Convivencia escolar: Docentes UdeC coinciden en abordaje integral para prevención de la violencia
Crédito: Ben Mullins | Unsplash
Según la Unesco, uno de cada tres estudiantes experimenta acoso escolar y el 36% se involucra en riñas físicas. En Chile, entre 2022 y 2023 se registraron 28,500 casos de violencia escolar, según Bullying Sin Fronteras.
Los problemas graves en torno a la convivencia escolar son un desafío para las comunidades educativas a nivel mundial. Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), mensualmente uno de cada tres estudiantes ha sufrido de acoso escolar, y un 36% se ha visto involucrado en riñas físicas con sus compañeros.
En Chile, los episodios de violencia han acaparado con frecuencia los titulares, y de acuerdo a las cifras de la ONG Bullying Sin Fronteras, nuestro país registró 28.500 casos entre 2022 y 2023.
La violencia escolar es un tema para el cual entidades internacionales y expertos recomiendan abordar de manera integral, con el propósito de garantizar los ambientes adecuados y propicios para el desarrollo académico y personal de las y los estudiantes.
El académico de la Facultad de Educación de la Universidad de Concepción e investigador responsable del Programa A Convivir Se Aprende en la región del Biobío, Dr. Óscar Nail Kroyer, explicó que uno de los factores para entender las dinámicas de violencia escolar es el lugar en el que se dan las interacciones.
“El contexto es donde uno espera el apoyo, afecto o estímulo del desarrollo de las personas donde uno convive. Hay varios estudios que hacen notar los episodios alarmantes de crueldad delictiva y acontecimientos entre escolares, tomando conciencia sobre el contexto de la escuela. No todas las relaciones interpersonales que se desarrollan en los contextos escolares están motivadas por razones afectivas y morales o que supongan un correcto proceder o comportamiento de los escolares”, aseguró.
La docente del Departamento de Psicología de la Facultad de Ciencias Sociales UdeC, Dra. Claudia Pérez Salas, explicó que en el ámbito escolar la violencia es “un fenómeno multicausal y complejo”, en el que diversas investigaciones han encontrado variables relacionadas “como el historial de comportamiento agresivo desde la infancia, falta de habilidades de resolución de conflictos, ciertos trastornos del comportamiento, exposición a la violencia en el hogar o en los medios de comunicación, y dificultades en las relaciones interpersonales”.
Al respecto, destacó el papel que tiene la educación emocional en la prevención de la violencia escolar y la promoción de la convivencia pacífica.
“La educación emocional enseña a los estudiantes a reconocer y gestionar sus emociones de manera saludable, lo que les ayuda a desarrollar empatía y habilidades de comunicación efectivas. Esto puede reducir los conflictos y fomentar un entorno escolar más positivo y respetuoso”, indicó la Dra. Claudia Pérez.
En cuanto a los programas preventivos, el Dr. Óscar Nail, señaló que su aplicación es compleja, debido a los múltiples factores que se deben abordar y las condiciones que suman dificultad a su ejecución.
“Muchas veces las intervenciones aparecen solamente cuando tenemos los problemas”, advirtió respecto a las complejidades de estas estrategias que contemplan habilidades sociales, trabajo sistémico y de largo aliento y capacitaciones. “Los programas efectivos en el mundo tienen un porcentaje de efectividad entre el 20 al 15% de ellos, de efectividad real en cuanto a prevención, y ese porcentaje se considera un porcentaje efectivo”, añadió.
En este marco, Nail resaltó los alcances del Programa A Convivir Se Aprende, presentado por el Ministerio de Educación en 2023. Esta iniciativa busca prevenir y enfrentar la violencia en las escuelas, enfocándose en desarrollar habilidades y competencias en los estudiantes y el personal educativo para promover una convivencia pacífica y respetuosa en el entorno escolar. Contempla la entrega de apoyo, formación y herramientas a comunidades educativas de comunas priorizadas, trabajando en colaboración con universidades y autoridades locales para lograr un impacto positivo en la convivencia escolar.
“Es un programa que yo creo que apunta a una mixtura bien importante, que es entender que las escuelas tienen también problemas propios. No todas las escuelas enfrentan los mismos problemas de convivencia. Entonces, permite hacer una ruta en función de la realidad de lo que dicen los actores de las escuelas. Es un programa que está en desarrollo, que también contempla monitoreo y evaluación”, relató el académico de la Facultad de Educación.
Sobre las intervenciones, la Dra. Claudia Pérez sugirió que tanto educadores como profesionales de la salud mental pueden colaborar para desarrollar estrategias de manejo del estrés y la ira en los estudiantes, enfatizando la importancia de que los adultos sean ejemplos en el manejo equilibrado de las emociones.
“Las comunidades educativas pueden beneficiarse de intervenciones que ayuden a manejar el estrés y la ira en todos sus actores. Es importante acá no solo pensar en los estudiantes, sino también en cómo los adultos (padres/madres y docentes) son modelos frente a los niños, niñas y adolescentes sobre cómo gestionar las emociones de una manera apropiada. Porque la convivencia escolar es un fenómeno amplio que incluye la totalidad de relaciones e interacciones entre todos los miembros de la comunidad educativa”, dijo la psicóloga.
Las tareas para enfrentar la violencia y promover una convivencia escolar pacífica se deben apoyar en un enfoque integral, la colaboración y el esfuerzo conjunto de la comunidad educativa para crear entornos que impulsen el desarrollo de los estudiantes en un ambiente seguro.
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