Reflexiones sobre el rol público de la Educación Superior frente a los desafíos de los nuevos tiempos
Crédito: Equipo Campaña Jacqueline Sepúlveda Carreño
Cada día crece la urgencia respecto del regreso de los estudiantes al quehacer académico presencial. Los destacados avances del país en el control de la pandemia permiten contar con las condiciones necesarias para retomar las actividades prácticas.
Los destacados avances del país en el control de la pandemia permiten contar con las condiciones necesarias para retomar las actividades prácticas. Retornar a las universidades en su totalidad será un desafío para este nuevo año académico, no solo en lo relacionado a la pandemia y los resguardos que eso conlleva para toda la comunidad, sino que también en la reflexión respecto a los modelos educativos en tiempos de cambio.
Hemos visto que los distintos rankings mantienen los criterios e indicadores tradicionales para evaluar a las universidades, a pesar de estar viviendo constantemente cambios en las modalidades docentes tras el fuerte impacto de la pandemia. La educación superior, hoy más que nunca, debiese impulsar que los criterios de evaluación conversen con esta nueva realidad, evaluar la estructura de títulos y grados, así como los criterios y estándares de acreditación, pensando en las actuales metodologías de enseñanza híbridas y las formas de relacionarnos en investigación, con los estudiantes, las comunidades y los territorios.
Tenemos el desafío de reflexionar respecto de la educación superior que queremos para Chile. No solo necesitamos universidades que se adapten ante un escenario de cambio global, sino que también debemos potenciar el rol público de estas instituciones. Esto va más allá de la formación de profesionales, de desarrollo y transferencia de conocimiento e incluso generar espacios de movilidad social, sino que las universidades están llamadas a contribuir a la construcción de una sociedad sustentable, que propicie el cuidado de la naturaleza y que por, sobre todo promueva estos valores en todo su trabajo académico. Recordemos que las universidades son las instituciones mejor evaluadas por la ciudadanía, hagamos honor a esta valoración para hacer un llamado a la conciencia y lograr un mejor país.
Chile tiene una gran oportunidad para diseñar la estrategia para la educación superior que sueña y merece. Esta propuesta debe estar centrada en las personas con una ruta de progresión y trayectoria formativa, considerando una mayor flexibilidad y articulación. También debiera garantizar pertinencia en materia de los títulos y grados universitarios.
En cuanto a los indicadores de impacto, es relevante mencionar que las universidades al asumir un rol público deben generar un impacto económico y social que conlleve al mejoramiento en la calidad de vida de las personas. Por lo tanto, las universidades deben hacer un esfuerzo por seguir potenciando este rol público y ser un actor relevante en la construcción del Chile que viene.
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