Consideraciones para el retorno seguro a las aulas universitarias
Crédito: Equipo de Campaña Jorge Fuentealba Arcos
Por Jorge Fuentealba Arcos.
Las universidades han preparado el inicio del semestre lectivo retomando actividades presenciales luego de dos años de pandemia. En este período, la UdeC adhirió al modelo de enseñanza remota o virtual para dar continuidad a la formación de estudiantes en lo relativo a clases teóricas y con readecuación curricular en asignaturas que así lo requería para desarrollar actividades prácticas.
Con el avance del proceso de vacunación, más del 95% de estudiantes y casi la totalidad del personal cumple con las condiciones de inmunidad para enfrentar de mejor forma la presencialidad. Con ello, la UdeC ha adoptado medidas internas que propicien un retorno seguro manteniendo protocolos de bioseguridad anunciados por la autoridad sanitaria. No obstante, persisten dudas razonables sobre lo que puede ocurrir con el mayor flujo y contacto entre personas en aula y en la interacción al interior de la universidad.
La pandemia nos desafió a enfrentar la docencia y el trabajo diario a través del uso de plataformas y métodos que se afianzaron durante este período y que hoy son una alternativa válida para reducir la jornada presencial para docentes, administrativos y estudiantes. La docencia remota llevada a cabo exitosamente ha incidido en la buena adaptación generando experiencias en la preparación de actividades de vinculación con el entorno a través de conversatorios online y cursos susceptibles de ser desarrollados de esta forma con un modelo de evaluación no presencial que sin duda representa aún una tarea pendiente.
Los dos años sin clases presenciales incidieron también en el cambio de actividades de quienes proveían arriendos o pensiones para estudiantes. Recientemente, los propios estudiantes han dado cuenta de los problemas para encontrar alojamiento de un número importante de jóvenes que retoman o inician su actividad académica.
La cuestión aquí no es poner en duda el retorno a la presencialidad ya que ni estudiantes ni docentes se niegan a lo positivo del aprendizaje en aula. Por lo tanto, el desafío está en poner la atención en la creación de condiciones de un retorno seguro para estudiantes y personal que se desempeña en la universidad. Mediante la Ley de Teletrabajo, vigente en nuestro país, se podrá evaluar caso a caso las condiciones que permitan acogerse a esa modalidad propiciando un buen trato entre la universidad y sus trabajadores cuyas funciones sean susceptibles de virtualizar. No es tarea fácil, pero se debe empeñar en ello, la mayor voluntad que genere ese necesario acercamiento. Aún falta tiempo para evaluar el avance o posible perjuicio de estos dos últimos años. Sin embargo, también es temprano establecer que las condiciones de retorno seguro sean infalibles. Por lo mismo, las medidas deben evaluarse constantemente para asegurarnos de que el retorno sea seguro y en condiciones adecuadas para mantener nuestros niveles de excelencia y bienestar laboral.
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