Crédito: Astronomía UdeC
Sin duda, la ciencia astronómica seguirá aportando al mundo y mucho a nuestro país, tanto a nivel de descubrimientos e innovación, como laboral y económico.
Del Océano Pacífico a una imponente cordillera de Los Andes y desde el desierto más árido del mundo hasta la tundra, pasando por hermosos paisajes naturales que no tienen nada que envidiarle a postales europeas. Sin duda, una ubicación privilegiada geográficamente, pero además, nuestra diversidad natural está acompañada de los mejores cielos para hacer astronomía. El norte de Chile se encuentra siempre dentro de los top 3 mejores lugares en el mundo para la observación de los astros, por sus cielos despejados, baja humedad y una atmósfera poco turbulenta. Es por esto que grandes personalidades han señalado a Chile como una excelente ventana al universo.
Seguramente ya has escuchado esto millones de veces, pues aquí te cuento lo que significa para ti, una persona trabajadora y no ligada directamente a la ciencia astronómica, cómo te beneficia sin que tú lo notes (o a tu entorno) y cómo el mundo ha escuchado el nombre de nuestro país en más de una ocasión.
La primera foto de un agujero negro y un inusual eclipse de sol marcaron la agenda astronómica del 2019 y el nombre de Chile se escuchaba nuevamente, pues cada año son decenas los descubrimientos que se hacen en territorio nacional. Este año, otro eclipse de sol se cruzará en nuestro camino y nuevamente seremos trending topic mundial. Son incalculables las publicaciones científicas y periódicos en los que se cita un telescopio ubicado en Chile y en el cual se hizo algún hallazgo. La fama de nuestro país sube como la espuma y esto no termina aquí, ya que en la próxima década Chile contará con el 70% de la capacidad de observación de todo el planeta. Sin embargo, para saciar esta gran demanda de infraestructura es necesario contar con recursos humanos especializados, no solo de gente con títulos universitarios, necesitamos la ayuda de una gran cantidad de personas que trabajen en un amplio abanico de profesiones, pues los telescopios no se mantienen solos y la información tampoco viaja sola, siempre hay alguien detrás.
Necesitamos ingenieros, físicos, astrónomos, informáticos que trabajen en los datos obtenidos por estos telescopios, pero estos deben ser manejados/monitoreados por operadores de telescopios, por lo que una ayuda extra de técnicos no viene mal. Los observatorios casi siempre están ubicados en zonas de difícil acceso, a mucha altura y lejos de la ciudad, por lo que también es necesario contar con contratistas que hagan los caminos adecuados para autos/camiones y choferes que puedan llevar a estos trabajadores. Ahora bien, debido al esfuerzo empleado y las horas gastadas en el viaje, es necesario contar con un lugar que pueda albergar a toda esta gente por el tiempo que necesiten, y no dejaremos que mueran de hambre, ¿o si?, por lo que cocineros y personas que hagan mantenimiento al lugar son imprescindibles. También son importantes los periodistas y divulgadores que actúen como el canal que conecte a la ciencia con las personas de todas partes, haciendo que el lenguaje, a veces muy técnico de la ciencia, lo pueda entender cualquiera. Por otro lado, áreas como el turismo y la fotografía también se han ido desarrollando cada vez y con más fuerza en estos últimos años mostrando y explicando lo que hacen los telescopios a nacionales y extranjeros.
Por lo que los observatorios que llegaron, y los que vendrán, además de innovación tecnológica traen puestos de trabajo variados, y algunos de ellos desarrollo social en las comunidades donde se implementan, también logran alianzas con las universidades del país, haciendo que investigadores chilenos esten más conectados con científicos extranjeros, mejorando la conexión entre profesionales de todo el mundo, facilitando tiempos de observación a astrónomos de todo el globo y poder así continuar haciendo ciencia.
Cada telescopio nuevo que se construye en nuestro país trae consigo más proyectos en los que trabajar, esto es más personas que contratar y se traduce en mayor movimiento económico y en una buena entrada de dinero para Chile, por ende en una transformación favorable de las condiciones de vida de las personas y del entorno.
Sin duda, la ciencia astronómica seguirá aportando al mundo y mucho a nuestro país, tanto a nivel de descubrimientos e innovación como laboral y económico. Es tarea de todos sacarle el máximo provecho posible. La astronomía está para quedarse, y traer personal capacitado del extranjero es siempre un gran aporte, pero también debemos generarlo nosotros mismos y seguir contribuyendo a la nación y al mundo entero.
Columnista(s)
Katherine Henríquez Brocal
Licenciada en Astronomía
Estudiante del Magíster en Astronomía
Universidad de Concepción
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