Patricia González: "A nivel rural las iniciativas de reciclaje son aisladas y es preocupante la situación en territorios insulares de la región"
Crédito: Pixabay
La doctora en Ciencias Ambientales participa en un proyecto en Santa Juana, para contar con un compost de alta calidad que permita la autogestión de una planta que sufrió los embates del incendio del último verano.
La académica de la Facultad de Ciencias Ambientales, dra. Patricia González Sánchez, trabajará hasta 2024 en el acompañamiento y apoyo técnico para la Municipalidad de Santa Juana, en orden a crear una planta de compostaje de alta calidad. El compost es un abono natural que se obtiene de la degradación de residuos orgánicos (cáscaras de fruta o verdura, restos de poda) y dependiendo de su calidad es altamente valorado para su uso en distintos tipos de cultivo.
La Municipalidad de Santa Juana cuenta con proyecto con financiamiento del GORE Biobío, con el que logró montar una planta y un sistema de recolección de residuos orgánicos e inorgánicos. Sin embargo, los incendios ocurridos durante el último verano destruyeron parte importante de este trabajo. Se espera que durante el mes de junio se reactive la recolección domiciliaria y se eche a andar nuevamente la planta de compostaje, y con ello, vuelva el equipo de investigadores UdeC liderados por González, para lograr un producto de alta calidad, que tenga potencial para ser comercializado y pueda sustentar económicamente al proyecto.
“Ahora empezará de nuevo el proceso y queremos acompañarlos, haremos una pila piloto donde controlaremos el material que ingresa, mediremos parámetros como PH, temperatura, oxigenación o relación hidrógeno-carbono en el tiempo. Con eso queremos generar un compost que cumpla la norma chilena 2880 de compostaje para poder comercializarlo”.
Este proyecto se mantendrá en operación hasta el 2024, y el equipo espera poder entregar una serie de manuales y conocimiento técnico que permitan que la planta siga operando por su cuenta una vez que se acabe el financiamiento externo.
Esta experiencia en la que la comunidad se involucra entregando sus residuos y la municipalidad los gestiona puede convertirse en ejemplo para contrarrestar las bajas cifras de reciclaje que exhibe el país. Solo el 2% de la basura domiciliaria se recicla, y Patricia González cree que existen al menos tres motivos principales para ello: no hay incentivos económicos para disminuir la generación de basura, “dado que lo que debe pagar la comunidad por el servicio de retiro y disposición es muy bajo -depende del avalúo fiscal- y no de los volúmenes de basura generado”.
Por otro lado, para que el reciclaje se realice adecuadamente se necesita de una componente educacional importante, “ya que no es extraño encontrar puntos verdes o puntos limpios en la ciudades, transformados en pequeños microbasurales. Finalmente, desde el punto de vista técnico, muchos de los envases que están el mercado no son reciclables o no existe la capacidad instalada y operativa para su reciclaje”. Explicó que “es necesario la existencia de instalaciones para gestionar dichos residuos y que, además, las capacidades operativas y logísticas para el reciclaje se localicen lo más próximo a los lugares de generación”.
Reducir es importante
La experta añadió que, si bien el reciclaje es relevante, también es clave minimizar la generación de residuos. “Esto tiene una relación potente con nuestros patrones de consumo. Generar la cultura del consumo responsable, es decir, disminuir el consumo y al momento de comprar, priorizar en lo posible aquellos productos que generan menos residuos”.
Uno de los acentos que González pone en su trabajo con la comunidad de Santa Juana, es que las capacidades debieran estar instaladas a través de todo el territorio nacional. “A nivel rural las iniciativas son aisladas y parciales, siendo muy preocupante la situación en los territorios insulares de nuestra región. En cambio, a nivel urbano, la gran mayoría de las comunas están realizando acciones en reciclaje con apoyo de fondos provenientes del Ministerio de Medio Ambiente, factor que permitirá una lenta instauración en la región de la cultura del reciclaje”.
Con una red de este tipo a nivel nacional, podría pensarse en lograr las metas que el país se puso al año 2040: pasar del 2% al 65% de reciclaje de residuos domiciliarios, y a un 60% de envases y embalajes.
“Veo más fácil que se alcancen esas metas con apoyo de la comunidad, dado que existen muchas comunas en el país que poseen plantas de compostaje o programas de entrega de composteras o vermicomposteras domiciliarias, y se están comprometiendo con acciones ya sea de recolección diferenciada e implementación de infraestructura para dicha gestión”.
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