Una carrera hacia la victoria: el try de oro de Cristóbal Game en los Juegos Bolivarianos

Hay dos grados en Santiago de Chile. La selección nacional de rugby seven entrena con miras a los Juegos Bolivarianos de Valledupar 2022. Al día siguiente deben viajar a la localidad del norte colombiano y tres días más adelante debutan.

Después de un largo viaje llegan a destino. Las condiciones son muy diferentes. Más de 30º y 70% de humedad reciben a la delegación chilena. En tanto, los colombianos preparan esta cita desde hace semanas. Pocos de ellos son originarios de esta sofocante zona, pero su aclimatación se lleva a cabo de manera gradual y perfecta.

A pesar de las vicisitudes, Cristóbal Game Jiménez, estudiante de segundo año de Ingeniería Civil Industrial de la Universidad de Concepción, está contento. Empezando el segundo trimestre del año, en un partido correspondiente a una gira por Paraguay, se lesiona y debe entrar al quirófano a la brevedad.

“Estaba con miedo, pero con el avance de la medicina deportiva, ahora la operación de meniscos es relativamente sencilla. La lesión que tuve era solo cortar y sacar un pedazo de menisco, así que la recuperación fue muy rápida”, cuenta Cristóbal.

El 20 de abril fue la operación y en la primera semana de junio Cristóbal ya estaba entrenando. Pero también había riesgos. Si bien los Juegos Bolivarianos son importantes, el Mundial de Rugby Seven, que se jugará en septiembre de este año en la urbe sudafricana de Ciudad del Cabo, era el objetivo principal. 

Además, en agosto de este año se disputará en Santiago un challenger clasificatorio cuyo ganador ingresará al prestigioso Circuito Mundial de Rugby Seven, donde están los 15 mejores equipos del planeta y en el que Chile solo ha actuado como invitado.

Valledupar 

La deshidratación podía ser clave. Aquel sábado final de junio hicieron una sesión física de recuperación y activación, donde perdían mucho líquido por las condiciones climáticas. “Fue súper importante el preparador físico y el kinesiólogo, que nos pesaban sistemáticamente para ver cuánta agua íbamos perdiendo”, detalla.

Ante la resignación colombiana, Cristóbal se dispone a caer y marcar el try definitivo / Crédito: Óscar Muñoz Badilla

Ya en lo estrictamente deportivo, el fixture indicaba que Chile debía ganar. Al frente tenía a República Dominicana, Venezuela y Colombia, que están en plena construcción de su historia en el rugby y Chile venía con el bicampeonato bolivariano a cuestas.

El camino hasta la cita cumbre fue sencillo, pero la final no. “Íbamos ganando y nos empatan al último. Todos piensan que ellos ganaron, pero se dan cuenta que era empate y tienen que seguir jugando», narra el estudiante de la Facultad de Ingeniería UdeC. 

El primer equipo que logre una conversión se alzará con la victoria. Chile marca dos tries, pero son anulados correctamente. La presión es incesante, pero Colombia resiste por más de cinco minutos. 

El drama llega. “Perdemos la pelota y después de todo ese desgaste físico, ya destrozados, se pone a atacar Colombia y desesperadamente tratamos de defender. Afortunadamente tiran mal un pase y veo que el jugador receptor no me está mirando, por lo que le subo con todo para tratar de parar la jugada, descansar y recuperar fuerzas”, relata Cristóbal.

“Justo llega mi compañero por mi interno y saca al jugador que iba a recuperar la pelota. En eso que me estoy levantando veo que sacan al jugador y la pelota queda libre, la agarro y salgo corriendo por mi vida para tratar de ganar”, complementa el estudiante UdeC, quien corrió sin mirar atrás para darle la medalla de oro a Chile.

Cristóbal es un agradecido de la Universidad de Concepción. Su Beca Deportiva le ayuda a él y a su familia. 

Pero no es todo, porque hay otro equipo que si bien no compite, para Cristóbal es oro puro: su grupo de amigos compañeros de carrera. “Sin ellos no podría haber aguantado tanto”, cierra uno de los deportistas más laureados de la UdeC.