¿Entramos en la era del Antropoceno? El debate científico que estaría a punto de cerrarse
Crédito: Archivo
Desde el año 2000, científicos y científicas a nivel mundial discuten si el impacto de las actividades humanas puede dar paso a una nueva era geológica. Este debate estaría pronto a cerrarse y la evidencia se inclina a considerar que el Antropoceno habría comenzado en la década de 1950.
Cuando Paul Crutzen, premio Nobel de Química, popularizó el término Antropoceno para denominar una nueva era en la que las actividades humanas comenzaron a provocar cambios biológicos y geofísicos a escala mundial, abrió un debate que tiene a la comunidad científica discutiendo hasta el día de hoy si es posible dar por superado el Holoceno, era que ha durado casi 12 mil años.
El término Antropoceno, creado por el biólogo estadounidense Eugene F. Stoermer, designa las repercusiones que tienen en el clima y la biodiversidad la acumulación de gases de efecto invernadero, el consumo de recursos naturales y otros marcadores de actividad humana. Desde las distintas disciplinas existen diversas interpretaciones sobre el término. Desde las ciencias sociales se cuestiona si es la humanidad completa la responsable, o si es el sistema económico de una parte del mundo la que provoca la mayoría de los problemas. Desde las ciencias ambientales, se considera que la evidencia es clara respecto a la influencia humana en la emergencia climática y por lo mismo, el concepto se utiliza para denominar dicha influencia. Desde la geología, en tanto, no existe una confirmación oficial de un cambio de era, que requiere una cantidad de requisitos específicos, pero cada vez hay más consenso de que los cambios producidos en el planeta por la humanidad configuran evidencia suficiente.
Mauricio Espinoza Vargas, académico del Departamento de Ciencias de la Tierra, explicó que, si bien aún no es un concepto formal, “el Antropoceno ha ganado una gran atención y aceptación, tanto así que en la práctica existe una creciente comunidad científica dedicada a esta temática, contando con revistas científicas, así como también grupos y líneas de investigación, tanto en las ciencias naturales como sociales”.
En su área, el investigador señaló que ingresar al Antropoceno como categoría formal es tarea de la Comisión Internacional de Estratigrafía (ICS), que en 2009 creó un grupo especial para analizar las evidencias al respecto. “Este análisis es un proceso largo, cuyas principales dificultades están en definir de manera precisa el momento que marcaría el inicio del Antropoceno, así como establecer un lugar del mundo donde se expresen de mejor forma los cambios en las características físicas y químicas de los sedimentos que marcan una significativa influencia humana”.
Cerca de un acuerdo
El pasado 11 de julio, la comisión hizo un avance relevante, al decidir que los sedimentos del lago Crawford Lake en Canadá revelan con mayor exactitud las evidencias geoquímicas de los ensayos nucleares producidos entre 1950-1954, específicamente el plutonio, elemento radiactivo detectado en distintos ambientes de todo el mundo. “Si esta propuesta es finalmente aceptada por la ICS, este lugar recibiría la categoría de Punto y Estratotipo Global de Límite (GSSP), y se le marcaría físicamente con un ‘clavo de oro’ (golden spike), dando por terminado el Holoceno y abriendo así una nueva época geológica”, explicó Espinoza.
Con esto, también se resolvería en términos geológicos el momento desde el cual comenzó la nueva era, que algunos han querido situar durante la Revolución industrial y otros en el período de la “Gran aceleración” y que se asocia a un cambio dramático en los indicadores a partir de la década de los 50.
Un término para crear conciencia
Para el académico de la Facultad de Ciencias Ambientales, Ricardo Barra Ríos, la denominación Antropoceno tiene implicancias más allá del debate geológico. “Este concepto nos puede ayudar a valorar el impacto de nuestra presencia en la tierra. Nosotros pasamos años estudiando ecosistemas remotos pensando que estaban libres de contaminación y no era así. Creo que el concepto podrá seguir siendo discutido, pero ha sido valioso y útil para abordar la crisis que estamos viviendo hoy”.
“Sabemos que desde los años 50 estamos viviendo la Gran aceleración, y se observan una serie de tendencias, que por un lado han llevado a reducir la pobreza a nivel de todo el planeta, pero por otro llevan a esta crisis climática de emisiones, de gases contaminantes que tenemos que revertir”, explicó Barra.
Uno de los síntomas de la crisis actual es el aumento de la temperatura global, que para el académico es un cambio importante y profundo. “En Chile central, el aumento de la temperatura comparado con los registros históricos de 100 años ha sido de unos 0,9 grados. El acuerdo que firmó Chile es no subir más de 1,5 grados, pero ya con lo que tenemos estamos observando mega incendios, mega sequías y otros fenómenos que no habíamos experimentado”.
Estos cambios acelerados serían, para Barra, un indicador de las transformaciones profundas que la humanidad ha generado sobre el planeta. “Y esa es la gran diferencia con otras eras. Los geólogos están acostumbrados a notar estas transformaciones climáticas en escalas de cientos, o miles de años. La evidencia hoy nos está mostrando que están ocurriendo cambios muy drásticos en escalas que ya no son geológicas, son escalas humanas que se miden en décadas”.
Para Barra, un marcador importante a la hora de discutir el efecto de las actividades humanas es la cantidad de plástico que se encuentra hasta en los lugares más remotos del planeta, así como también el efecto del uso de combustibles fósiles.
Al respecto, señaló que aún es posible transitar hacia formas de desarrollo limpias. “Quizás el llamado sería a no ver la definición del Antropoceno como una cosa fatalista, de pensar que, en el fondo, con esto se acaba la humanidad y se acaba el planeta. Tenemos que pensar en cómo podemos revertirlo y verlo como una oportunidad”.
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