Wüñoy Tripantu: El solsticio de invierno en tiempos de pandemia
Crédito: Facultad de Humanidades y Arte UdeC
Tal vez son tiempos de renovar y decolonizar la estructura occidental y su forma de ver el mundo.
Como una celebración en casa, entre el 21 y 24 de junio se presenta el solsticio de invierno austral, en otras palabras, el día más corto del año en el hemisferio sur. Wüñoy Tripantu se define como el acto de salir o retorno del sol, también We Tripantü equivale a lo nuevo o tiempo de brotes y cambios, donde es tiempo de renovación en la naturaleza.
Las aguas y las lluvias hacen su trabajo, renuevan la tierra para las siembras y cosechas, pero también nos sirve para limpiar con esas aguas más tibias nuestro cuerpo la madrugada del 24 de junio, siendo el momento donde el mapuche las usa para limpiar su cuerpo lentamente, concentrándose en lo que viene y recibiendo la energía de lo nuevo. El Wünoy Tripantu no es una actividad exclusiva mapuche si no que también de otros pueblos del continente Abya Yala “América del Sur”, por ejemplo, en el mundo Aymara es el Willkakuti Retorno del Sol, y en la cultura Incaica es el Inti Raymi- La fiesta del sol. Mientras que para el pueblo Selk´nam es Xóosink, tiempos de nieve.
Este año los festejos son en casa con la familia y parientes cercanos, lo que nos recuerda a cómo fue antiguamente, donde no teníamos derecho a celebración. Me refiero a los tiempos de dictadura militar, donde relatos de los abuelos dicen que tenía que estar presente un militar o un sacerdote católico, dependiendo del territorio, haciendo acto de presencia para celebrar los que es propio de los mapuches. Así la colonia dejó su huella y trauma por medio de la religión, educación y la guerra sobre nosotros, y en toda América.
Hoy debido a la pandemia, se pide a los pueblos no realizar reuniones masivas como lo habíamos recuperado hace un tiempo, desde los 90. La reunión y celebración en la Ruka nos da una oportunidad de estar en familia, volver a los antiguos relatos en torno al fuego, repasar la memoria reciente, donde los abuelos instruyen a los niños a ser personas correctas en su caminar por la vida, y así al ritmo del Kultrün y juegos de palín damos la bienvenida al tiempo de lluvias “Mawün” y brotes “Choyüm”.
Cuando el sol aparece por las montañas del Puel Mapu (tierra del Este), los mapuche gritan: “¡Akuy we tripantu!” (¡llegóel nuevo sol!) y Wiñoy tripantu (regresa el amanecer). Las estrellas también están presentes en la vida mapuche, Wüñelfeel lucero del amanecer, la estrella de ocho puntas que su proyección o reflejo en la tierra es la flor del canelo, también estandarte o simbolo de la resistencia a la llegada del español. El lucero del amancer es importante en esta fecha, el mapuche acude con una vara y golpea los troncos de los árboles para activar su savia para que den frutos, también se acompaña en familia tocando instrumentos como trutruka, ñolkiñ, kullkull, trompe y las kaskawilla, siempre con alegría por todo lo que la tierra nos dará en abundacia.
Después del baño en las aguas y purificadoras se prepara la rogativa “llellipun” mirando todos al oriente donde habita el gran espíritu creador de todo.
Así la gente mapuche con estas expresiones culturales ahonda la conciencia del espíritu humano, de su diálogo con el corazón para orientar el vínculo con la ñuke mapu. Por otra parte, los parientes chilenos celebran su año nuevo en diciembre, pero cada vez ha despertado más la conciencia de adherirse a la tradición pre existente de estas tierras, por que de cierta manera tambien habitan el territorio y sangre. Así como tomó el hermano chileno la bandera wenufoye/canelo del cielo en las marchas de octubre pasado, transformándola en un ícono de la resistencia por la digindad y la vida humana, —que el ojo mapuche miró con sorpresa—, tal vez en la gente de Chile ha despertado su sangre meztiza y la estáasumiendo de a poco, lo cual es muy importante en estos tiempos donde domina y se impone de manera bruzca un modo de pensar.
Tal vez son tiempos de renovar y decolonizar la estructura occidental y su forma de ver el mundo. Tal vez es tiempo de renovación de pensamiento y que mejor momento para hacerse la pregunta de qué estamos haciendo con eso que llamaron “desarrollo” y “civilización”. Al pueblo chileno y mapuche convido a cuidarse en estos momentos y a reflexionar y replantearse el cómo vamos a convivir de aquí en adelante. ¡Akuy we tripantu! ¡Llegó el nuevo sol! Wiñoy tripantu, regresó el amanecer.
Columnista(s)
Francisco Huichaqueo Pérez
Cineasta mapuche
Académico del Departamento de Artes Plásticas
Facultad de Humanidades y Arte UdeC
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