Crédito: Pinacoteca UdeC
Un segundo elemento, tal vez menos visible, es la dimensión práctica implicada en el desafío de asumir la custodia y la preservación de esas huellas y evidencias – tangibles e intangibles, por cierto – que la Universidad ha producido y que hoy se instituyen como patrimonios de diverso orden.
La celebración del Día de los Patrimonios 2022 resulta ser un escenario propicio para reflexionar sobre la gestión de nuestros bienes culturales como un compromiso y un desafío institucional permanente que, sin lugar a dudas, trasciende lo conmemorativo. En primer lugar, porque desde una perspectiva histórico-administrativa, la Universidad de Concepción se asume como un proceso institucional de largo aliento que, a 103 años de su fundación, da cuenta de un desarrollo que deja huellas y evidencias sobre cómo se ha pensado y constituido a sí misma en diversos momentos de su historia.
Un segundo elemento, tal vez menos visible, es la dimensión práctica implicada en el desafío de asumir la custodia y la preservación de esas huellas y evidencias – tangibles e intangibles, por cierto – que la Universidad ha producido y que hoy se instituyen como patrimonios de diverso orden. Producciones que, de acuerdo a sus cualidades particulares, responden a distintos orígenes y procedencias pero que, desde una mirada de conjunto, tributan cotidianamente a una genealogía común que exige atención y cuidado constante. En este sentido, quisiera mencionar un ejemplo a pequeña escala que ilustra parte de los desafíos y compromisos sistemáticos que lleva adelante la Dirección de Extensión y Pinacoteca de la Universidad de Concepción, me refiero en particular a algunas de las unidades técnicas lideradas por profesionales de la Pinacoteca universitaria.
En enero de 2021, el Archivo Fotográfico de la Universidad de Concepción se integra formalmente como nueva unidad de la Pinacoteca, articulándose a un nodo complejo cuya función es conservar, restaurar, documentar, mediar y difundir los valiosos bienes artísticos y documentales que alberga la emblemática Casa del Arte José Clemente Orozco.
La Dirección de Extensión y Pinacoteca es responsable de articular las unidades que estructuran este nodo: Unidad de conservación-restauración; Área de documentación y registro; Área de educación y mediación; Unidad Archivo fotográfico y Área de Comunicaciónes. Todo este despliegue orgánico obedece a un mandato explícito que es perpetuar la existencia de las colecciones y continuar indagando sus tiempos y sus latencias materiales y simbólicas, siempre en la búsqueda de un diálogo abierto que las doten de nuevos sentidos y significados, más allá de la tradición. Esta declaración de intenciones supone un trabajo silencioso, arduo y meticuloso en extremo, sin el cual no es posible consolidar una apuesta sería que garantiza logro, desarrollo y sostenibilidad, en un sentido estricto y en el marco que hoy nos demanda la gestión institucional.
Hace algunas semanas, desde nuestros respectivas unidades y áreas iniciamos un diálogo preliminar sobre los cruces que se podían producir entre las trayectorias del material fotográfico perteneciente al archivo y la colección de pinturas. La inquietud, como es usual, la despejó un documento que nos regala un desvanecido fragmento visual de la “heroica capitanía de pintores”, una curiosa imagen de los artistas de la “Generación del 13” que dio pie a una pequeña serie de microcápsulas que decidimos llamar “Archivo itinerante: cruces y trayectorias de una fotografía mediada”, un sencillo gesto conmemorativo entre tantos otros.
Columnista(s)
Claudia Arrizaga Quiroz
Coordinadora / Conservadora Archivo Fotográfico UdeC
- Compartir
- Compartir
Noticias relacionadas
Reportajes