Expedición liderada por académico UdeC busca entender el pasado climático en glaciares andinos
Crédito: Archivo Dr. Alfonso Fernández
Un grupo interdisciplinario de expertos, liderados por el Dr. Alfonso Fernández Rivera, recogió testigos de hielo desde el glaciar ubicado en el cráter del Volcán Sollipulli, lo que permitirá obtener datos cruciales sobre variaciones climáticas y su impacto.
Una ambiciosa expedición científica al volcán Sollipulli, en la región de La Araucanía, emprendió el equipo del Proyecto Anillo 210080 “Cold-Blooded: Drivers of Climate Change Refugia for Glaciers and Streamflow Responses” para extraer testigos de hielo desde el cráter, buscando recoger valiosa información sobre el clima histórico de la región.
El proyecto es liderado por el académico del Departamento de Geografía de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Geografía de la Universidad de Concepción, Dr. Alfonso Fernández Rivera, quien ha dirigido investigaciones sobre el cambio climático y sus efectos en zonas de montaña y glaciares.
El glaciar Sollipulli, único en su tipo por encontrarse en el cráter de un volcán, ofrece una oportunidad excepcional para los científicos. Según el Dr. Alfonso Fernández, “estos testigos de hielo nos permitirán reconstruir el clima de los últimos años, ofreciendo datos cruciales para comprender las variaciones climáticas a lo largo del tiempo”. Por lo tanto, la extracción y análisis de estos testigos contribuirán a un mayor entendimiento de los patrones climáticos históricos y su relación con eventos naturales y actividades humanas.
El sector escogido es especial, de acuerdo al investigador, debido a que se encuentra en una zona mediterránea y corresponde a un cráter de gran dimensión. “Esto hace que acumule mucha nieve y hielo, con un espesor de aproximadamente 700 metros. Podríamos eventualmente tener la posibilidad de obtener registros climáticos de hasta 500 años atrás”, explicó.
La expedición al Sollipulli es parte de las iniciativas del Proyecto Anillo 210080, financiado por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) y que cuenta con cuatro investigadores principales de la Universidad de Concepción, Universidad de la Frontera y Universidad del Desarrollo, con experiencia en investigación de avanzada en recursos hídricos, modelamiento hidrológico, glaciares y sensoramiento remoto.
El académico UdeC subrayó que este enfoque colaborativo e interdisciplinario es fundamental para abordar los complejos desafíos que plantea el cambio climático.
Los testigos de hielo extraídos miden unos 50 centímetros, y el objetivos es estudiar las capas de nieve y hielo acumuladas a lo largo de los años.
“Cada año, la nieve se compacta y se convierte en hielo, formando capas que registran información sobre el clima pasado. Analizando estos testigos, podemos estudiar variaciones en los isótopos de agua, lo que nos da información sobre las precipitaciones y temperaturas del pasado”, detalló Alfonso Fernández.
La última expedición finalizó el 10 de mayo de 2024, trayendo a la Universidad de Concepción tres testigos de hielo, las que próximamente serán llevadas a un laboratorio especializado de la Universidad Andrés Bello para su análisis.
El estudio abarca la zona centro-sur de Chile, buscando explorar las posibilidades de generar investigaciones, según el académico de FAUG, en “una de la zonas con menos estudios glaciológicos que hay en el país”.
“Nuestro proyecto cubre una amplia área desde la cordillera de los Andes en la región de O’Higgins hasta la región de los Lagos. Esta zona es volcánica y tiene una interacción única entre volcanes y glaciares. Nuestro objetivo es estudiar estas interacciones y cómo afectan al clima y la hidrología de la región”, declaró el investigador.
La comprensión de estas interacciones ha sido de interés en los proyectos a cargo de Alfonso Fernández, y entre los aspectos que se busca entender es la rapidez de la tasa de calentamiento en las zonas montañosas.
“Lo que sabemos cuando ocurre un cambio climático como el que vemos ahora, en general las zonas de montaña tienden a calentarse más rápido que las zonas más bajas. O sea, la tasa de calentamiento es un poco más alta. Eso no quiere decir que sean más calientes. Lo que queremos informar es si esos cambios en altas elevaciones efectivamente son más rápidos, analizando estos registros antiguos y comparándolos con los registros actuales a través de observaciones meteorológicas y modelos matemáticos”, agregó.
La expedición apunta a un propósito más amplio, que es efectuar perforaciones más profundas que permitirían mejorar el entendimiento del cambio climático y las interacciones entre el hielo y los volcanes, y cómo la pérdida de la masa del glaciar ha modificado el entorno.
“Lo que nos interesaría es poder hacer una perforación llegando a la roca, y poder mirar por completo el registro que exista en eso. Así podremos investigar cómo ha cambiado el paisaje completo de una zona o de una región completa. Adicionalmente, el volcán por sí mismo emite calor geotermal. Tampoco sabemos mucho cómo se ocurren esas interacciones, y tampoco sabemos cómo esa agua tal vez alimenta el acuífero, cómo alimenta el agua subterránea. Y todas esas preguntas pueden ser parcialmente resueltas a través de tener un testigo largo”, manifestó Alfonso Fernández.
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