La responsabilidad social y los “incentivos” para sumarse a la vacunación
Crédito: Archivo
En Chile la vacunación no es una exigencia legal, pero se motiva a todo el mundo a que acuda a los centros destinados a la aplicación de la vacuna contra la Covid-19.
Fue considerada una medida equivocada por parte del gobierno, cuestionada y errática, tanto así que significo la salida del Colegio Médico de Chile de la Mesa Social Covid-19. Sin embargo, es innegable que el efecto colateral inducido impactó positivamente en la sociedad. Se trata del pase de movilidad que el gobierno autorizó para quienes cumplieran con la dosis completa de vacunas contra el SARS-CoV-2 y que, luego de la puesta en marcha, sufrió una serie de ajustes.
En Chile la vacunación no es una exigencia legal, pero se motiva a todo el mundo a que acuda a los centros destinados a la aplicación de la vacuna contra la Covid-19. En ese sentido, el pase de movilidad generó un efecto en la población rezagada y como incentivo demostró ser óptimo al incidir en un aumento de vacunados.
A pesar de esto, es innegable el crítico escenario de la región, constante a lo largo de la pandemia. Entonces, cabe preguntarse, ¿qué sucede con el comportamiento empático de la población? Disponiendo de las herramientas para frenar y disminuir la curva, hay una parte de la sociedad que ha sido poco empática consigo misma en ser responsables y tener un compromiso social con la salud pública: vemos a mucha gente en la calle sin mascarillas, fumando al lado del otro, realizando fiestas clandestinas o acudiendo a celebraciones familiares, que es donde está el principal foco de contagio.
El gran problema que tiene la pandemia no es la saturación del personal médico, sino la incapacidad del ciudadano de ponerse en el lugar de otro. La educación cívica no solo atañe a los aspectos políticos, sino también a aquellos comportamientos que dan cuenta de nuestra madurez como sociedad, de nuestra civilidad. En nuestro país el concepto de la responsabilidad social como individuo está poco desarrollado, seguimos percibiendo que nuestros derechos no tienen una vinculación con las responsabilidades como individuos que son parte de un grupo humano y social organizado.
Le hemos exigido continuamente a nuestras autoridades, independiente del color político que tengan, que lleven al país a un desarrollo y que las medidas que ejecuten sean conscientes y nos protejan. Sin embargo, como individuos de una sociedad no hemos sabido evolucionar de la misma forma. En ese sentido, tenemos una tarea pendiente: tomar consciencia de nuestra responsabilidad social. Es ahí donde radica la diferencia entre escupir en plena calle a escupir en un pañuelo y eliminar el desecho donde corresponde. Que cuando la autoridad te diga “quédate en casa”, te quedes en tu casa y no busques el permiso colectivo o la triquiñuela para burlar el sistema. Es ahí en donde estamos al debe. Es en este concepto donde la exigencia hacia las autoridades debe ir acompañada de una actitud: de que la salud publica la construimos entre todos.
Columnista(s)
Dr. Jorge Fuentealba Arcos
Director Departamento de Fisiología
Facultad de Ciencias Biológicas UdeC
Vicepresidente Sociedad de Farmacología de Chile
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