La despedida de Evandro Arteaga Fuentes, uno de los jugadores más emblemáticos del deporte universitario chileno, marca el cierre de una etapa decisiva para el básquetbol UdeC. Con una trayectoria que abarcó casi veinte años junto al Campanil, Arteaga no solo acumuló récords y campeonatos, sino que también construyó un vínculo único con la Institución y su comunidad.
En conversación con Medios UdeC, máximo anotador y triplero en la historia de la Liga Nacional de Básquetbol repasó los momentos que definieron su carrera y los valores que guiaron su camino hasta este anuncio.
Nacido el 13 de octubre de 1982, le tocó vivir una época de efervescencia del básquetbol nacional con la recién creada Dimayor en 1979, torneo del que la Universidad de Concepción es miembro fundador.
Evandro contó que su papá lo motivó a él y a su hermano a jugar básquetbol desde temprana edad, nunca los obligó, pero dejó la inquietud. “Tenía alrededor de seis años cuando vinimos por primera vez a la Casa del Deporte. Era un partido de Naval de Talcahuano con la Unión Deportiva Española de Temuco. El ambiente nos gustó mucho. Me acuerdo de que veníamos caminando y mi papá nos dice ‘¿cuánto creen que va a terminar el partido?’, dos a cero o tres a uno recuerdo haber dicho. Mi papá dijo 122 a 110”, contó el escolta, que desde esa tarde se empezó a interiorizar en el deporte que lo acompañaría toda su vida.
Luego, su papá realizó una escuela de básquetbol y Evandro empezó a jugar de manera más regular en su colegio. Su entrenador en el establecimiento educacional también era formador de jugadores en Petrox, por lo que detectó rápidamente sus condiciones y se lo llevó al equipo que ganó la Dimayor en 1988, 1990, 1991 y 1992.
Aunque hincha de la Universidad de Concepción, Arteaga se fue a formar basquetbolísticamente al equipo que, tal como ocurría en el fútbol, tenía mejores series menores en esa época: Huachipato.
Ya en Petrox, uno de sus entrenadores le dijo “entrena tus movimientos a la mayor velocidad que puedas, porque esa va a ser la realidad de juego”, lo que sumado al consejo de su padre, quien siempre le inculcó ser un trabajador del básquetbol, laburar a conciencia aunque nadie lo estuviera mirando, fueron palabras que se quedaron marcadas a fuego en Evandro y sobre las cuales construyó su ética de trabajo, que le permitió retirarse en excelente forma a los 43 años de edad.
Su gran amor deportivo: la Universidad de Concepción
Jugar en el equipo del que uno es hincha es una de las experiencias más gratificantes para alguien que se dedica al deporte. Evandro lo hizo por casi 20 temporadas divididas en dos etapas en la Universidad de Concepción.

Cuando llegó, lo hizo como la gran mayoría de jóvenes que sueñan con jugar al básquetbol de manera profesional: desempeñándose en el equipo universitario. En esos inicios del siglo XX; Cipriano Núñez estaba al mando del Campanil. “En la preparación física, Cipriano nos mandaba a trotar por el cerro, dábamos la vuelta completa y salíamos por Ingeniería Forestal. Fue un trabajo arduo día a día y me fui ganando el espacio paulatinamente”, recordó.
Compatibilizar estudios y la práctica del básquetbol fue complejo. “Nunca me iba a dedicar solo a jugar al básquetbol sin estudiar, mi madre me lo recalcaba siempre y tenía toda la razón. Fue un periodo bastante exigente, en el cual me fui demorando un poco más y también tuve que congelar en varios períodos, ya que empecé a ser seleccionado nacional y las giras eran muy largas”, precisó.
En su primera etapa con el Campanil, que se extendió hasta el año 2015, Evandro Arteaga quedó ad portas del título principal en la Dimayor en tres oportunidades, hasta que en el año 2012, en la última edición del certamen, la pudo ganar y le dio su primer título grande a la UdeC desde 1998.
Época dorada con el Campanil
El año 2015, pese a su deseo, Arteaga dejó la Universidad de Concepción. Jugó en Colo-Colo, ABA Ancud y el CD Colegio Los Leones de Quilpué, todas instituciones de las cuales guarda un grato recuerdo.
Justamente en Quilpué, en el año 2020, lo encontró la pandemia. Contratos terminados, incertidumbre por todos lados. El tiempo no perdona y Evandro ya tenía 38 años. Ese fue el momento en el que su gran amor deportivo, la UdeC, nuevamente apareció en su vida. Cipriano Núñez estaba de vuelta y él conocía perfectamente la dinámica de trabajo de Evandro, pero la decisión no era fácil.
“Cipriano confió en mí, aun teniendo 38 años. Fue dura la vuelta, porque fueron 11 meses sin básquetbol por la pandemia. Yo también me enfoqué totalmente en el tema de la construcción de mi casa. Traté de estar siempre activo físicamente, pero ya era de otra forma, no era lo mismo”, rememoró.

Al tercer mes tomó ritmo y de ahí no paró más. “Quizás ya no eran 35 o 38 minutos, pero eran 20 o 25 de calidad”, contó Evandro Arteaga, quien desde ese momento fue protagonista de le época dorada del básquetbol UdeC, que incluye cuatro LNB, cuatro Supercopas y tres Copas Chile.
Sin duda, el primer título de la LNB fue el más especial. Una vez más lejos de casa, en el Coliseo Antonio Azurmendy de Valdivia. 2-1 ganaba la serie -al mejor de 5 partidos- el Campanil y todo indicaba que se iba a ir a un partido definitivo. Una racha de 13-1 para el local en el último cuarto le dio ventaja de 62-56 en la parte final del partido.
La reacción debía ser inmediata y ahí estuvo Evandro con un triple clave que le permitió a la UdeC volver al partido. En el tiempo extra se consagró la Universidad de Concepción y Evandro Arteaga junto con Diego Silva fueron los máximos anotadores del equipo de básquetbol UdeC. Ahí empezó ese largo camino de títulos -11 desde 2021 hasta el día de hoy- que posicionan al Campanil como el elenco más ganador en la historia del básquetbol chileno.
¿Qué significa la Institución para Evandro Arteaga?
“Yo me siento muy arraigado a la institución… Comencé aquí en la escuela de básquetbol y veía los partidos. Esa era mi posición, ahí al lado de ese de ese pilar (señala al sector de galería en la que actualmente se ubican las cámaras de transmisión) con mi papá y mi hermano. Siempre viajábamos siguiendo al equipo. Tengo algunos álbumes de cuando era chiquitito, con recortes de diarios y toda noticia que salía de la Universidad de Concepción la iba pegando en hojas de oficio. Tengo como tres álbumes así, por ahí los voy a encontrar seguramente en la casa de mis papás. Son una reliquia… es algo realmente lindo haber podido hacer esta carrera aquí, haberla terminado acá con un periodo también tan exitoso. Agradezco a la vida, al básquetbol, a la tremenda institución que es la Universidad de Concepción, por permitir desarrollarme en muchos ámbitos. Estoy terminando un posgrado acá, un MBA. La Institución es algo súper importante en mi vida”, cerró el histórico Evandro Arteaga Fuentes.
En los próximos días se anunciará la fecha de despedida oficial de Evandro Arteaga en la Casa del Deporte, en lo que seguramente será una gran fiesta del baloncesto que contará con la presencia de muchos amigos del histórico jugador de básquetbol UdeC.







