Crédito: Archivo
En nuestro país, se hace necesario intencionar y buscar estrategias para la atención de mujeres que presentan factores de riesgos para el CaCu.
En Chile el cáncer cervicouterino (CaCu) es una enfermedad con alta relevancia en términos de la morbilidad y mortalidad que provoca en las mujeres. Aun cuando en los últimos años ha disminuido la mortalidad, es necesario realizar las pesquisas tempranas. Con el fin de establecer acciones de concientización, educación y entregar información relevante para evitar este tipo de cáncer es que cada 26 de marzo se conmemora el Día Mundial de la Prevención de Cáncer de Cuello Uterino.
El papanicolaou (PAP) ha sido fundamental para el diagnóstico precoz de esta enfermedad en Chile y el mundo. Se ha agregado la toma del test para identificar la presencia del Virus del Papiloma Humano (VPH), el cual se toma en algunos lugares esperando aumentar la pesquisa, pues ciertas cepas de este virus favorecen el desarrollo del CaCu.
En marzo 2020, se declaró en el mundo la pandemia producida por el SARS-CoV-2, que obligó a la adopción de medidas restrictivas en cuanto a la movilización y a los confinamientos y a la reorganización de los equipos de salud para disminuir contagios en la atención y para enfrentar el aumento de demanda por Covid-19. En este contexto, muchas atenciones de salud de control han sido desplazadas o suspendidas, lo cual pudiera ser comprensible. Más aún, con el correr de los meses y la continuidad del llamado a quedarse en casa muchas mujeres han postergado la realización de ciertos exámenes, entre ellos el PAP. También se ha observado la responsabilidad de múltiples roles en el hogar, el teletrabajo, apoyo a hijos/as e incluso cuidado de adultos mayores, se suman a las razones para no realizarse el PAP.
A mediados del año 2020 la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó encuesta que evidenció que los servicios de prevención y tratamiento de las enfermedades no contagiosas se han interrumpido desde el inicio de la pandemia de COVID-19, entre ellos la prevención y pesquisa del cáncer ginecológico. En julio del año 2020 el Colegio Médico de Chile entregó información referida a una baja en la toma de 216.972 PAP menos respecto al año anterior. En base a esto, se pudo estimar que habían 2.200 mujeres sin ser pesquisadas ni tratadas. Luego esta Orden gremial en conjunto con el Colegio de Matronas y Matrones de Chile abordan esta preocupación, evidenciando incluso que habían algunas localidades con muy pocos PAP. Esta situación no solo se ha dado en nuestro país, lo que significó que la OMS emitiera recomendaciones para no dejar de lado las atenciones esenciales en al ámbito de la salud sexual y reproductiva, entre ellas la toma de PAP y mamografías.
Se han reportado experiencias de varias ciudades latinoamericanas que han implementado estrategias para ir a recuperar el PAP. En nuestro país, se hace necesario intencionar y buscar estrategias para la atención de mujeres que presentan factores de riesgos para el CaCu.
En este Día Mundial de la Prevención de Cáncer de Cuello Uterino es fundamental hacer un llamado a que los lineamientos estratégicos también consideren las atenciones de pesquisa para cánceres ginecológicos, más aún cuando hemos vivenciado una pandemia más larga de lo previsto.
Columnista(s)
Alejandra Ceballos Morales
Matrona especialista en Ginecología
Departamento de Obstetricia y Puericultura
Facultad de Medicina Universidad de Concepción
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