"La Constitución Feminista": académicas defienden igualdad de mujeres y disidencias sexuales en nueva Carta Magna
Crédito: DirCom UdeC
El texto, editado por LOM, recoge contribuciones de 21 mujeres de diversas edades, formaciones, trayectorias y ciudades de origen.
Como parte del programa de trabajo de la Convención Constitucional en la Región del Biobío, este viernes, en la Casa del Arte, se llevó a cabo el lanzamiento regional del libro La Constitución Feminista, que recoge contribuciones de 21 mujeres de diversas edades, formaciones, trayectorias y ciudades de origen.
Dentro de ellas, se cuentan las académicas de Ciencias Jurídicas y Sociales, Dra. Amaya Álvez Marin, convencional constituyente por el Distrito 20, y la Dra. Ximena Gauché Marchetti, directora de Foro Constituyente UdeC.
La actividad, transmitida por TVU, fue abierta por la directora de Equidad de Género y Diversidad, Dra. Lucía Saldaña Muñoz, con un saludo de bienvenida en el que puso de relieve los desafíos que ha implicado la conformación de un proceso constitucional paritario inédito en el país y a nivel global.
Este hecho, a su juicio, “ha posicionado en la agenda pública a las mujeres como actoras políticas y sociales fundamentales, asignándonos la centralidad que históricamente nos ha costado trabajo sea reconocida”.
La académica afirmó que la presencia de las mujeres en la discusión de un modelo de constitución con perspectiva de género implica que se visibilicen las brechas y problemáticas combatidas por los movimientos feministas desde hace años.
Por su parte, la Dra. Ximena Gauché llamó la atención sobre la oportunidad en que se produjo la presentación del texto editado por LOM, a un día de la conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, que recuerda la muerte, el 25 de noviembre de 1960, de las hermanas Mirabal, en su lucha contra la dictadura en su país, República Dominicana.
“También asistimos al hecho histórico de que un grupo de convencionales constituyentes feministas presentó (ayer) una iniciativa constituyente centrada justamente en el derecho a vivir una vida libre de violencia de mujeres, niñas y disidencias sexuales y de género, cuyo valor es enorme. No solo se dio en el contexto de un nuevo 25 de noviembre, sino que se hace desde fuera del centro de poder de este país”, comentó.
El conversatorio contó con la participación de las coordinadoras del texto, las abogadas y académicas Bárbara Sepúlveda Hales, fundadora de la Asociación de Abogadas Feministas (Abofem) y convencional por el Distrito 9, y Florencia Pinto Troncoso, especialista en Mujeres y Justicia Penal; además de la Dra. Amaya Álvez.
Bárbara Sepúlveda y Florencia Pinto centraron sus exposiciones en un análisis del derecho como extensión de una visión masculina de la realidad y la necesidad de explicitar en la Constitución normas que aseguren la igualdad para mujeres y disidencias sexuales.
Sepúlveda señaló que se debe terminar con abstracción, vaguedad, neutralidad y pretensiones de universalidad del Derecho, porque “sabemos que nuestras vidas son bien diferentes cuando nacemos hombres, cuando nacemos mujeres o nacemos dentro de las disidencias sexuales”.
En ese sentido, señaló que no basta que la Constitución diga que mujeres y hombres son iguales, sino que deben existir “normas constitucionales con mandatos claros y específicos a los poderes del Estado para actuar”.
Florencia Pinto ahondó en el tema afirmando que el “derecho no es neutral” y explicó que la supuesta neutralidad responde “a la propia posición masculina; es desde el lugar en que los congresistas, los parlamentarios han construido las distintas normas jurídicas en nuestra república”
Por eso, indicó que este libro es un aporte para avanzar hacia una paridad y una democracia sustantivas “y también para que incorporemos a las mujeres a lo largo de todo el texto constitucional y sus instituciones”.
Amaya Álvez, en tanto, explicó que su trabajo en el libro está centrado en el enfoque de género en el tratamiento constitucional de la naturaleza, en cuyas conclusiones aborda los efectos negativos que tiene el actual modelo de desarrollo, que -dice- mercantiliza la naturaleza, debilita el tejido social y favorece la pérdida de identidad cultural frente a la cultura dominante.
“También propongo una reflexión situada del rol que las mujeres podrían tener como sujetas de conocimiento y su necesaria voz para el desarrollo de nuevas lógicas de regulación constitucional ambiental, con un claro enfoque de género, asegurando la igualdad material en la nueva constitución”, señaló.
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