Dan a conocer primer reporte de impacto psicosocial de Covid-19 en Chile
Crédito: Archivo
El trabajo, donde participan las académicas UdeC Paulina Rincón y Loreto Villagrán, da cuenta de la compleja situación a la que se enfrentan miles de personas en el territorio nacional, quienes han visto deteriorada su salud mental a causa de la pandemia.
Entre abril y junio de este año, se llevó a cabo una encuesta virtual destinada a conocer los impactos psicosociales que la etapa temprana de la pandemia provocó en miles de personas mayores de 18 años repartidas en Chile, Argentina y Bolivia.
La iniciativa, liderada por la académica María Soledad Burrone de la Universidad de O’Higgins, cuenta con la participación de las docentes del Departamento de Psicología UdeC —dependencia que forma parte de la Facultad de Ciencias Sociales de la casa de estudios penquista—, Dras. Paulina Rincón González y Loreto Villagrán Valenzuela.
Luego de un arduo trabajo de recopilación y procesamiento de datos, los primeros reportes de resultados están finalmente disponibles. En ellos es posible conocer cómo, al menos en Chile, más de 3 mil personas repartidas a lo largo y ancho del territorio nacional, han experimentado las consecuencias psicosociales derivadas de la emergencia sanitaria.
A juicio de la Dra. Rincón, este primer reporte —si bien hay que señalar que la mayoría de las personas de la muestra son mujeres, 75,9%— “se trata una muestra amplia y los resultados son bastante interesantes en términos de actitudes o creencias hacia el coronavirus, actitudes y medidas de protección, cumplimiento de la cuarentena y luego también el impacto psicosocial en la condición de trabajo, en la condición de quienes son estudiantes, en el sueño y en aspectos emocionales”, comenta.
La profesional destaca los números obtenidos en prácticas de autocuidado que realiza la población: el uso de la mascarilla, el evitar saludarse de beso, el aumentar la frecuencia del lavado de manos en más de un 75% de quienes responden la encuesta está presente; “entonces, esta es una adherencia importante a estas prácticas que son las básicas para controlar la enfermedad”, señala Rincón.
Soledad y fuerte carga hacia las mujeres
Cabe señalar que el cumplimiento de la cuarentena en el momento en que son encuestadas las personas no es tan alto. Solo un 56,6% declara estar cumpliendo totalmente la cuarentena, en cambio, un 42,8% dice que la está cumpliendo parcialmente. “Es interesante que uno a priori, y sin ver los datos, piense que la gente la cumple de manera parcial porque tiene que salir a trabajar; pero cuando se miran las razones hay un 30% de las y los encuestados que señala que no cumple la cuarentena por sentimientos de soledad, versus un 33% que no la cumple porque tiene que salir a trabajar; entonces, nuevamente los aspectos emocionales impactan en las conductas de los seres humanos”, puntualiza la académica.
Por otra parte, se observa que en términos de calidad de sueño el mayor impacto es en las mujeres. Si bien una parte importante de los encuestados y encuestadas dice que duerme peor o mucho peor desde el inicio de la pandemia, “si uno lo mira separadamente, esto impacta a un 73% de las mujeres encuestadas versus un 59% de los hombres”, añade la docente.
“Pasa lo mismo cuando una mira los impactos en términos emocionales a través de la escala de Kessler, que identifica síntomas de depresión y ansiedad, donde un 79,9% de la muestra tiene un puntaje en esta escala que indica malestar psicológico, siendo mayor en las mujeres, que es lo que vemos generalmente en los sucesos potencialmente traumáticos, donde los grupos vulnerables se ven más afectados por este tipo de situaciones; y las mujeres, dada la situación de discriminación y la carga que tenemos en términos de los múltiples roles que debemos cumplir, somos parte de esos grupos vulnerables”, complementa la Dra. Rincón.
Se espera que en enero exista ya un segundo reporte de resultados, porque ahora se están volviendo a tomar datos y además se han agregado algunas variables que tienen que ver con crecimiento postraumático, individual y colectivo. “Por lo tanto, empezamos a movernos nuevamente en redes sociales para tener datos y comparar qué es lo que ha pasado en los períodos abril-junio y ahora noviembre-diciembre”, sentencia la profesora del Departamento de Psicología de la Universidad de Concepción.
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