“Fue un verdadero inspirador”: Departamento de Fisiología lamenta fallecimiento del Dr. Ladislao Quevedo Araneda

El Dr. Ladislao (Lito) Quevedo Araneda (1930-2023), Profesor del Departamento de Fisiología en la Universidad de Concepción, falleció la semana pasada rodeado de sus seres queridos en la ciudad de Concepción. Había recibido su título de cirujano dentista en 1956 después de estudiar en la Universidad de Concepción y dar su examen final ante comisión en la Universidad de Chile. 

El Dr. Quevedo participó activamente en varias sociedades científicas, Fisiología, Farmacología, Biología Celular de Chile y la Latinoamericana de Fisiología.  Investigó aspectos relacionados a la excitabilidad de nervios y tejidos periféricos en modelos animales y realizó estudios electrofisiológicos en pacientes con alteraciones neurológicas, y especialmente con pacientes alcohólicos.  Publicó varios trabajos en revistas de corriente principal y fue investigador Fondecyt. En año 1997 se acogió a jubilación, participando posteriormente en agrupaciones sociales de variada índole, varias relacionadas con temas educacionales.

El Dr. Quevedo fue un verdadero inspirador para estudiantes de la universidad que iniciaban su formación como investigadores, y varios se destacaron en Chile y el extranjero. Siempre motivó a sus alumnos a pensar en grande y sin límites. A fines de los setenta, interesado en realizar registros intracelulares en neuronas y fibras musculares en el laboratorio de Neurofisiología, envió a un alumno ayudante a la Pontificia Universidad Católica de Chile para aprender los elementos iniciales para llevar la técnica a Concepción. Esto permitió que el alumno se ganara una beca para participar en la Reunión Anual de la SBC de Chile en Pucón, adjudicarse beca para asistir a curso internacional en el IVIC en Caracas, Venezuela en 1978 y un año después salir a doctorarse a los Estados Unidos. Fue uno de los varios ejemplos, donde el tutor apoyo de manera irrestricta a sus pupilos. 

El Dr. Quevedo disfrutaba de caminar por senderos en los cerros sureños, comer marraqueta con palta para la once y tostadas con miel cada día las 10 de la mañana antes de iniciar su segundo ciclo de docencia. Fue un excelente narrador de historias, así como un escritor, combinando situaciones reales con humor, y haciendo reír a sus colegas cuando posteriormente daba lectura a sus actas. Disfrutaba jugando tejo y en varias oportunidades se coronó como Campeón, especialmente cuando hacía dupla con Don Julio Vargas, su técnico laborante, ambos nacidos en la pequeña ciudad de Hualqui en la región del Bio Bio.

Con la partida del Dr. Quevedo, termina de cerrarse un importante ciclo, destacándose lo siguiente:

1. La incorporación del Dr. Quevedo al Instituto de Fisiología representó parte de la reconstrucción de la asignatura de Fisiología, con académicos e investigadores locales, después del éxodo masivo de profesores en 1955.
2. La participación de odontólogos UdeC, en la docencia e investigación de fenómenos fisiológicos estudiado a nivel celular y molecular.
3. El Dr. Quevedo fue un continuo defensor de las libertades personales y los cambios sociales, a veces con repercusiones personales, en los tiempos más difíciles de nuestra historia en los años 70-80.
4. Reconoció que la transición de los años 80, iniciada con la Ley de Educación superior, que afecto la fisonomía y actitudes en universidades tradicionales públicas, causaría transformaciones irreversibles llevándolas a situaciones muy frágiles.

Al cerrarse este ciclo con la partida de Lito Quevedo, es importante que los que aún seguimos su senda, podamos ver más claramente los riesgos y amenazas del sistema actual de educación superior, para que la educación pública tradicional pueda corregir rumbos, y quizás hacer un último afrontamiento a la educación privada, que cuenta con más recursos, innovación y poder político asociado.

Luis G. Aguayo, Ph.D.
Profesor
Concepción, 30 de Abril de 2023