En torno a la internacionalización e interculturalidad post-pandemia
Crédito: Equipo Campaña Jacqueline Sepúlveda Carreño
La internacionalización, en la forma que la hemos conocido, probablemente evolucione a otras formas de intercambio y colaboración académica; esto es, podríamos entrar a una etapa marcada por la experiencia alcanzada en el ejercicio académico on-line, por una parte, y, por otra, por los procesos migratorios que están ocurriendo y continuarán en la etapa post-pandemia.
En el escenario creado por la pandemia por COVID 19, el futuro de la educación superior tendrá un alto componente virtual y un concomitante componente de diversidad cultural. Por tanto, la internacionalización será inevitablemente virtual e intercultural. Así, entre las principales implicaciones en la educación, tanto del factor “on-line” como de los movimientos migratorios, sobresalen (a) el carácter funcional, conveniente y flexible del sistema on-line, en un lenguaje propio de la generación de estudiantes a quienes enseñamos en esta época, y (b) el impacto demográfico y cultural de los flujos migratorios que impone el diálogo entre culturas para facilitar un cambio desde la homogeneidad sociocultural a la heterogeneidad sociocultural. Respecto de lo último, identificar las convergencias culturales y las divergencias facilitará el diálogo comprensivo en los espacios de creciente diversidad cultural. En este sentido, la internacionalización implicará desarrollar competencia intercultural, capacidad de establecer un diálogo horizontal entre culturas, alejándose de las posturas tradicionales en las que, aún reconociendo las diferencias culturales, se tendía a señalar a una cultura como superior a otra.
De acuerdo con lo anterior, un plan de internacionalización cuyos objetivos sean coherentes con el actual contexto debe proponerse:
- Desarrollar e incrementar el capital humano.
- Desarrollar educación para un mundo diverso y globalizado.
- Desarrollar actitudes propicias para la interculturalidad.
- Desarrollar actividades colaborativas (aprovechando los beneficios de internet) tanto para recibir soporte en distintas áreas como para contribuir al desarrollo de instituciones similares.
Desde el punto de vista de la acción, dicho plan comprende:
- Movilidad internacional: movilidad física y virtual de estudiantes, movilidad física y virtual de académicos, movilidad física y virtual de administrativos, Vinculación y voluntariado mediante la asociación con organizaciones internacionales.
- Promoción de la internacionalización: captar un número significativo de estudiantes extranjeros, diseño de estrategia comunicacional (determinar qué información se requiere difundir de la universidad, qué concepto de la Universidad de Concepción se quiere instalar en los potenciales socios extranjeros.
- Establecer una agenda de internacionalización: conferencias con invitados extranjeros, eventos internacionales como el lanzamiento de proyectos con impacto académico, social o regional, crear espacios de interacción entre estudiantes nacionales y extranjeros, promover ferias de internacionalización.
- Impulsar cursos que fomenten el conocimiento de lenguas extranjeras, tanto entre estudiantes, como académicos y administrativos
Seguramente, la internacionalización tradicional seguirá siendo parte de las estrategias de desarrollo de las universidades; pues continuarán programas concebidos para estimular el intercambio académico y estudiantil (becas, acuerdos de colaboración, etc.). Sin embargo, ésta debe recoger la crítica que sostiene que los programas tradicionales de becas favorecen a quienes tienen mejor capital cultural; lo que, de alguna manera, favorece la desigualdad. La posibilidad que brinda la experiencia en la internacionalización, tal como la hemos conocido, y lo aprendido enseñando en modo virtual permitirá lograr una internacionalización menos desigual y que brinde oportunidades para tener una experiencia tanto de internacionalización como de interculturalidad.
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