Cada año, las fiestas patrias nos invita a celebrar la identidad chilena a través de tradiciones que combinan historia, gastronomía y música. Aunque las costumbres han cambiado con el tiempo, desde juegos y danzas hasta comidas típicas, el espíritu del dieciocho sigue vivo en fondas, ramadas y reuniones familiares por todo el país.
Con el fin de conmemorar la conformación de la Primera Junta Nacional de Gobierno en 1810, esta celebración ha incorporado cambios históricos y culturales, que influenciado por la globalización, han incorporado nuevas prácticas que se han adaptado para mantener la esencia de la chilenidad en todo el país.
El académico del Departamento de Historia de la Facultad de Humanidades y Arte de la Universidad de Concepción, Dr. Armando Cartes Montory y el Historiador Carlos León Heredia, destacaron que «el modo de celebrar las Fiestas Patrias ha cambiado históricamente desde los primeros años del proceso independentista y en la manera en que la sociabilidad popular las celebra”.
“El trabajo de la historiadora Paulina Peralta (¡Chile tiene fiesta!: el origen del 18 de septiembre [1810-1837]), evidencia cómo, de forma institucional, el Estado estableció en 1837 la realización de una gran fiesta nacional para conmemorar la independencia, dejando de lado otras posibles fechas, como el 5 de abril y el 12 de febrero, correspondientes a las batallas de Maipú y Chacabuco, respectivamente”, profundizó el Dr. Armando Cartes.
Por otro lado, la académica del Departamento de Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Concepción, Dra. Beatriz Cid Aguayo, relata que la identidad nacional se forjó en el contexto de la independencia y, posteriormente, durante la Guerra del Pacífico.
“Los procesos de identidad son dinámicos, se van reinventando cada cierto tiempo. Además, lo que entendemos por espíritu nacional corresponde, en gran medida, a la cultura huasa de la zona comprendida entre el sur de Santiago y Chillán, como la cueca o las empanadas de pino, pero Chile es más complejo que eso”, recalcó la Dra. Beatriz Cid.
Fiestas Patrias: una celebración con cambios
Con los años se ha transformado el modo de celebrar el «dieciocho», donde la globalización ha sido uno de los factores que ha marcado la manera en que representamos la nacionalidad. Las redes sociales contribuyen a difundir actividades y a revitalizar prácticas, músicas y eventos, aunque “también pueden alejarnos de lo propio”, indicó el Dr. Armando Cartes.
“El desafío es usarlas con moderación y promover con ellas el bien común y las tradiciones vernáculas: la chilenidad bien entendida. A nivel musical, por ejemplo, se viven distintos fenómenos de hibridación cultural en los que las redes han influido. La vinculación entre la cueca y la música urbana, es una de ellas”, agregó el académico del Departamento de Historia.
El terremoto es una demostración del cambio en la conmemoración de las Fiestas Patrias. “Se crea en un momento dado y viene a formar parte de una estética y de una tradición floreciente del dieciocho, tal como el pipeño, que es algo nuevo y refleja los nuevos modos en que esta celebración se expresa”, mencionó la socióloga.
Por otro lado, entre el siglo XIX y el XX se fueron perdiendo espacios y juegos típicos de aquellos años. Sin embargo, se han reinventado y agregado otros estilos para fomentar la diversión popular.
“Estas prácticas se vieron influenciadas por la globalización y el impacto de movimientos socioculturales que apelaron a representar la identidad nacional. Un ejemplo es el mismo deporte del rodeo, que vive su institucionalización y normalización a mediados del siglo XX”, explicó el Dr. Armando Cartes.
Las diferentes formas de conmemorar el 18 de septiembre
Dada la extensión de Chile y la diversidad de culturas, cada zona aporta prácticas culturales particulares, desde la gastronomía hasta la manera de celebrar la festividad. Por ejemplo, en una ramada rural del sur “todavía llegan cantantes populares y aún se hacen comidas tradicionales”, indicó la Dra. Beatriz Cid.
“Si hoy asistimos a fondas en comunidades rurales en el centro del país podemos encontrar, sin duda, elementos distintos a las festividades de un municipio de gran urbe, pero también veremos características similares en lo musical y gastronómico”, profundizó el profesor del Departamento de Historia UdeC.
Como lo planteó la académica de la Facultad de Ciencias Sociales, con el paso de los años la sociedad y las diferentes generaciones han modificado, y seguirán modificando, la manera en que se celebra el 18 de septiembre, adaptándola a sus propias costumbres. “Cada una desarrolla estas prácticas en relación con las necesidades, los contextos culturales y las orientaciones de su momento”, puntualizó.







