El liderazgo de la UdeC debe respetar a las personas que la integran y reforzar el compromiso social
Crédito: Equipo Campaña Jorge Fuentealba Arcos
El candidato a Rector, Jorge Fuentealba Arcos, plantea una gestión fundada en el “gobierno abierto” que permita a la UdeC dar un salto al futuro de la mano de la comunidad universitaria y que refuerce los vínculos de confianza con la sociedad.
¿Por qué quiere liderar la Rectoría de la UdeC durante el período 2022-2026?
Para liderar una institución que genere un cambio que acerque la administración a las personas, que las escuche e integre en la toma de decisiones. Por ejemplo, no queremos que nunca más se intente imponer medidas por decreto sin discusión previa o copiar documentos de otras universidades de excelencia, cuyo gobierno universitario y financiamiento son muy diferentes a nuestra universidad. El liderazgo que proponemos pondrá los énfasis en el respeto del “desarrollo libre del espíritu”, que hoy se ve amenazado por acciones como el Código de Ética de la Corporación UdeC, recientemente aprobado por el Directorio de la Corporación, sin discusión ni opinión de las Facultades a través del Consejo Académico ni por trabajadoras y trabajadores, a quienes se les aplica, y que viene a modificar en los hechos, unilateralmente, nuestros contratos de trabajo. Como hemos planteado, el Gobierno Abierto será la base de nuestra gestión, que vele por la transparencia, que promueva la participación y colaboración.
¿Qué significa eso concretamente?
Significa que las personas sepan y entiendan cuál es el diagnóstico para tomar una decisión, cómo se toma, quién la toma y para qué la tomamos. Por ejemplo, se decidió no continuar con un proyecto emblemático de la UdeC, el PACYT, que contaba con un financiamiento estatal inédito para la región de 12.000 millones de pesos y que cumplía con todas las exigencias establecidas en la época, incluida la ambiental, no sabemos por qué no continúa, tampoco se nos consultó si la comunidad estaba dispuesta a solucionar los problemas que se presentaban y así darle viabilidad al proyecto. En nuestra universidad tenemos las capacidades para resolver las barreras que suponía la implementación del proyecto, por lo tanto, no entiendo por qué la administración actual decidió desechar el proyecto pensado y diseñado por científicos UdeC por casi una década. Esta decisión confronta a consejeros regionales y la autoridad máxima de nuestra universidad. Esto es una clara señal de falta de liderazgo institucional, de visión estratégica y de real preocupación por los intereses de la universidad, de la región y del país dejando escapar el “Silicon Valley” de Chile.
¿Qué propone para aumentar la participación de la comunidad universitaria en la toma de decisiones?
Estamos trabajando en un plan para implementar a la brevedad las acciones para una universidad abierta, por ejemplo, durante los primeros meses de mandato, se convocará a la comunidad universitaria a constituir la Comisión Universidad Abierta (CUA), con participación de los diferentes estamentos que la componen, cuyos objetivos estarán orientados a determinar el tipo de información disponible, su actualización y el público objetivo al que va dirigida, proponer mecanismos para aumentar la participación en la discusión de temas de interés universitario y en los procesos de toma de decisiones, entre otros.
En estos tiempos de pandemia ¿cómo debe manifestarse el liderazgo de los científicos y las científicas y de una universidad como la nuestra?
La pandemia ha puesto de frente las necesidades urgentes de la sociedad con la misión del deber ser y el deber hacer en ciencia; estamos viendo la confianza depositada en el mundo científico para que aporte soluciones a las urgentes necesidades biomédicas de la sociedad. En ese sentido, nuestra universidad debe mantener y reforzar los vínculos entre ciencia y sociedad que se han cultivado en base a confianzas, esperanzas y soluciones, donde la academia ha generado conocimiento e innovación para aportar soluciones a las problemáticas sociales. Entonces, la responsabilidad ética del mundo científico, y de la academia como garante de ese quehacer, es no generar falsas expectativas sobre los temas sensibles que afectan a la comunidad, y se debe cumplir, con sentar las bases y disponer de toda la evidencia posible que ayude a demostrar con contundencia metodológica, estadística y procedimental, aquellas verdades científicas que construirán el nuevo conocimiento y que le darán a la sociedad anheladas soluciones, como por ejemplo, las vacunas. Hemos demostrado que son seguras y representan una efectiva herramienta para combatir esta pandemia. Ante esto, debemos cuidar de no dar noticias rimbombantes que hipotecan el prestigio de instituciones, disciplinas y ponen en tela de juicio el rigor científico; fallar a eso es traicionar a la sociedad, afectar la credibilidad de las instituciones y desacreditar el trabajo científico y académico. Destruir esas confianzas es tan fácil como anunciar soluciones para los canceres, cura para todas las variantes del COVID o aprobar un medicamento para el Alzheimer de cuestionable eficacia y costo inalcanzable.
¿Cómo ha trabajado para contribuir a disminuir la incertidumbre en la sociedad?
Trabajo en el Centro de Biomedicina UdeC, donde realizamos estudios de bioequivalencia, certificados por el Instituto de Salud Pública, con participación de un equipo calificado y metodologías de calidad que nos han permitido situar a la UdeC como pionera en el desarrollo de estudios clínicos de bioequivalencia, llevamos 11 años de labor y formación científica que nos ha permitido poner el conocimiento al servicio del país en la evaluación y aprobación de las vacunas que hoy nos han ayudado a reducir los riesgos en esta pandemia. Podemos decir, con certeza, que en esta pandemia hemos trabajado arduamente para aplacar las incertidumbres de la sociedad, desde nuestro trabajo científico serio, riguroso y comprometido con las necesidades de nuestro país.
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