Crédito: Corcudec
La artista está ad portas de ir a estudiar en la Berlín Opera Academy. Este episodio será presentado el sábado 2 de julio a las 15.00 horas en Radio UdeC y redes sociales de Corcudec.
La música llegó a la vida de María Paz Díaz de una forma muy curiosa e inesperada. Siendo por gracia de su abuela, la violinista comenzó a asistir desde muy pequeña a una iglesia evangélica localizada en su natal Tomé, en donde se exploraba la música como parte de las actividades rutinarias del centro religioso.
“Ella (su abuela) tocaba guitarra, cantaba mucho y me llevaba siempre a la iglesia, y bueno, cuando uno está en una iglesia evangélica está muy presente el tema de la música, muy presente la variedad de instrumentos, el cantar, que hacen a los niños cantar, le enseñan a los niños a tocar instrumentos”, rememora sobre el período que plantó la semilla del interés musical en ella, en donde aprendió a tocar mandolina y también a cantar.
Con esto como base, pero sin duda no siendo algo que satisficiera todos sus deseos de aprendizaje e interpretación, postuló a la Orquesta Municipal de Tomé, entrando a la misma con solo ocho años. En este tiempo aprendió a tocar el violín y ganar experiencia en el instrumento en gran parte gracias a su primera maestra Patricia Galdames.
Ya siendo una violinista, se enteró gracias a su círculo en la orquesta sobre la realización de audiciones en el Conservatorio de Música Laurencia Contreras, a las cuales asistió junto a su hermano mellizo, quien estaba desarrollándose como intérprete del chelo.
Tras su postulación fueron aceptados pese a que no había cupos para clase de violín en ese momento, teniendo que esperar para poder cursar esta cátedra y siendo invitados mientras tanto a formar parte de la orquesta perteneciente al conservatorio, la cual consistía solo en instrumentos de cuerdas.
María Paz Díaz / Crédito: Corcudec
Aceptando todas las posibilidades de tocar el violín y aprender más al respecto, comenzó a dividir su tiempo entre la orquesta del conservatorio y la de Tomé en tanto se abrían cupos para la cátedra de violín.
Desafortunadamente, este proyecto fue forzado a postergarse por un año cuando en 2010 Chile tuvo uno de los terremotos más violentos del último tiempo, paralizándose todo tipo de actividades, incluidas las artísticas, ingresando a clases recién en 2011, obteniendo una beca de la FOJI para cubrir el arancel y pudiendo aprender con el maestro Benjamín Aedo.
Pasado el tiempo entre partituras y cuerdas, fue en lo que pareció un parpadeo que ya se veía enfrentada a decidir qué hacer al terminar enseñanza media, y si bien una carrera en interpretación era lo más lógico para su futuro, la enfermedad terminal de su abuela, quien le había inculcado el gusto en la música, la llevaron a determinar quedarse en las proximidades de su familia, inscribiéndose en la Universidad del Biobío a estudiar Ingeniería Civil Química.
Sabiendo que no era su pasión, tras un breve tiempo congeló sus estudios y comenzó a prepararse para seguir una carrera como música profesional, entrando a la Universidad de Talca, en donde pudo tomar lecciones con Patricio Cobos.
En la actualidad se encuentra realizando clases de violín en el Teatro Municipal de San Javier, y en la continuación de su formación fue becada para participar del programa de la Berlín Opera Academy en Europa, el cual parte el 5 de julio de este año y cuyo financiamiento es aún un tema de preocupación para la realización de esta nueva meta en la ya brillante trayectoria de la violinista.
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