Expertos UdeC piden extremar precauciones a recolectores de hongos para evitar intoxicaciones
Crédito: César Arroyo Muñoz | Dirección de Comunicaciones
Los especialistas recomiendan recolectar solo especies conocidas y no consumir productos de origen incierto. La acción rápida permite generar tratamientos adecuados en casos de accidentes.
El reciente caso de intoxicación por hongos que afectó a una familia en la comuna de Lumaco, Región de la Araucanía, ha vuelto a poner de relieve los peligros asociados con la recolección y consumo de estas especies en Chile. Una de las cuatro personas afectadas, un hombre de 60 años, falleció producto de la intoxicación.
Este hecho ha generado preocupación en la comunidad académica, desde donde se recalca la necesidad de concienciar sobre los riesgos que pueden surgir al ingerir hongos sin las debidas precauciones ni medidas de seguridad.
El experto en Diversidad, distribución, ecología, conservación y aplicaciones de hongos e investigador del Departamento de Botánica de la Facultad de Ciencias Naturales y Oceanográficas de la Universidad de Concepción, Dr. Götz Palfner, subrayó los peligros de confundir especies aptas para el consumo con aquellas que son tóxicas, como la Amanita gemmata y Amanita phalloides, siendo esta última la gatillante del accidente conocido hace pocos días.
“El problema que explicaría por qué la mayor parte de los casos graves de intoxicación se dan en zonas rurales es que estas especies tóxicas no existían hace 50 años. Ambas no son nativas de Chile, llegaron con las plantaciones de pino al país hace relativamente poco tiempo. La gente no está acostumbrada a verlas y distinguirlas de las especies comestibles que durante generaciones siempre han recolectado”, afirmó el docente.
El Dr. Palfner señaló que ambas especies del género Amanita presentes en el país son de una identificación fácil para quienes cuentan con la información apropiada. Por ello, invitó a que los organismos y reparticiones del Estado que estén en contacto con las comunidades refuercen las campañas de educación en terreno, en particular en el periodo de recolección comprendido entre abril y julio.
Evolución de los síntomas
En cuanto a los síntomas comunes de intoxicación por hongos, tanto el Dr. Götz Palfner como la gastroenteróloga y profesora asistente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Concepción, Dra. Marta Mac Vicar Fernández, advirtieron del periodo engañoso de mejoría de las personas afectadas por la toxina α-amanitina, una vez que superan los vómitos y diarrea que son características de este tipo de incidentes entre las 6 y 36 horas de la ingestión.
“Entre las 24 y 48 horas se produce un período engañosamente tranquilizador, en el que hay una mejoría de los síntomas clínicos, pero durante el cual, el daño hepatorrenal se establece progresivamente. En pacientes con intoxicación severa esta fase puede estar ausente”, afirmó la especialista.
Esta fase asintomática podría conducir a las personas afectadas a evitar la atención médica, lo que Götz Palfner califica como un grave error: “Ahí muchas personas no van al médico pensando que ya pasó lo peor y están sanando. Eso es una conclusión fatal, porque la toxina de esta especie sigue provocando deterioro del hígado que puede durar 24, 48 horas e incluso más sin síntomas”.
Posteriormente, entre las 48 y las 72 horas, la Doctora Marta Mac Vicar señala que se presenta una fase de afectación visceral, comprometiendo el hígado y riñones.
“Se presentan signos de hepatitis aguda que progresa con alteración de la coagulación con o sin encefalopatía hepática (compromiso de consciencia que va desde un pensamiento más lento con disminución de la capacidad de atención al coma), también puede haber ictericia (coloración amarillenta de piel y escleras) y signos de falla renal (disminución o ausencia de diuresis)”, dijo la docente.
Desde el día 5, agregó la Dra. Mac Vicar, en los casos favorables se podrían apreciar signos de recuperación. Sin embargo, en los casos más complejos puede generarse una progresión de la falla multiorgánica, conduciendo a la muerte del paciente. “Esta última se produce en promedio al sexto día”, añadió.
Medidas de seguridad
El desconocimiento en conjunto con las malas prácticas de recolección, a juicio del Dr. Götz Palfner, son factores que incrementan el riesgo de intoxicación por consumo de hongos silvestres.
“Puede haber personas que recolectan de forma indiscriminada, incluso sin conocer las especies. Por un lado se podrían dar estas situaciones por tradición y conocimiento familiar, el que en algunos casos no incluye la presencia de esta especie tóxica, o puede ser también por recolección sin mucho conocimiento de los hongos a través de una recolección indiscriminada”, reflexionó.
Por ello, recomendó que quienes deseen recolectar hongos solo lo hagan con especies que conocen completamente, y sobre todo no aceptar hongos recolectados por otros o evitar la preparación de hongos de origen desconocido.
“Hace un par de años desde el Hospital Regional me llamaron por un caso de un paciente que recibió una bolsa con hongos silvestres recolectados por otra persona, y de buena fe los preparó y los consumió, resultando intoxicado. Solo se debe preparar hongos de origen conocido, ojalá de recolección propia, y que realmente estén identificadas sin dudas”, sugirió.
Acción oportuna
Varios factores influyen en la gravedad de la intoxicación, como la cantidad de toxina ingerida, la edad del paciente, la presencia de enfermedades hepáticas o renales previas, y el tiempo transcurrido desde la ingestión del hongo. La consulta tardía y el desconocimiento del antecedente de consumo de hongos pueden diluir el éxito de los tratamientos.
La Dra. Marta Mac Vicar señaló que el inicio pronto del tratamiento es crucial. Esto incluye el uso de carbón activado para prevenir la absorción, fluidoterapia intensiva para aumentar la eliminación a través de la orina, medicamentos como la silibinina o penicilina G para bloquear la entrada de toxinas al hígado, y en casos graves, trasplante hepático.
“El tratamiento debe realizarse precozmente ante la sospecha de ingesta de hongos tóxicos. Esto disminuye el riesgo de progresión a enfermedad grave. El objetivo es evitar la absorción de las toxinas y aumentar su eliminación, además de entregar el soporte necesario para el manejo de las complicaciones asociadas a la falla renal y hepática en caso de estar presentes”, afirmó la docente de la Facultad de Medicina UdeC.
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