Retorno presencial: un compromiso de toda la comunidad universitaria
Crédito: Esteban Paredes Drake/DirCom UdeC.
La decisión de volver a los campus fue adoptada en un contexto de la flexibilización de las medidas sanitarias, debido a los cambios en la evolución de la pandemia.
Un intenso trabajo, que comprometió a todas las reparticiones universitarias, marcó el inicio del 2022 con miras a un año académico que se cumpliría completamente presencial en los tres campus.
La decisión había sido acordada en noviembre de 2021 por el Consejo Académico, en un contexto de la flexibilización de las medidas sanitarias, que respondía a los cambios en la evolución de la pandemia.
Así se dio paso a un conjunto de medidas como ajustes curriculares y protocolos, además de adaptaciones de espacios, incluyendo la instalación de dispensadores de alcohol gel, tótems para la toma de temperatura y la habilitación de pediluvios en las distintas instalaciones universitarias, todo con el fin de crear las mejores condiciones para un retorno seguro a los campus después de dos años.
“Tuvimos que hacer todos los esfuerzos para retornar a la presencialidad, después de los dos años de pandemia y con todas las incertidumbres que estaban al inicio”, recuerda el Rector Carlos Saavedra Rubilar.
“Fue un periodo lleno de incertidumbres, en el cual pudimos transitar con tranquilidad en el cuidado de las personas. Con el esfuerzo de todas y todos logramos recuperar la presencialidad segura y el avance total de las actividades universitarias y los desafíos institucionales”, agrega el Dr. Saavedra.
En el nuevo escenario sanitario y en el contexto del retorno a los espacios universitarios, el Comité de Crisis -que había operado desde el comienzo de la pandemia- fue reemplazado por el Comité de Retorno, bajo la coordinación de la Unidad de Seguridad y Salud Ocupacional (USSO) dependiente de la Dirección de Personal.
La instancia fue establecida con el propósito de dar seguridad a trabajadores/as y alumnos/as en los espacios universitarios en el proceso de regreso a la presencialidad.
“Se activaron todas las normativas que se exigían desde la Seremi de Salud, el Ministerio de Educación y la Dirección del Trabajo y las buenas prácticas que habíamos definido como universidad para el retorno presencial a las actividades”, cuenta la jefa de la USSO y coordinadora del Comité, Sandra Aguilar Aguilar.
Todas estas medidas fueron evolucionando a la par de los cambios de las directrices nacionales, de acuerdo al desarrollo de la pandemia, y en una perspectiva “de mejoramiento continuo”, como señala Aguilar.
Se establecieron así todas las condiciones para comenzar a retomar la normalidad en el desarrollo de actividades universitarias clave, como la docencia.
“Tuvimos un calendario académico que pudo completarse tal cual como se planeó, lo que nos permitió una tremenda capacidad de adaptación de cada una de las personas que conformamos la comunidad UdeC y todo eso ayudó a que nuestro retorno fuese bastante más amigable y con una mirada muy positiva por parte de todos los agentes involucrados”, señala la directora de Docencia, Carolyn Fernández Branada.
De acuerdo a la Dra. Fernández, el regreso a las aulas no solo nos dio la oportunidad de volver a tareas académicas que se vieron limitadas por las restricciones de la pandemia, sino que también abrió espacios de reencuentro entre las personas; algo relevante sobre todo para “los y las estudiantes que ingresaron en las cohortes pandémicas que no habían tenido muchas posibilidades de encontrarse”.
El retorno consideró, asimismo, “buscar estrategias y distintas instancias de interacción y de aprendizaje que no solo nos da la posibilidad de avanzar en términos de aprendizajes y metas, sino que también en términos de interacción y salud mental y de todo lo que implican los procesos de socialización y de apertura e intercambio”.
Mirando en retrospectiva el proceso, la Dra. Fernández destaca la apertura y capacidad que todas y todos los universitarios pusieron en el cumplimiento de un retorno exitoso.
“Son esfuerzos, desde Rectoría en adelante, que han sido intensos para poder generar las condiciones para que la presencialidad fuera como fue y, por lo tanto, permitir vivir nuestra universidad en una comunidad que siempre está creciendo, que siempre está mejorando, que siempre está atenta a los requerimientos de todas las personas que somos parte de ella”.
Junto a las actividades académicas, las reparticiones dedicadas a la atención de estudiantes pusieron nuevamente sus servicios a disposición de las y los jóvenes para garantizar una experiencia universitaria completa.
La Dirección de Servicios Estudiantiles (DISE) volvió a realizar en los tres campus las ferias dedicadas a informar a las y los alumnos sobre los beneficios y actividades complementarias -con acento en quienes no habían vivido la universidad presencialmente- retomar hitos propios de su quehacer como la bienvenida a los mechones y la Feria de Intercambio del Libro, entre otros.
Por otro lado, al igual que la UdeC, el Centro de Desarrollo Integral del Niño (Cedin) también vivió un proceso gradual de retorno en el que, además de las medidas sanitarias de rigor, se establecieron protocolos de seguridad específicos como la limpieza total de los materiales y espacios después de la jornada, así como estrategias especiales para ayudar a la adaptación de los y las pequeñas.
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