Pedagogía con vocación: propedéutico Udec de Los Ángeles allana el camino a futuros/as profesores/as
Crédito: Campus UdeC
El programa, a cargo de la Escuela de Educación del Campus Los Ángeles, es una oportunidad para que estudiantes de educación media adquieran herramientas y competencias para ingresar a la educación superior.
Conocen gente nueva, se impregnan de conocimiento y potencian su vocación pedagógica, esos son los resultados que exponen los estudiantes del Propedéutico de la Escuela de Educación del Campus Los Ángeles de la Universidad de Concepción, luego de haber ingresado en 2021 al programa y estar a sólo un semestre de ingresar a la educación superior.
El programa recibe a estudiantes de la educación media de la zona y los prepara con herramientas y desarrollo de competencias para que puedan ingresar y desenvolverse mejor en la etapa universitaria, una vez que ingresen de cuarto medio.
Kassandra Mendoza Jara, estudiante del Liceo Bicentenario Valle de Sol, de la comuna de Quilaco, ingresó en 2019 al programa de la UdeC y asegura que durante estos tres años su experiencia “ha sido maravillosa”.
De todo lo aprendido, la estudiante secundaria rescata “el poder conocer gente nueva con los mismos intereses que yo, el poder compartir con ellas es simplemente genial, hay una buena convivencia en la sala de clases, existe demasiado respeto entre los estudiantes, desde los estudiantes hacia los profesores y viceversa, el poder aprender un poco más sobre lo que significa ser un docente nos va a ayudar mucho en un futuro cercano”.
Contó que decidió ingresar al programa luego de reflexionar acerca de su futuro, en el que se imaginó siendo una mejor persona y evitando cometer los errores que evidenció en su experiencia educativa.
“Tenía un profesor que no me gustaba como impartía sus clases porque era muy autoritario, siempre quería tener el control absoluto de lo que ocurría dentro de la sala de clases, no se interesaba por el aprendizaje de todos los alumnos, sus clases no nos motivaban y lo único que queríamos era que tocara el timbre para salir. Un día me dije a mi misma “no quiero que nadie más se sienta como yo me sentí con un profesor así, quiero hacer un cambio”, y, tal vez no pueda hacer que todos los profesores cambien su manera de pensar o actuar, pero el solo hecho de poder hacerlo yo, me voy a sentir orgullosa”.
El propedéutico de la Escuela de Educación trabaja en dos ejes: uno de ellos es el vocacional y el otro está más relacionado a adquirir herramientas pedagógicas. De esta forma, los estudiantes que ingresan al programa desarrollan competencias intra e interpersonales que los y las prepara a un mejor desenvolvimiento en su paso universitario y en el ejercicio docente.
Reafirmar la vocación
Quizás uno de los trabajos más relevantes del programa es el que tiene que ver con la vocación y el compromiso docente. En esa área, los estudiantes que participan en el programa confirman que la experiencia les ha permitido reafirmar su interés en la educación.
Para eso, el testimonio de los mismos docentes ha sido clave para conocer de primera fuente cuál y cómo será el trabajo que luego deberán enfrentar en el aula, los desafíos que deberán sortear, a que dificultades se enfrentarán y, lo más importante, cómo hacerles frente.
“Gracias al propedéutico puedo decir que he encontrado mi vocación, con cada una de las actividades más me voy encantando de la pedagogía. Tuve la oportunidad de escuchar la experiencia de distintos profesores, me empapé de conocimiento y sabiduría; puedo decir firmemente que esto es a lo que me quiero dedicar. Es un trabajo muy esforzado y noble, creo que no se le da la importancia que merece, me encantaría poder hacer el cambio, quiero dejar una huella en esta profesión y ayudar cuánto más pueda a los demás, ser un aporte a la sociedad y de a poco ir mejorando la profesión docente, creo que aún hay muchos cambios que hacer para progresar y me encantaría estar en ellos”, afirmó Elena Maldonado Elgueta, estudiante del Liceo Bicentenario A-59, de Los Ángeles.
David Escobar Sánchez, estudiante del mismo Liceo, contó que a los 17 años aún no tenía claro qué carrera escogería en la educación superior. Sin embargo, asegura que en el programa de la UdeC encontró su vocación y ahora “sigo este camino siendo consciente de los grandes retos que se me vienen encima y de las relativamente escasas compensaciones que las esforzadas personas de este rubro reciben. Se que a hombros de las futuras generaciones de docentes queda el transformar la visión que la sociedad chilena tiene de aquellos que ejercen tan fundamental labor”.
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