Biofertilizante creado por académica y agrónomo UdeC se adjudica fondos y avanza a comercialización
Crédito: Agronomía UdeC
La iniciativa, que lleva más de dos años de trabajo, es ejecutada por la investigadora Dra. Cristina Muñoz y el ex alumno de la Facultad de Agronomía Jorge Ducros.
Proteger el medio ambiente, aumentar la biodiversidad y apuntar hacia una agricultura sostenible, son algunos de los beneficios que buscan impulsar los creadores de la empresa Suelo Vivo Bioinsumos SPA, que dirige la académica e investigadora del Departamento de Suelos y Recursos Naturales de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Concepción, Dra. Cristina Muñoz Vargas, junto a su exalumno, hoy ingeniero agrónomo, egresado de Agronomía UdeC, Jorge Ducros Soto.
“Hace un año nosotros creamos esta empresa de base científico tecnológica al alero de la UdeC, apoyados por la Vicerrectoría de Investigación, porque había generado algunos productos que potencialmente serían de interés para llevar a un escalamiento y finalmente llegar a mercado; y en ese sentido uno de mis ex estudiantes, hoy ingeniero agrónomo, Jorge Ducros tiene un campo, donde ya habíamos realizado ensayos y habíamos conversado la posibilidad de potenciar las tecnologías en las que estábamos trabajando. Y así nació la generación de esta empresa”, explicó la Dra. Cristina Muñoz.
La empresa Suelo Vivo Bioinsumos SPA logró licenciar una de sus tecnologías a la Universidad de Concepción el biofertilizante Biotafert, “donde tenemos el secreto industrial y con eso tuvimos la oportunidad postular a un proyecto de la ANID (Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo) llamada Startup Ciencia y el concurso 2023. En agosto recibimos la información de que lo habíamos adjudicado y ya iniciamos en septiembre el proyecto Biotafert un biofertilizante innovador para la agricultura sustentable código SUC 230030”, dijo la académica.
Con la adjudicación de casi 94 millones de pesos, serán doce meses de ejecución y escalamiento del biofertilizante. “Lo que haremos ahora es pasar de un nivel tecnológico de escala de laboratorio, a probarlo y a producirlo en el campo. Luego la idea es seguir postulando a otros concursos que nos permitan ir ampliando la producción y finalmente llegar a mercados nacionales e internacionales”, comentó la Dra. Muñoz.
Importancia del biofertilizante
El trabajo y la ejecución se hará principalmente en la comuna de San Carlos, en la Provincia de Punilla en la Región de Ñuble en el predio del ingeniero agrónomo, Jorge Ducros.
“El biofertilizante es en base a microorganismos y a materia orgánica; por lo tanto, se generan la sincronía perfecta entre lo que es la estimulación del desarrollo de las plantas y mejor calidad de los suelos. Estamos aportando materia orgánica y microorganismos que solubilizan nutrientes, este biofertilizante no aporta nutrientes propiamente tal, sino que aporta los microorganismos que ayudan a solubilizar los nutrientes que hay en el suelo”, manifestó la Dra. Cristina Muñoz.
Por su parte, el ingeniero agrónomo Jorge Ducros, agregó que “el objetivo es apuntar a la regeneración de suelos con metas claras que incluyen el secuestro de carbono, el desarrollo de la parte biológica del suelo, su microbiología y la biorremediación también del suelo. Y en esa línea es que licenciamos el producto de Biotafert con la Universidad de Concepción el año pasado, y ahora nos encontramos actualmente en su desarrollo y escalamiento a través de este proyecto, ANID”.
Cabe destacar que el biofertilizante es para cualquier tipo de cultivo. “Estábamos pensando principalmente en cultivos que se desarrollan en suelos de origen volcánico, donde el fósforo es una de las limitantes de producción porque se fija mucho fósforo en los suelos, entonces acá tenemos bacterias que se solubilizan fósforo; y en los suelos que no son de origen volcánico, vamos a aportar la materia orgánica que les hace mucha falta también, en el fondo es una combinación que puede darse para tanto suelos volcánicos como no volcánico”, precisó la experta, quien además sostuvo que actualmente lo están validando para forrajeras y frutales.
Se contempla que después de estos doce meses de ejecución e investigación se logre el prototipo para finalmente tener ya un socio comercial interesado en la tecnología y luego comenzar con la comercialización en el mercado.
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