Crédito: BCLA
Base de nacionalidad chilena y panameña llega a aportar con su talento a un equipo que buscará revalidar la corona en la LNB. Este sábado 8 de enero tendrá su debut a nivel local con la camiseta del Club Deportivo Universidad de Concepción.
Si bien ya debutó con Basket UdeC en la primera ventana de la Basketball Champions League Americas, el chileno-panameño Eugenio Luzcando Bocaz hará su estreno a nivel doméstico con el actual campeón de la Liga Nacional de Básquetbol.
Instalado hace pocos días en la capital del Biobío, Luzcando conversa con Noticias UdeC y repasa su vida en el básquetbol, deporte gracias al cual pudo estudiar becado en Estados Unidos la carrera de Business Management en la Idaho State University.
Su lazo con el baloncesto se empieza a construir mucho antes del 24 de abril de 1995, fecha en que llegó a este mundo en la comuna de Providencia. Elizabeth Bocaz, su madre chilena, fue basquetbolista; al igual que su padre panameño, Eugenio.
Pero la historia es aún más antigua. Su abuelo, Eugenio Yuyín Luzcando, es considerado como el precursor del básquetbol en Panamá, siendo uno de los mejores jugadores de la historia del país centroamericano, teniendo un gimnasio con su nombre en la comuna de Betania. Él se vino a jugar a Chile a mediados del siglo pasado con gran éxito, dirigiendo luego al equipo femenino de Magallanes en los años 1956 y 1957.
También en faceta de entrenador, su abuelo dirigió los destinos de su país natal en los Juegos Olímpicos celebrados en Ciudad de México en 1968. El hijo de Yuyín, Eugenio, que también se dedicó al básquetbol, vino a Chile a la edad de 17 años. Tiempo después conoció a Elizabeth y fruto de esa relación nació el último de la dinastía por el momento: Eugenio Luzcando Bocaz.
Entonces, por ambas partes, parecía que el destino del refuerzo UdeC estaba sellado, pero no fue tan así. “Mi madre siempre me dijo que practicara el deporte que considerara, incluso cuando tenía diez años dejé el básquetbol y me dediqué completamente al tenis, donde fui rankeado nacional. No seguí la carrera en el tenis porque extrañaba mucho el básquetbol. No sabía cómo decirle a mi mamá, porque ella invirtió mucho dinero y mi abuelo materno mucho tiempo en acompañarme; hasta que ella finalmente me preguntó y pude volver al deporte que amaba”, recuerda.
Carrera en el básquetbol
Gracias al baloncesto le dieron una beca y estuvo en el Instituto Alonso de Ercilla, periodo donde participó en la selección nacional de Chile sub-15 y sub-16 y por eso se pudo destacar en el Sudamericano y se le abrió la posibilidad de ir seis meses a Estados Unidos, entrenando en varias escuelas esperando que alguna lo becara. “Gracias a Dios me becó una escuela llamada Wasatch Academy, estado de Utah, rankeada nacional en EE.UU. hasta el día de hoy, cursando allá lo correspondiente a tercero y cuarto medio”, detalla.
Luzcando ante Boca Juniors / BCLA
Una vez concluida esa etapa vino la temporada de verano, donde se juegan torneos y ahí lo vieron emisarios de Idaho State University y nuevamente recibió una beca, pudiendo estudiar los cuatro años, titulándose como administrador de empresas. Jugando, rompió varios récords: el que más robó el balón en la historia de la su universidad, anotó más de 1000 puntos en sus cuatro años, entre otros.
Luego, “un compañero de Panamá que jugó en Italia muchos años me puso en contacto con su agente de ese tiempo y firmé con él, teniendo la esperanza de irme allá, pero no se dio. Volví a Panamá a jugar la liga y por la selección, disputando una ventana contra Argentina y Paraguay”, donde recuerda que en el primer rival estaban jugadores como Scola, Campazzo y Laprovittola, sin duda una gran experiencia.
A continuación, y luego de salir campeón panameño con Universitarios, estuvo cinco meses en Argentina con Weber Bahía. “Perdimos en playoffs y después me contactó Puerto Varas, firmé con ellos y vine a Chile por primera vez como profesional”, señala. Después recaló en los Leones de Quilpué, cuya experiencia reconoce como muy bonita y enriquecedora. “Crecí mucho como jugador, tuvimos varios altibajos, pero pudimos despegar como equipo y acoplarnos bien, así que cada uno entendió su rol y pudimos llegar bien lejos, cosa que mucha gente no creía, ya que no nos tenían fe ni para llegar a playoffs”, expresa.
Sobre su llegada a la UdeC, el base de 26 años comenta: “Vengo con la mejor disposición posible en tratar de que el equipo mejore, no voy a venir a tirar 40 tiros o a manejar la pelota 40 minutos como muchas veces lo hice con Leones, porque allá se me necesitaba de esa forma; acá tengo compañeros de muy alto nivel en Chile, entonces puedo confiar mucho en ellos. Otra de las razones por las que vengo es para revalidar el título, quiero añadir una copa más a las vitrinas de la UdeC”, cierra.
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