Académica UdeC explica alcances de ley sobre etiquetado de alimentos para celiacos
Crédito: Dirección de Comunicaciones UdeC
La Dra. Sigrid Mennickent destaca la inclusión de la espiga tachada junto a la leyenda libre de gluten en un lugar visible de los envases y la obligación de los establecimientos educacionales de informar sobre la EC y otras intolerancias alimentarias.
Más confianza al momento de buscar y adquirir los productos indicados para su dieta tendrán las personas que sufren la enfermedad celiaca (EC), gracias a la reciente aprobación del proyecto que permite distinguir claramente los alimentos libres de gluten.
La iniciativa, que ya fue despachada para su promulgación, incorpora modificaciones a la Ley de composición nutricional de los alimentos y su publicidad -conocida como “Ley de Etiquetado”- y en algunas normativas relativas a contratos administrativos y prestaciones de servicios.
La principal novedad es la inclusión la espiga tachada, símbolo universal de los productos sin gluten, en los envases de alimentos que no contienen esta proteína vegetal, destaca la Directora del Departamento de Farmacia, Sigrid Mennicken Cid, quien es secretaria de la Corporación Pro Celiacos, organización que funciona al amparo de la UdeC.
La académica de la Facultad de Farmacia cuenta que en Chile, hasta ahora, el etiquetado se ha abordado de distintas maneras; “puede ser con el uso de la espiga tachada, como puede haber productos alimenticios importados en los que esté o no la espiga; pero también puede decir sin TACC (trigo, avena, centeno, cebada) o puede decir gluten free”.
A partir de los cambios, se incorpora el uso de la espiga tachada junto con el rótulo “libre de gluten” y con la indicación de hacerlo en la parte frontal de los envases, de manera que el mensaje sea claramente visible.
La nueva normativa también establece que todos los productos libres de gluten deberán estar dispuestos en una góndola específica, un avance importante -según la Dra. Mennickent-, ya que actualmente éstos se ofrecen en el mismo espacio destinado a dietas especiales, “lo que hace muy fácil equivocarse, especialmente a las personas recién diagnosticadas, porque ahí también están, por ejemplo, los alimentos libres de gluten para diabéticos con fenilcetonuria”.
El proyecto aprobado apunta a que los organismos estatales que proveen servicios de alimentación -como Junaeb, establecimientos de salud pública, entre otros- entreguen raciones libres de gluten a las personas que lo requieran.
La académica menciona que los alimentos que entrega Junaeb tendrán que cumplir, además, con la norma de ingredientes críticos; es decir que las preparaciones sin gluten tendrán que ser enriquecidascon vitaminas y/o minerales, al igual que las raciones comunes.
“Por otro lado, se va a a tener que velar por las buenas prácticas de manufactura de estos alimentos. Esto también es una novedad, porque no está incorporada en la ley vigente”, acota.
Intolerancias alimentarias
Un aspecto sobre el que la docente llama la atención dentro de la normativa es la obligatoriedad de los establecimientos educacionales de informar a profesores, estudiantes, padres y apoderados sobre la enfermedad celiaca y otras intolerancias alimentarias.
“Esto es súper importante. Si bien hoy se conoce más de la enfermedad celiaca, aún sigue siendo una patología bastante desconocida para un gran porcentaje de la población”, afirma.
La información es relevante, agrega, porque es común que personas que padecen EC no lo sepan, ya que es fácil que se “enmascare” en signos y síntomas comunes con otras patologías, como el síndrome intestino irritable, otras enfermedades o inflamaciones intestinales y patologías mucho más difusas.
“En los adultos es común encontrar signos y síntomas no digestivos, a diferencia de los niños, que son súper sintomáticos especialmente a nivel gastrointestinal, que es donde están los mayores problemas de la enfermedad celiaca, como vómitos o diarrea”, subraya.
De acuerdo a la especialista, quien también sufre la patología, el diagnóstico requiere de exámenes dirigidos, como estudios de anticuerpos antitransglutaminasa y biopsia intestinal.
Dice que el diagnóstico es más fácil en los niños, porque hay signos más claros de sospecha; “no así en adultos, porque pueden ser asintomáticos o tener signos y síntomas extra digestivos. Algunos solo presentan hinchazón abdominal o anemias ferropénicas, porque no hay absorción de fierro ni de ningún nutriente”.
En ese sentido, para la académica, la información que se entregue a padres, apoderados, alumnos y profesores puede servir de orientación para desechar o confirmar sospechas de la enfermedad.
“Para niños y adolescentes es importante la enseñanza en el sentido de respetar a las personas que padecen cualquier tipo de intolerancia o alergia alimentarios y no ofrecerle productos que no pueden comer; respetar sus espacios e incluirlas, no verlas como un bicho raro”, asevera.
Dieta de por vida
La EC es una afección autoinmune que daña al revestimiento del intestino delgado como efecto de una intolerancia al gluten, proteína presente en el trigo, cebada, centeno y otros cereales. Su consumo para los celiacos es altamente riesgoso, incluso puede ser mortal.
“Los celiacos solo podemos consumir alrededor de 3 partes por millón de gluten, eso es menos que una miga de pan”, advierte la profesora Mennickent, señalando que este compuesto produce daños en las vellosidades intestinales, afectando la absorción de nutrientes, generando además un conjunto de síntomas y patologías como consecuencia de la enfermedad inicial.
Anemia ferropénica, osteopenia, osteoporosis e hipovitaminosis son algunas de las afecciones derivadas de la absorción deficiente o nula de nutrientes en el intestino.
Además, agrega que como es una enfermedad autoinmune, se producen muchos anticuerpos que no necesariamente van a atacar al gluten, sino “al mismo organismo, en este caso el intestino delgado, haciendo aun más grave la patología”.
Sigrid Mennickent es enfática en señalar que la dieta de las personas celiacas debe ser estricta, ya que de lo contrario va a existir un daño sistémico, con múltiples órganos afectados. Por otro lado, indica que junto con los anticuerpos se genera una gran cantidad de linfocitos que pueden producir linfoma u otro tipo de cánceres.
“Es una dieta de por vida y es segundo a segundo; no se puede quebrantar, como lo hacen por ejemplo los diabéticos, que pueden hacer un pequeño break con el azúcar y compensarlo después. Los celiacos no podemos hacer eso, no podemos consumir gluten nunca”, puntualiza.
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