Centro EULA cumple 32 años remarcando su compromiso medioambiental con la región y el país
Crédito: Archivo
Biodiversidad, tecnologías contra la contaminación y discusión permanente en torno a los grandes temas que afectan a nuestro medio ambiente, son parte del legado que el Centro EULA continúa haciendo crecer, hoy ante amenazas urgentes como el cambio climático y la escasez hídrica.
El Centro EULA cumple 32 años de servicio a la comunidad, en materias que hoy son más relevantes que nunca y que se engloban en el cuidado del medio ambiente, uso sostenible de los recursos naturales y manejo de cuencas, entre otras preocupaciones. Un proyecto que nació como consecuencia de la cooperación internacional, con la contribución de dos académicos de la Universidad de Génova, Italia, quienes eligieron la cuenca del río Biobío y la zona costera del Golfo de Arauco como sitio para realizar investigaciones interdisciplinarias, que fueran sostenidas en el tiempo. La elección de este espacio geográfico no fue casualidad; investigadores como el Dr. Óscar Parra y el Dr. José Stuardo ya habían iniciado proyectos allí, lo que fue el germen del trabajo de EULA que continúa hasta nuestros días.
El director del Centro EULA, Ricardo Barra Ríos, recordó algunas de las contribuciones de estas últimas tres décadas, como el Programa de Monitoreo de la Calidad del Agua del río Biobío, pionero en su tipo, además de estudios sobre biodiversidad acuática y terrestre, promoción del reconocimiento de la población indígena de Alto Biobío, tecnología contra la contaminación, entre otras.
Con una mirada en la trayectoria de este centro, que debe su nombre a sus orígenes (EULA es acrónimo de Europa-Latinoamérica), Barra recoge la experiencia de 32 años para señalar algunos de los desafíos de corto y largo plazo en materia medioambiental en la región y el país.
Dr. Ricardo Barra
“El EULA se creó incluso antes del nacimiento de la nueva institucionalidad ambiental en la década de los 90. Acompañamos ese proceso, y también el de 2010 con la creación del Ministerio del Medio Ambiente. Han pasado 10 años y queda una parte prioritaria, que es el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas. Esperamos que este gobierno pueda catalizar que ese proyecto vea la luz prontamente, porque en la medida que no tenemos este servicio estaremos al debe con la protección de la biodiversidad, los espacios naturales y otros”.
Para el académico, entre las tareas que es necesario continuar trabajando en la región están los planes de descontaminación atmosférica y el plan de reciclaje, además de “dar mayor relevancia a la protección de los cuerpos de agua; hoy solo el Biobío tiene protección, hay que avanzar al resto. Hemos hecho estudios, por ejemplo, del Lago Lanalhue. Esa es otra actividad que seguiremos promoviendo. Mientras no estén protegidos, no vamos a poder cuidar su cantidad y calidad. En tiempos de escasez hídrica eso es prioritario para la sostenibilidad de la actividad productiva y de las comunidades humanas que depende de este recurso vital”.
Centro Eula Chile
A esto agregó que el centro seguirá contribuyendo “a los grandes temas, como el cambio climático, biodiversidad, economía circular, manejo de residuos. También los planes para enfrentar riesgos naturales, como tsunamis. “Hemos hecho estudios para otras regiones en el tema protección del borde costero, pero eso aun no se concreta en la región del Biobío”.
Medio Ambiente y nueva Constitución
El cuidado del Medio Ambiente tiene hoy un espacio relevante en la discusión política. “Hoy vemos todo tipo de movimientos desde las comunidades para proteger ecosistemas, humedales, lagunas, ríos y zonas costeras, porque estamos viendo su deterioro con preocupación”. Por ello, señaló Barra, La nueva Constitución debiese considerar la protección ambiental como una prioridad, “porque es lo que nos da de comer. Dependemos de la disponibilidad de recursos naturales, de agua, de suelo y aire limpio”.
Ante la discusión constituyente, Barra aseguró que le gustaría que se consagrara el principio de la sostenibilidad. “Es decir, que nuestra generación trabaje para mantener el estado del medio ambiente saludable para las generaciones futuras”.
El académico valoró que se esté avanzando en esa dirección, citando como ejemplos la discusión del rol público del agua como bien común o la naturaleza como sujeto de derechos. “Pienso que se deben consagrar principios generales en la Constitución, y dejar una gran tarea para los gobiernos locales, que tienen responsabilidad en la gestión de los recursos naturales, planificación y ordenamiento, temas que hemos discutido por 30 años en el seno del proyecto EULA y que vinieron para quedarse”.
“Mis colegas dicen, un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar, eso es lo que necesitamos para esta región y para no generar escenarios tan indeseables como los que ocurren en la comuna de Coronel, donde tenemos zona de sacrificio por la ausencia de esta mirada estratégica y de largo plazo, que implica el cómo hacer compatible la actividad productiva con las comunidades, la mejor calidad de vida y el bienestar de todos, grandes y chicos”.
El problema energético
En ese sentido y ante los desafíos urgentes que plantean problemas como el cambio climático, EULA ha hecho un llamado a acelerar las acciones. “Llamamos a ocuparnos de los problemas más acuciantes, porque todos están entrelazados: el cambio climático, la perdida de biodiversidad, contaminación, etcétera, están vinculados. No siempre es sencillo de entender. La idea es que nuestras acciones tengan impactos positivos múltiples en nuestra sociedad. Por ejemplo, una de las principales transformaciones es la energética. Tenemos que transitar hacia energías limpias”.
El académico indicó, sobre el problema energético, que “todas las zonas de sacrificio en Chile están de una u otra forma relacionada a la generación de energía a partir de carbón. Tocopilla, Huasco, Coronel o Quintero, están asociadas a esa forma de obtener energía. Eso no es sostenible y tenemos que avanzar hacia una descarbonificación, ojalá mas acelerada que lo que se planteó en la administración de Piñera. Un proceso que permita beneficios para las comunidades locales, como menos contaminación y menos daño a la salud y a la vez, beneficios globales, como disminuir emisiones de combustibles fósiles, que nos tienen en el escenario de cambio climático que observamos hoy día”.
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