La preocupante tendencia a la baja en la tasa de natalidad en Chile
Crédito: Esteban Paredes Drake
Según informes del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) y del Registro Civil existe una preocupante disminución en la tasa de natalidad en Chile. Por otro lado, surge una tendencia creciente entre las mujeres chilenas de postergar la maternidad, evidenciada por un aumento en la cantidad de mujeres que tienen su primer hijo a edades más avanzadas, dificultando los embarazos en edades «tardías».
Según un informe del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) la tasa de fecundidad, se encuentra en un promedio de 1,3 hijos por mujer, muy por debajo del 2,1, cifra señalada como la ideal para evitar el envejecimiento excesivo de la población, mientras que el Registro Civil muestran una marcada disminución en la tasa de natalidad en Chile. En el año 2023, el país registró la cifra más baja de nacimientos en una década, con solo 173.920 nacimientos, una tendencia que se vio acentuada durante la pandemia.
Por otro lado, el aplazamiento de la maternidad entre las mujeres es una tendencia en ascenso, evidenciada por un aumento en la cantidad de mujeres que tienen su primer hijo a edades más avanzadas. Factores como la realización personal, la estabilidad laboral y los avances en el acceso igualitario a la educación y la carrera profesional son algunos de los motivos detrás de esta tendencia.
«Yo siento que hay menos presión para ser madre” explicó la docente colaboradora del departamento de Sociología UdeC, Ingrid González Torres. «Hoy día el ser madre no es el fin único de una mujer, hay otras prioridades: está la realización personal, la estabilidad laboral y otros sentidos que se le podrían dar a la vida, no necesariamente el tener un hijo como parte de la realización principal”, identificó.
Sin embargo, esta decisión no está exenta de desafíos y repercusiones. A nivel biológico, el cuerpo de la mujer experimenta una disminución en su eficiencia reproductiva a medida que pasa el tiempo, lo que puede dificultar los embarazos en edades «tardías». Además, persisten desigualdades de género en la distribución de roles relacionados con la crianza y el cuidado del hogar.
“Socialmente, en Chile se delega principalmente la crianza hacia la mujer, hay una inequidad en los roles que compartimos versus los hombres”, manifestó la matrona Soledad Inzunza Pérez, colaboradora académica en el Departamento de Obstetricia UdeC.
Así mismo el Director del departamento de Obstetricia y Ginecología UdeC, Dr. Raúl Escalona Muñoz, explicó que “la fisiología reproductiva de la mujer es sumamente cruel, porque su cuerpo está preparado para la reproducción en su máxima eficiencia entre los 15 y los 20 años. Luego solo hay una disminución de su reserva ovárica”.
“El cambio de la expectativa de la mujer y el uso masivo de métodos anticonceptivos automáticamente permite vivir mejor, permite mejorar la calidad de vida de la población en general, o sea, niños, las parejas, hombres, mujeres, etc. Y es algo que va con el desarrollo del bienestar de la población”, ahondó el Dr. Escalona, explicando que Chile está en la cuarta etapa de transición demográfica, en donde se observa baja natalidad y mortalidad, por lo que el crecimiento también es bajo. A diferencia de esta experiencia, en América Latina se pueden observar realidades muy distintas, como explica González, pues “si comparamos otros países de la región como Haití o Bolivia, allá hay un índice de mortalidad alto”.
Políticas públicas para mejorar las cifras
Desde el ámbito de la salud pública, se destacan iniciativas como el programa Chile Crece Contigo, que busca ofrecer apoyo integral a las mujeres durante el embarazo, parto y cuidado del menor. A nivel nacional, toda persona tiene acceso a controles prenatales, educación en lactancia y parto respetado, incluso si son extranjeras.
“Si una mujer está embarazada acá, independiente tenga o no tenga la nacionalidad, está resguardada por el sistema salud chileno, sí o sí va a ser atendida, se le van a realizar sus controles, si es que tiene su parto en el sistema público, va a acceder al ajuar, va a tener acceso a atención por parte de profesionales capacitados, va a tener derecho a su pre y posnatal, sí o sí va a estar más protegida”, amplió Inzunza.
El jefe del Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Regional Guillermo Grant Benavente, además de profesor asistente del departamento de Obstetricia y Ginecología UdeC, Dr. Emilio Díaz Mendoza, es especialista en medicina reproductiva e infertilidad y su trabajo le permite ver a diario quienes son realmente las mujeres que están teniendo hijos en uno de los hospitales más grandes de Chile: identifica una prevalencia en las mujeres de entre 25 a 35 años, pero “en la habitualidad de la consulta se ve que hay personas de mayor edad buscan un primer embarazo, me refiero mujeres del estrato etario sobre los 40 años”, observó, aclarando que, a mayor edad, menos porcentaje de éxito.
“Buscar un primer embarazo después de los 35 años es muy difícil, cuesta. Entonces muchas veces las personas se ven en la necesidad de someterse al tratamiento de reproducción humanamente asistida”. Díaz cuenta que en el Hospital existe un policlínico de fertilidad, pero que los tratamientos de alta complejidad “se hacen en un establecimiento privado que gana un concurso de licitación para los cupos que son financiados por el Estado en forma gratuita”. Pese a la alta demanda, estos cupos son solo 40 anuales para toda la región.
La gran deuda va más allá de los beneficios al momento de la concepción o el nacimiento, es la crianza de un infante la que se hace cuesta arriba. Altos costos en salud, educación y poco apoyo laboral posterior al fin del fuero son las principales preocupaciones que identifica el Dr. Díaz, clasificándolos como “un tema de seguridad social, que es importante ver”. El cómo nos ajustamos a este tipo de situaciones para poder igualar los beneficios que ofrecen otros países marcará el camino para el futuro de nuestro desarrollo económico y social.
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