Política de archivos: una revisión desde el arte penquista
Crédito: Ciclo Construcciones de Archivo en Arte | Facultad de Humanidades y Arte
¿Cuál es el valor del archivo para comprender la memoria reciente? Como plantea el teórico del arte Andrés Tello, “el archivo es el «paradigma», la «metáfora» privilegiada o bien una clara «tendencia» del arte contemporáneo.
Revisamos el trabajo de archivo desde las artes visuales, abarcando diversas temporalidades y miradas, desde la mitad del siglo XX hasta nuestros días, en tres investigaciones realizadas por académicas(os) del Departamento de Artes Plásticas. A propósito de la celebración durante junio del mes del archivo.
Este material parece ser el objeto del deseo de artistas, gestores, curadores y comisarios(as) del arte, su versatilidad en la reelaboración de significados parece aportar retazos de memoria e información vital para el presente, y es que tanto su faceta de documentación, como de patrimonio u obra de arte, le dan un sitio privilegiado en el arte contemporáneo.
En Concepción su estudio ha abarcado diversas temporalidades y disciplinas en lo local, entre ellos Arte, Danza, Entorno. Crónica historiográfica de Calaucán (2009) que retrata el perfil multidisciplinar que tuvo el Taller Calaucán de danza moderna en Concepción, analizando casi 30 años de producción artística, Teatro y Memoria en Concepción, Prácticas teatrales en dictadura (2019), publicación que revela el rol de las prácticas teatrales en el territorio, generando espacios de encuentro y diálogo para niños/as, así como también registrando compañías profesionales con una prolífica producción. También la investigación Genealogías del rock penquista (2019), que indaga la producción musical en el Gran Concepción entre 1960 y 1090, revisando el devenir de estilos entre épocas y acontecimientos históricos marcados por nuevas estéticas y tendencias.
¿Cuál es el valor del archivo para comprender la memoria reciente? Como plantea el teórico del arte Andrés Tello, “el archivo es el «paradigma», la «metáfora» privilegiada o bien una clara «tendencia» del arte contemporáneo. Es una máquina social que organiza y administra tanto los signos como nuestros propios cuerpos, mediante diversas tecnologías de archivarían que definen nuestra «actualidad». De ese modo ciertas estrategias artísticas recientes pueden ser comprendidas más como subversivas que como subsidiarias del archivo. Es allí donde radica la singularidad de tales prácticas respecto de este”.
Según esta definición, el archivo presenta al menos dos acepciones: el archivo como registro y objeto de documentación, y el archivo como obra de arte. El primer postulado remite a la necesidad de documentación en torno a la construcción de memorias colectivas que se ha desarrollado en la institucionalidad cultural latinoamericana con fuerza durante las últimas dos décadas. Una evocación tendenciosa hacia el archivo., referentes a los ámbitos de la cultura, indigenismos, artes, manifestaciones culturales y sociales.
Por su parte, el concepto de archivo como obra, se torna trascendental al entender que diversos lenguajes del arte contemporáneo se caracterizan por lo efímero y la inmaterialidad, como la performance, instalación o happenings. Es decir, la praxis de sus procedimientos demanda el uso del archivo como materialización de la obra.
Un grupo de académicos del Departamento de Artes Plásticas, realizó durante 2019 y comienzos del 2020 el ciclo expositivo “Construcciones de Archivo en Arte”, que buscó agrupar tres investigaciones y exposiciones en torno a las artes visuales en el Gran Concepción, que revisan temporalidades nunca estudiadas, marcadas por acontecimientos políticos y sociales, desde la mitad del siglo XX hasta nuestros días. Esta línea de tiempo en la historia del arte local está presentada por la primera exposición, “Las concepciones de las artes visuales en Concepción entre 1940 y 1960” realizada por el historiador del arte y Director del Magíster en Arte y Patrimonio UdeC Javier Ramírez Hinrichsen, quien menciona la importancia del archivo como testimonio de una época, revelando una histografía inconclusa a nivel local: “La labor de un historiador del arte no sólo es con la obra, sino también con fuentes de información. En este caso, los archivos son fundamentales. En el caso particular de Concepción, las investigaciones que he realizado entorno a la historia del arte local entre 1940 a 1970 ha sido fundamental el acceso a fuentes hemerográficas (periódicos). No tan sólo para verificar sino para obtener de ellas cuestiones que algunas veces han sido comunicadas desde la inexactitud.
Por ejemplo, comprender lo que significó las Escuelas de Verano de Gonzalos Rojas (1955-1962) para entender el desarrollo de las artes visuales”.
La segunda exposición fue realizada por la artista visual y académica Leslie Fernández, junto a la periodista y curadora Carolina Lara, y el docente y comunicador Gonzalo Medina, “Concepción, te devuelvo tu imagen. Arte y política 1972-1991”, es una investigación curatorial realizada con apoyo de la historiadora y coordinadora del título en Gestión Cultural Claudia Ortiz, que busca relevar prácticas de activismo artístico durante la dictadura en el Gran Concepción.
¿Cómo el archivo se puede constituir como una obra de arte o como práctica artística? Este interés por el arte contamporáneo de dotarse de contenido y materialidad a través del archivo, no es una relación extraña en la historia del arte. Entendiendo además el viraje filosófico en el arte contemporáneo, donde el proceso es (también) trascendental, no sólo el resultado. En palabras de Tello, “no estamos aquí frente a un simple vínculo entre dos dimensiones diferentes sino más bien ante un «impulso de archivo» que subyace al propio trabajo artístico”. Según precisa Leslie Fernández: “Si entendemos los archivos como sitios de legitimación de diferentes periodos históricos, estos se constituyen como fragmentos editados de quien los organizó, permaneciendo en muchos casos ocultos o con un resguardo institucional debido a restricciones ideológicas o simplemente administrativas.
La desclasificación y reutilización de los archivos, se ha transformado en una práctica recurrente dentro del arte contemporáneo, justamente por esa necesidad de cuestionar y releer la historia, sacarla a la luz bajo formatos y lenguajes que les permitan interactuar con un espectador, en esta búsqueda interdisciplinar en la
que se encuentra el arte desde hace un buen tiempo”.
La tercera exposición se tituló “(In)Visibilidades. Archivos de artistas penquistas 1980-2015”, realizada por la artista visual y académica Natascha de Cortillas, junto a la docente y editora de Revista Alzaprima UdeC Bárbara Lama, y la socióloga Constansa Vergara. La investigación indagó en prácticas artísticas y culturales realizadas por mujeres del Gran Concepción, revisando alrededor de 35 años de producción artística de colectivos e individualidades.
“Pensar el archivo como una existencia vivida, ya sea mediante fotografías, diarios, bitácoras, textos, videos, o audios. Es significativo por cuanto pondera y acoge el ejercicio de quién los lee. Por eso, pensar el archivo como un ejercicio que media entre objetos, testimonos y la carga conceptual que conllevan, permite traspasar a los objetos en un proceso de memoria viva_dotandolo de relatos personales e intersubjetivos”, menciona de Cortillas.
Por ello, la puesta en escena y el proceso de producción de artistas locales, permite visibilizar parte de la historias y discursos sobre memoriay que que no necesariamente responden a un sentido unívoco de las artes. Según define la docente: “En ese contexto, la materialización del trabajo recopilatorio, presentada en la exposición Invisibilidades, permite dar una lectura a los archivos de arte, que cuestionan constamente la concepción de la mujer en el mundo de la cultura”.
Redefiniendo estas experiencias en torno a la investigación y al archivo como documento, como obra de arte y como ejercicio de memoria, todo indicaría que el archivo se ha vuelto un lugar importante en los formatos expositivos, principalmente de arte contemporáneo. El interés por los este material, su contenido y filosofía, se aprecia en el lento, pero seguro incremento de políticas públicas para la construcción de infraestructura documental y la investigación de registros sobre prácticas artísticas desde el Estado.
El mundo de la cultura demanda que estas políticas puedan desbordar la capital de Chile y sean testimonio de una política de archivos que permita el acceso a la cultura de todas y todos los chilenos.
- Compartir
- Compartir