Redescubren en Campus Naturaleza UdeC especie de hongo no registrada en Concepción hace más de un siglo

Crédito: Campus Naturaleza UdeC
Descubierta por primera vez hace más de un siglo, Nothojafnea thaxteri reaparece en Campus Naturaleza UdeC, evidenciando el valor de los remanentes de bosque nativo.
En noviembre 1906, el micólogo estadounidense Roland Thaxter recorrió los bosques de Concepción y recolectó, sin saberlo, una especie hasta entonces desconocida para la ciencia: un pequeño hongo en forma de copa, hoy conocido como Nothojafnea thaxteri. Más de un siglo después, la especie fue nuevamente registrada en el mismo territorio donde fue hallada originalmente, esta vez por el académico del Departamento de Botánica de la Universidad de Concepción, Dr. Götz Palfner, junto a un grupo de estudiantes durante una salida a terreno en Campus Naturaleza UdeC.
«Antes de entrar al bosque, justo a la orilla del camino de acceso, encontramos un hongo muy interesante que se llama Nothojafnea thaxteri. Es una especie pequeña, no muy llamativa, pero de gran interés micológico», comenta el Dr. Palfner, quien lleva más de dos décadas dedicado al estudio de los hongos nativos de Chile.
La especie pertenece al grupo de los ascomicetes, como las trufas y los digüeñes. Tiene forma de pequeñas copas de un centímetro de diámetro, con tonalidades blancas por fuera y un rojo oscuro en su interior. «Lo interesante es que esta especie, según estudios genéticos recientes, está relacionada con las trufas del hemisferio norte. Es como un tatarabuelo de las trufas», explica el académico.
El hallazgo se produjo en septiembre de 2024 y fue parte de una actividad de terreno del curso de ecología de hongos. «Casi todos los años encontramos algo desconocido. Pueden ser hongos no registrados antes en Chile o, incluso, especies nuevas», señala el Dr. Palfner. En este caso, se trató de una especie extremadamente rara, con muy pocos registros en el país. «Hasta hace poco se pensaba que la especie estaba extinta en su localidad de descubrimiento, que es en Concepción. Este hallazgo demuestra que no, que sigue presente en este territorio», agrega.

De Concepción al mundo
La historia de esta especie es, además, un viaje por la historia de la micología. Tras su recolección en 1906, la muestra permanecía sin estudiar hasta que, en 1957, la micóloga estadounidense Edith Cash le dio el nombre Peziza thaxteri en honor a su recolector original. Años más tarde, en 1971, la especialista argentina Irma Gamundi revisó la clasificación y asignó el nombre actual: Nothojafnea thaxteri.
«Durante mucho tiempo no supimos nada más de esta especie. Ni siquiera tiene nombre común. Recién en 2014 la volví a encontrar en la Reserva Nacional Los Ruiles, en la Región del Maule. Pero la gran interrogante seguía siendo si aún sobrevivía en su lugar de origen, Concepción. Hoy podemos decir que sí», destaca el especialista.
El redescubrimiento de Nothojafnea thaxteri se suma a una larga lista de registros que el equipo del Dr. Palfner ha recopilado en Campus Naturaleza UdeC, un espacio que resguarda 25 hectáreas de ecosistemas nativos, incluyendo fragmentos de bosque de Nothofagus obliqua (hualle), especie con la cual este hongo forma asociaciones micorrícicas. «Sabemos que esta especie forma simbiosis con hualle. Basta que esté un solo árbol para que lo acompañe una diversidad considerable de hongos», afirma.
La relevancia del hallazgo no es solo científica. Nothojafnea thaxteri está incluida en la Lista Roja Global de Hongos de la UICN como especie vulnerable. No obstante, la clasificación no considera aún los nuevos registros de Concepción. «Sería importante que alguien tomara esto y preparará una ficha nacional para el Ministerio del Medio Ambiente. Hay un patrimonio que está aquí y que puede ser protegido si se reconoce su presencia», propone el Dr. Palfner.
Respecto del valor educativo de estos hallazgos, el académico cree que aún hay mucho por hacer: «Hay mucha información sobre flora y fauna, pero los hongos siguen siendo los grandes olvidados. Necesitamos más iniciativas para educar, desde salidas al bosque hasta material didáctico específico». En esa línea, Campus Naturaleza UdeC se ha convertido en una plataforma privilegiada para la formación y la investigación micológica. «Es un lujo tener este bosque al lado de la universidad. No tenemos que viajar lejos para hacer ciencia de nivel mundial», sostiene.

Remanentes con valor ecosistémico
En su experiencia, cada remanente de bosque nativo cuenta. «Yo siempre digo: cada parche, por pequeño que sea, merece ser conservado. No solo por lo que vemos, sino por todo lo que vive en el suelo, como estos hongos. Son refugios vitales para especies endémicas que podrían desaparecer sin que siquiera las hayamos conocido».
El Dr. Palfner proyecta seguir investigando en sectores aún inexplorados de Campus Naturaleza. «Me contaron que hay más parches de bosque más arriba, que no conozco. Así que vamos a extender nuestra investigación a esas áreas. Siempre hay algo nuevo por descubrir».
Este hallazgo no solo refuerza el valor científico de Campus Naturaleza UdeC, sino también subraya la urgencia de considerar a los hongos como actores clave en los ecosistemas. Desde su rol en la descomposición y el reciclaje de nutrientes, hasta su función como aliados en la restauración de bosques, los hongos comienzan a visibilizarse como parte esencial de la biodiversidad que debemos proteger.
«Los bosques no funcionan sin hongos. Esa es la verdad. No existirían como los conocemos sin estas especies que trabajan silenciosamente bajo tierra», concluye el Dr. Palfner, abriendo una ventana hacia un mundo diminuto, pero decisivo para el equilibrio de los ecosistemas.
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