Investigadores buscan claves del cambio climático en diálogo con sistemas locales de conocimiento
Crédito:VRID
El Programa CIDESAL, financiado con fondos internos de la VRID, brinda espacio para el desarrollo de estudios y el levantamiento de propuestas que contribuyen al conocimiento de problemáticas tan complejas como el cambio climático y sus consecuencias.
En 2018, se comienza a dar forma entre un grupo de investigadores e investigadoras de diversas unidades académicas de la Universidad de Concepción, a la idea de “crear un espacio de potenciación y colaboración entre colegas de las distintas disciplinas de las Humanidades, Ciencias Sociales, Ciencias Jurídicas y Ciencias Políticas y, a partir de allí, generar un espacio de trabajo inter y transdisciplinar de conocimiento y estudio de los procesos de desarrollo en América Latina”. Así explica el surgimiento del Programa Ciencia, Desarrollo y Sociedad en América Latina, CIDESAL, su primera directora, la Dra. Noelia Carrasco Henríquez, académica del Departamento de Historia de la Facultad de Humanidades y Arte.
Una vez formalizada en la UdeC a inicios de 2019, esta verdadera red de colaboración para abordar desde diferentes miradas, fenómenos y problemáticas sociales complejas, pudieron concretar un hito comprometido en sus bases: la adjudicación de un fondo externo de investigación asociativa, lo que se materializó en octubre pasado, cuando el proyecto Laboratorios de codiseño para el Cambio Climático: gobernanza y cuidado de comunes en zonas costeras del centro sur de Chile, liderado por la Dra. Beatriz Cid Aguayo, resultó seleccionado en el concurso Anillo de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID), en el área de Cambio Climático.
“En este proyecto, además de Beatriz, participamos otros investigadores de CIDESAL y se centra en los comunes costeros en contexto del cambio climático. Es un proyecto que se articula con otras dos universidades nacionales del centro sur, para trabajar en la instalación de laboratorios para el codiseño de la gobernanza en tres zonas costeras: San Juan de la Cosa, Lebu y Coronel de Maule”, detalló Carrasco.
Este proyecto cuenta con un importante componente de redes internacionales, compromisos de productividad y de formación de capital humano, y, enfatiza la investigadora, “un compromiso de aplicabilidad sumamente importante y para el cual estamos trabajando desde el inicio, ya que la iniciativa se presentó con el respaldo de la Fundación para la Superación de la Pobreza y de organizaciones territoriales y municipios. En esta primera etapa, estamos formando los equipos y sentando las bases para la convocatoria a los laboratorios de codiseño en cada uno de esos territorios”, afirmó. Además, detalló que recientemente realizaron un hito de divulgación inicial que consistió en un curso de la Escuela de Verano UdeC.
“Este proyecto Anillo nos va a permitir ampliar enormemente la red de vínculos, de apoyo a tesistas y, además, como Programa CIDESAL ya estamos atendiendo solicitudes para la realización de otros estudios específicos por parte de instituciones externas”, destaca la investigadora.
“Hemos hecho todo lo necesario para responder a los compromisos que teníamos establecidos por decreto como programa, llevando adelante un trabajo sistemático que nos ha permitido sacar adelante estos desafíos”, agregó.
Anticiparse y apoyar
CIDESAL, -actualmente dirigido por el Dr. Sergio Toro Maureira del Departamento de Administración Pública y Ciencia Política- financiado por un fondo proveniente de la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo (VRID) de la UdeC, alberga y potencia una serie de otras iniciativas que han incluido una importante productividad en términos del desarrollo de ciencia de frontera.
“El Programa CIDESAL es una muestra de cómo la Universidad puede anticiparse y dirigir apoyos específicos a temáticas tan relevantes como los fenómenos relacionados con el desarrollo social de Latinoamérica desde las miradas de Ciencias Sociales, Humanidades, Ciencias Jurídicas y Ciencias Políticas. Este Programa ha cumplido sus objetivos y, además, ha generado conocimiento, publicaciones científica y proyectos de relevancia nacional”, sostuvo al respecto la Vicerrectora de Investigación y Desarrollo de la UdeC, Dra. Andrea Rodríguez Tastets.
De esta forma, el programa promueve el quehacer científico en temas como el cambio climático, conduciendo la producción de conocimiento más allá de sus límites culturales, abriéndose al diálogo con otros sistemas de conocimiento. Este aspecto será profundizado con el proyecto Habilitantes para el diálogo intercientífico en las zonas costeras ante el cambio climático. Estudio de caso en la provincia de Arauco, Chile, que dirige la Dra. Carrasco y que recientemente fue seleccionado en el concurso Fondecyt Regular de la ANID.
Esta iniciativa es complementaria tanto del programa CIDESAL como del proyecto Anillo y de las funciones que la Dra. Carrasco tiene como investigadora adjunta en la línea Zona Costera del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia, (CR)2, que apoyó la postulación. “Es un estudio de caso en toda la zona costera de la Provincia de Arauco, estableciendo como hipótesis inicial que son áreas en que no se sobreponen sólo distintas capas geológicas, sino también distintas matrices socioculturales que deben ser analizadas científicamente y ser convocadas a procesos de intercambio y retroalimentación para una mejor gobernanza de los comunes y sus sistemas socioecológicos”, dijo.
Este proyecto combina una serie de enfoques provenientes de áreas como la antropología, ecología histórica y la geografía crítica. Explicó que “el proyecto cuenta además con el apoyo muy importante de las artes, con la asesoría metodológica de Natascha De Cortillas del Departamento de Artes Plásticas de la UdeC, quien, esperamos, nos colabore en reconocer cómo los distintos sistemas de conocimientos se encuentran asociados a diversas estéticas, visualidades y de sistemas de conocimiento que queremos disponer en relación de diálogo simétrico”.
Reconociendo la existencia de estos sistemas de vida diversos y su superposición, el objetivo del proyecto Fondecyt es construir habilitantes que permitan visibilizarlos, potenciar su sobrevivencia y “ponerlos en comunicación con las ciencias académicas, en torno a temas claves como la conservación socio-ecológica, la crisis hídrica y el cambio climático. Necesitamos reconocer y dialogar con estos conocimientos que son propios de ‘sociedades bajas en emisiones’ y, por lo tanto, pueden hacer aportes centrales en el diseño de los procesos de transición que enfrentamos”.
Reconocer estos sistemas de conocimientos locales como fuentes de producción científica local, afirma la Dra. Carrasco, desafía a que “los investigadores, más allá de publicar nuestros resultados en papers y difundirlos entre nuestros pares, o dialogarlos con los tomadores de decisiones, que es lo más habitual, nos abramos también a pensar que esos resultados se transformen en conocimientos de frontera, al ponerse en diálogo con otras lógicas de conocimiento sobre los ecosistemas, creemos que los caminos presentes y futuros de la ciencia no se encuentran dentro de ella, sino en su interacción con otros actores y agencias de conocimientos que coexisten en la vida social y ecológica de los territorios”, dijo.
Urgencias sociales del último tiempo
“Los científicos sociales estamos insertos en la sociedad y nuestro trabajo es ir tratando de entender lo que va a aconteciendo”. Así explica la Dra. Carrasco la rápida adaptación que debió experimentar CIDESAL ante la emergencia de una nueva realidad social tras el denominado estallido de octubre de 2019 y, también, a raíz de las consecuencias que la pandemia por Covid-19 ha tenido en términos sociales.
“Evidentemente, nos metimos a fondo, a tratar de entender las claves de lo que estaba ocurriendo y, en este sentido, los proyectos recientemente adjudicados son también el resultado de esa reflexión crítica y de transformación en la cual estamos como equipo en CIDESAL”, mencionó.
La científica explica que, a partir de estos nuevos escenarios, en el Programa, y específicamente a través de los proyectos Anillo y Fondecyt que antes se comentaron, “quisimos pensar en una ciencia social que fuera mucho más transdisciplinar, porque buscamos un estilo científico comunicado y parte de las realidades que se requiere conocer y afrontar colectiva y colaborativamente”.
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