Diabetes en Chile: el desafío de contrarrestar su avance
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Noviembre es el mes de la concientización de esta enfermedad crónica, que ya afecta a 12 de cada 100 personas en nuestro país. Profesionales y docentes UdeC entregan recomendaciones para evitar, tratar y aprender a vivir con diabetes.
Cuando comemos, nuestras células toman la glucosa que llega a nuestro cuerpo por los alimentos y la “convierten” en energía. Para que ese proceso se realice correctamente, las células cuentan con la ayuda de la insulina, producida por nuestro páncreas.
Puede que esto no se desarrolle de la manera adecuada debido a la diabetes, enfermedad crónica que provoca una hiperglicemia sostenida, lo que va generando daño en el sistema cardiovascular de las personas, en distintos órganos. Se diferencian cuatro tipos principales de diabetes:
- Diabetes tipo 1: es más frecuente en niños y adolescentes. Ocurre cuando el sistema inmune ataca a las células del páncreas, evitando que se produzca insulina. En este caso, la persona diagnosticada deberá inyectarse insulina por el resto de su vida.
- Diabetes tipo 2: aparece en jóvenes de mediana edad y adultos, fomentada mayoritariamente por la obesidad, falta de actividad física y malnutrición. En este caso, la insulina que produce el cuerpo es insuficiente, lo que mantiene la glucosa en índices más altos de lo adecuado.
- Diabetes gestacional: ocurre en embarazadas, pudiendo terminar cuando el bebé nace. Generalmente trae complicaciones de salud a la madre y al hijo o hija, que suelen tener mayor tamaño y peso que los bebés de madres no diabéticas. Al tener este diagnóstico, aumentan las probabilidades de tener diabetes tipo 2 más adelante.
- Diabetes tipo 4 (ex 3): atípica o secundaria. Aparece con muchas enfermedades que, cuando están presentes, pueden llevar al paciente a tener diabetes. Eso incluye enfermedades genéticas, monogénicas, mitocondriales, endocrinológicas, entre otras.
Yerictza Roa (30) tenía 18 años cuando “debutó”. Esa es la palabra que utiliza la enfermera para referirse a su diagnóstico de diabetes tipo 1, que la tuvo en la UTI del Hospital de su natal Puerto Montt. “Fue difícil. En ese tiempo no había muchas cosas que fueran sin azúcar, eran súper limitadas. Yo no conocía a nadie diabético, en mi familia no había nadie, así que tuve que aprender”, cuenta.
Un mes antes de que estuviera hospitalizada y le dieran el diagnóstico, Yerictza empezó a bajar de peso, tenía sed constante e iba mucho al baño. Fuera de eso, nada le hizo sospechar.
Como explica el Dr. Patricio Salman, quien es profesor asociado de la Facultad de Medicina UdeC, la glicemia en ayunas mayor o igual a 126 en dos oportunidades ya es diabetes, pero “uno de cada dos diabéticos no sabe que lo es. Una persona puede andar con 130, 140, 150 de glicemia, ser diabético y no tener síntomas”.
Diabetes tipo 2: complejo panorama
“Esta es una enfermedad bastante prevalente en el mundo”, cuenta Carolina Ochoa, profesional del Centro de Vida Saludable UdeC y Doctora en Epidemiología. “Según la OMS (Organización Mundial de la Salud) alcanza alrededor al 11,5% de los adultos”.
La Dra. Ochoa investigó factores epigenéticos que modifican el riesgo de padecer diabetes tipo 2. Son mecanismos para explicar la interacción entre los factores del entorno y los genéticos (que explican alrededor del 15 al 20% de la heredabilidad de esta enfermedad). “En factores genéticos se encuentra la etnia. Se han estudiado distintas poblaciones: la hispánica latinoamericana, tenemos mayor riesgo de desarrollar diabetes mellitus tipo 2, en comparación a los caucásicos, por ejemplo”, detalla.
Si bien podríamos tener una disposición genética a la diabetes en caso de que nuestros padres la hayan tenido, también nosotros podemos combatirla a través de nuestros estilos de vida, apunta Ochoa. Mientras más cercano el parentesco, más es el riesgo, pero es importante recalcar que tener esos antecedentes no significa con seguridad que se vaya a desarrollar la enfermedad. “El gatillante es el factor ambiental, o sea la obesidad, la mala alimentación y el sedentarismo; esos son los tres principales”, declara el Dr. Salman.
Según la última Encuesta Nacional de Salud, el 86,7% de la población chilena sobre 15 años es sedentaria, es decir no practica actividad física extralaboral o extraacadémica. Si lo separamos por sexo, se refiere al 90% de las mujeres y el 83% de los hombres. El 73% de los jóvenes entre 15 y 19 años es sedentario. El panorama empeora si a eso le sumamos que “en 2010 dos de cada tres chilenos eran obesos. Hoy es tres de cada cuatro. El 39,8% de la población chilena tiene sobrepreso, el 31,2% es obeso y el 3,2% es obeso mórbido. Si sumo todo eso, el 74% de la población chilena tiene sobrepeso u obesidad. Entre esos números y el sedentarismo, creo que tenemos un panorama complejo”, revela el Dr. Salman.
Otro gran protagonista en la mala salud chilena, fuertemente unido a la obesidad y la diabetes, es el síndrome metabólico. La Dra. Natalia Ulloa, directora del Centro de Vida Saludable UdeC, indica que “lo que se estima es que para que un sujeto tenga síndrome metabólico tiene que tener obesidad central. Es decir, un perímetro de cintura mayor a 80 en mujeres y a 90 en hombres. Junto a eso puede coexistir resistencia a la insulina, que se mide por elevación de glucosa, presión elevada sobre 130 con 85, dislipidemia o aumento de los triglicéridos 150 mg por decilitro o tener reducción del ‘colesterol bueno’ (HDL)”.
Si lo vemos de acuerdo al grupo etario, “hoy más del 30% de los chilenos mayores de 65 años son diabéticos, es decir, a mayor edad hay mayor diabetes en Chile” explica el Dr. Carlos Grant, director del Servicio de Salud Concepción y docente UdeC. “La edad y la obesidad afectan de forma directa e indirecta los mecanismos por los cuales se desarrolla la diabetes. Uno de esos mecanismos se llama resistencia a la insulina y, por otro lado, agotamiento de la célula Beta que produce insulina. Por tanto, la edad, por diversas razones, afecta en los dos mecanismos patogénicos por los que se desarrolla la diabetes.
Con la edad no podemos intervenir, es un factor no modificable, pero si podemos intervenir en cambios de estilo de vida, el sedentarismo, la obesidad, el tabaquismo y evidentemente los malos hábitos de alimentación”, apuntó.
Grant advierte que “hoy estamos con esta enfermedad que tiene una morbilidad, no solamente mortalidad, que hace que constituya la primera causa de ceguera en el mundo, primera causa de amputación no traumática, y una de las principales causas de enfermedad cardiovascular como el infarto por miocardio como accidente cerebrovascular. Estos datos son bastante preocupantes”.
Si cumplimos con estos criterios o sospechamos de tener esta enfermedad, podemos realizar los exámenes de pesquisa precoz. “La determinación de una glicemia que está garantizada para todos los chilenos se la hagan una vez al año a través del examen de medicina preventiva (EMPA)”, aclara el Dr. Grant. Los síntomas para quienes puedan tener diabetes tipo 2 son los mismos que para la 1: mucha sed, orinar frecuentemente, bajar de peso conservando el apetito y tener visión borrosa son los principales. Las manchas oscuras (acantosis nigricans) en el cuello y otros pliegues de la piel también son un llamado de atención.
#Diabetes is a major cause of blindness, kidney failure, heart attacks, stroke and lower limb amputation.#WorldDiabetesDay
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— World Health Organization (WHO) (@WHO) November 14, 2020
Me diagnosticaron diabetes, ¿ahora qué?
“No hay que tener miedo. La diabetes puede tener un buen manejo y un buen tratamiento, y la persona tener una buena calidad de vida”, explica el Dr. Patricio Salman. Eso sí, advierte que no existen fórmulas mágicas: “Más allá de un fármaco que yo pueda darles, yo trato de explicarles que el paciente diabético y los que están en riesgo (resistentes a la insulina u obesos que todavía no tienen ninguna glicemia alterada) tienen que estar empoderados de su tratamiento y porvenir. Esto es más allá de una pastilla: si quiere tener resultados tiene que hacer esfuerzos”.
Hay una serie de cuidados básicos que todos los profesionales consultados mencionaron, siempre teniendo en cuenta que cada paciente es distinto y es necesaria su evaluación por un equipo multidisciplinario.
Mejorar la alimentación
Además de la obvia eliminación del azúcar directo de la dieta del diabético, “la principal recomendación es consumir cereales integrales (arroz, tallarines, pan, entre otros), porque el mayor aporte de fibra va a hacer que disminuya la entrega de azúcar, es decir que la absorción sea más lenta. Entonces, vamos a hacer que el aporte de fibra nos ayude a que esos carbohidratos no alteren la glicemia”, explica la nutricionista del Centro de Vida Saludable UdeC Fernanda Carrasco.
Otro grupo importante en la alimentación del diabético es el consumo de frutas. “Es un alimento súper sano que deberíamos consumir en todos los grupos etarios y con mayor razón las personas con diabetes porque las frutas y las verduras contienen vitaminas y minerales que en general nos van a aportar gran porcentaje de lo que necesitamos para el día”, aconseja Carrasco. La fruta igual contiene fibra, así que una recomendación importante es no consumirla en jugo o molida, ya que eso disminuye su aporte. Deberíamos comerla entera, idealmente con cáscara y en las porciones que corresponden.
Para finalizar, la nutricionista recomienda que “no coman tarde, porque en las noches nosotros somos más ineficientes para digerir nutrientes. Al otro día amanecen con mucha hambre y es porque tienen hipoglicemia en la mañana” y “disminuir la mayor cantidad de carbohidratos simples, que son el azúcar, la mermelada, la miel, el manjar, entre otros”.
Realizar actividad física
Katherine Rozas, profesora de Educación Física del Centro de Vida Saludable UdeC, subraya que “el ejercicio físico se considera uno de los pilares fundamentales en el control de la diabetes, ya que es un complemento a la terapia de medicamentos orales”. En los diabéticos la glucosa en la sangre está en niveles muy elevados, pero a través del estímulo por la contracción muscular y la demanda de energía de las células cuando hacemos ejercicio, se logra que “se abran más canales e ingrese más glucosa a la célula. La insulina hace la misma acción, pero el ejercicio a través de la contracción muscular ayuda. En conjunto hacen que la glicemia baje y se restablezcan los valores. Por otra parte, permite disminuir el peso, lo que favorece para tener un mejor control metabólico”.
Sobre qué ejercicios hacer, la profesional recuerda que “el cuerpo tiene distintas formas de reaccionar ante ellos, así que la recomendación va a ser de acuerdo a cada persona. Debe ser individualizado independiente de la patología”. Rozas, quien también es parte del equipo de la Corporación de Ayuda al Niño y Adolescente Diabético (CANAD), explica que “lo recomendado es tomar la glicemia al iniciar el ejercicio, a los 15 o 20 minutos volver a tomarla y si bajó mucho se come una colación de 15 o 20 hidratos de carbono. Si la glicemia sigue estable, se sigue entrenando y a los 15 o 20 minutos volvemos a medir. Si la glicemia sube sobre 250 hay que poner insulina en caso de los insulinodependientes y en quienes tomen metformina hay que suspender la actividad”.
En el Día Mundial de la #Diabetes te invitamos a llevar una vida saludable, con buenos hábitos alimenticios y realizando actividades físicas. Recuerda retomar tus controles que muchos fueron aplazados debido a la pandemia. La prevención es fundamental para evitar esta enfermedad. pic.twitter.com/h1owGe1jG9
— Colmed Chile (@colmedchile) November 14, 2020
Apoyo psicológico para el enfermo y su entorno
“El recibir diagnóstico de diabetes, tipo 1 o 2, suele ser impactante”, afirma la psicóloga del Centro de Vida Saludable UdeC Marcia Stuardo. A los pacientes con diabetes tipo 2 “les cuesta un poco cambiar hábitos que tienen arraigados durante toda su vida, entonces el apoyo psicológico les permite tomar consciencia para manejar toda esta angustia y ansiedad”, explica. No sólo es necesario hacer un cambio con el diagnóstico, es importante “que se mantengan estos hábitos durante el tiempo, porque pueden estar muy bien al principio, pero después igual tendrán recaídas”.
“En la diabetes tipo 1, que se da más en niños y adolescentes, viven el periodo (de diagnóstico) como si fuera un duelo, entonces es súper fuerte para los padres saber que sus niños, al año o 3 meses, tienen una condición que los va a acompañar toda su vida”, afirma la profesional que también es parte de la CANAD. El niño tiene que entender “que siempre tiene que seguir un tratamiento, que implica insulino terapia, control de carbohidratos y muchas otras cosas. Que logren aceptar que no se van a mejorar y transitar de la mejor manera”.
Otro punto importante para los adolescentes es ver la forma adecuada de abordar esta nueva vida, donde “tengo que decirles a mis amigos y tienen que entender lo que tengo para que me puedan ayudar. Ahí pueden sentir que se le está limitando a hacer ciertas cosas y para eso está el apoyo psicológico. También para prevenir depresión, ansiedad u otras patologías que puedan ir a la base, incluyendo la bulimia”, complementa Stuardo.
El Centro de Vida Saludale UdeC ofrece dentro de sus servicios la guía multidisciplinaria de médico, nutricionista, psicóloga, profesores de educación física, entre otras áreas. El trabajo que partiera alrededor de 2007 como la ‘Estrategia Contra la Obesidad UdeC (ECO UdeC)’, busca promover la salud y prevenir la obesidad, comenta la directora del CVS, Dra. Natalia Ulloa.
Los desafíos futuros en el país
“Si eres capaz de bajar de peso, hacer ejercicio tres veces por semana por entre 30 y 60 minutos, puedes reducir en cerca de un 60% el riesgo de desarrollar diabetes. Si tengo 130 de glicemia probablemente no necesite medicamentos y puedo volver a una normalidad si bajo un 10% de mi sobrepeso, me alimento bien y hago ejercicios”, afirma el Dr. Grant. “Hay que enfocarse en estilos de vida que promuevan la salud y prevengan la obesidad, porque más allá del tema estético, son alteraciones metabólicas”, complementa la Dra. Ulloa del Centro de Vida Saludable UdeC.
#LaComunidadDelContenido | En medio de la emergencia sanitaria los pacientes con diabetes presentan un 21,8% con mortalidad, tras agravarse su condición por coronavirus covid-19
https://t.co/lVIlsuXWhR— TVU (@TVU_television) November 12, 2020
Para el Dr. Salman, uno de los fundadores de la Sociedad Chilena de Diabetología (SOCHIDIAB), “tiene que haber políticas públicas que favorezcan el estilo de vida saludable en los niños y en las niñas. Si no parte por la casa, cuesta mucho avanzar en ese sentido. Me refiero a los pésimos niveles de alimentación saludable que están adquiriendo los niños en la actualidad, con todo tipo de alimentación industrializada, alimentos ultraprocesados y muy calóricos”. Para el endocrinólogo, esto no se trata de un picoteo de vez en cuando, como las celebraciones de cumpleaños. “Me refiero a que hay una habitualidad y normalización de una manera viciosa de relacionarnos con la comida. Ahora los niños y niñas comen comida ultraprocesada muy frecuentemente en el colegio, como colación, como premio”.
“En 2018, un 35% de los niños menores de seis años cuenta con sobrepeso u obesidad”, informa la web del Ministerio de Salud. Si nosotros, los adultos, no predicamos con el ejemplo, los niños repiten nuestras conductas, explica el médico, agregando que el gran desafío es tratar que niños y niñas se alimenten mejor y realicen más actividad física. “Esta es la única manera de revertir esta situación negativa que tenemos”.
También declara insuficientes los niveles de Educación Física que existen en los colegios. “La Sociedad Chilena de Endocrinología y Diabétes (SOCHED, a la que también pertenece) generó una declaración de que estábamos en contra del retiro de la obligatoriedad de Educación Física en tercero y cuarto medio”, pues esto disminuye la cantidad de ejercicio “obligatorio” que podría realizar ese 73% de los jóvenes entre 15 y 19 años que es sedentario.
La Ley de Etiquetado de Alimentos (2016) ha sido un aporte que destacan los profesionales. “Si bien todo es perfectible, creo que ha sido un avance en ilustrarle de forma sencilla a las familias que tengan más cuidado con cierto tipo de alimentación”, opina el Dr. Salman, docente de la Facultad de Medicina UdeC.
En Chile, a diferencia de otros países de Latinoamérica, existe un programa nacional para prevenir y tratar esta enfermedad. En el sistema público “hay cobertura para el 100% de los diabéticos”, afirma el Dr. Grant. Incluye “atención con el médico, con el equipo de salud y además tenemos garantizado el tratamiento farmacológico. Tenemos que compartir la responsabilidad con nuestros usuarios: ellos tienen que entender que la enfermedad no se mejora por tomarse una pastilla, sino que el tratamiento es integral y que es fundamental cuidar la dieta, los pies, cuidar y controlar la presión arterial. Todo eso con el foco central en los cambios de estilos de vida, donde es fundamental disminuir el sobrepeso y obesidad”, precisó.
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