Lactancia materna: académica UdeC afirma que aún falta mucho en espacios para amamantar en el trabajo
Crédito: Esteban Paredes Drake/DirCom UdeC.
La conmemoración por la Semana de Lactancia Materna nació a instancias de la Organización Mundial de la Salud y Unicef para recordar la firma, el 1 de agosto de 1990, de la Declaración de Innocenti sobre la Protección, Promoción y Apoyo de la Lactancia Materna
Más de 500 millones de mujeres trabajadoras en el mundo no cuentan con el resguardo básico de su maternidad en leyes nacionales y apenas un quinto de los países exigen a los empleadores que otorguen descansos pagados a sus trabajadoras con hijos lactantes o que dispongan de instalaciones adecuadas para amamantar o extraer la leche.
Las cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS) también indican que menos del 50% de las y los bebés del mundo reciben lactancia materna exclusiva (LME) hasta los seis meses de vida, que es lo que científicamente se ha probado es lo óptimo para asegurar los beneficios de salud física y emocional que entrega esta práctica.
A pesar de ser algo connatural a la crianza, la lactancia materna se enfrenta a una serie de barreras, cuyos efectos no se ven en el corto plazo.
Estos son algunos de los aspectos que busca visibilizar la Semana Mundial de la Lactancia Materna que se celebra cada año, desde 1992, entre el 1 y 7 de agosto, y que esta ocasión se lleva cabo bajo el lema ¡Hagamos que la Lactancia Materna y el Trabajo Funcionen!.
La conmemoración nació a instancias de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de Naciones Unidas para la Niñez (Unicef) para recordar la firma, el 1 de agosto de 1990, de la Declaración de Innocenti sobre la Protección, Promoción y Apoyo de la Lactancia Materna.
Para la académica de la carrera de Obstetricia y Puericultura, Lillian Matamala Valdés, el lema de este año es un llamado necesario para países como el nuestro, donde a pesar de los progresos que ha registrado en materia de protección de la maternidad, aún existen dificultades para las mujeres trabajadoras que están lactando.
“Un avance importante para las mujeres que deciden amamantar ha sido la extensión del postnatal hasta casi seis meses -a partir de la ley 20.545, que modifica las normas sobre protección de la maternidad, de 2011- porque así se pueden establecer mejor las bases para una lactancia exitosa en casa. Lo ideal es que después se pueda mantener en el trabajo”, dice la matrona especialista en Perinatología y magíster en Salud Sexual y Reproductiva.
A su juicio, aún falta mucho en los lugares de trabajos en términos de disponer de espacios confortables que cumplan con los requerimientos para amamantar -en el caso de que alguien pueda trasladar al hijo o hija para que eso ocurra- o para la extracción de leche.
Son espacios que demandan un mínimo de inversión y habilitaciones tan simples como lavamanos, un sillón cómodo, cojines de lactancia, un refrigerador para mantener la leche, además del resguardo de la intimidad, dice.
Por otro lado, agrega que si bien las mujeres disponen de una hora laboral para amamantar, hasta por dos años, las lógicas de la lactancia, desde la perspectiva del o la bebé, no son las mismas que las de los horarios de trabajo.
De acuerdo a lo datos del Ministerio de Salud, en Chile los y las niñas que reciben LME es de 68.8% en el primer mes de vida, 64% para los tres meses y sólo un 53,9% a los seis meses.
Lo que ocurre, según Matamala, es que en Chile no hay una cultura muy arraigada en torno a esta forma natural -y deseable- de alimentación como en otros países y se tiende a usar sucedáneos de leche materna muy fácilmente cuando hay problemas o crisis para amamantar.
La académica señala que las investigaciones muestran que en Chile uno de los principales factores que hacen que las mujeres dejen de dar pecho es la hipogalactia, que es la disminución de la producción de la secreción láctea.
“El principal estímulo para la producción de leche es la succión (del bebé), mientras menos succione el recién nacido el estímulo es menor. Con el regreso el trabajo, los horarios cambian, entonces hay menos horas de lactancia y la producción de leche disminuye. Y la extracción no cumple esa función”, explica la especialista.
Más allá de lo que ocurre en el mundo laboral, para Lillian Matamala lo deseable para una sociedad es que la mayor parte de la población -y no solo la madre- esté informada y conozca los beneficios de la lactancia y sea comprensiva con este proceso.
“Se necesita empatía en el trabajo, de las compañeras y compañeros de labores; finalmente se necesita empatía con la sociedad porque estás formando un nuevo individuo desde su salud, desde su alimentación”, afirma.
Desde la academia
Por otro lado y en relación a las responsabilidades profesionales, la especialista hace ver que la lactancia materna ya no puede estar circunscrita a una sola área.
“En nuestro país ya dejó de ser tema exclusivo de matronería. La lactancia tiene que ser vista desde el equipo de salud, porque la matrona ve por primera vez a este niño a la semana de vida; pero luego es derivado a los controles de Niño Sano al pediatra y la enfermera y debemos tener el mismo lenguaje para evitar un eventual cese de lactancia que significa un cese de salud en el futuro adulto de ese niño o niña”, expresa.
Desde esa perspectiva, considera que la academia también tiene mucho por hacer en términos de la formación, ejemplificando cómo otras profesiones se relacionan con el tema de la lactancia.
“Los niños que tiene problemas de succión también pueden ser vistos por un fonoaudiólogo o también podría ser derivado a un nutricionista; incluso una educadora parvularia en la sala cuna puede incentivar la lactancia con las madres que van a dar pecho o dejar la leche para su hijo o hija”.
Proyecto con la comunidad
En esa perspectiva, destaca el proyecto de Vinculación con el Medio Consejería en salud sexual y reproductiva adjudicado al Departamento de Obstetricia y Puericultura, que será inaugurado el 11 de agosto.
“Es un proyecto que aportará a la formación de los futuros profesionales del área de la salud que estén motivados con informar a la comunidad”, comentó Lillian Matamala, quien es parte del equipo de trabajo que coordina la académica Yolanda Contreras García.
Dentro de las actividades -que estarán a cargo de estudiantes de tercer año de Obstetricia y Puericultura, acompañados por matronas- se contempla la entrega de consejerías sobre lactancia materna.
La atención es gratuita y abierta a toda la comunidad, y se realizará todos los viernes en el Centro Clínico Docente (CDC) de la Facultad de Medicina (Roosevelt 1525).
Las personas interesadas en las consejerías deben solicitar su hora presencialmente en el mismo lugar.
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