmente, refiriéndose a su novela, señaló que “ahora que la novela existe y hablo de ella en público y celebro este reconocimiento, entiendo que es un libro sobre identidades torcidas, sobre palabras indóciles, sobre la resistencia a una normalidad que se quiere imponer, sobre pensamientos alojados en tiempos sin tiempos, en horrores que trascienden épocas, en puñados de huesos que buscamos sin descanso. Y, también, en la proyección de un jardín que esconde otro jardín y otro jardín y otro jardín. Todo esto no lo sabía mientras lo escribía. Pienso que escribimos para entender qué es lo que hay dentro de lo que escribimos. Para encontrarnos con los huesos de las palabras”, sentenció.
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