Crédito: Archivo
La inauguración del observatorio «Desde la Roca al Cielo» de la Escuela Bello Horizonte en Lota marcó un hito emocionante para la comunidad local. Este observatorio, dedicado a observar el Sol, busca no solo fomentar el interés por la astronomía entre los estudiantes, sino también ofrecerles la oportunidad de realizar observaciones directas y contribuir al estudio del ciclo magnético solar.
Hace poco asistí a la inauguración del observatorio “Desde la Roca al Cielo” de la Escuela Bello Horizonte, en Lota. La gente presente estaba entusiasmada por lo que, probablemente, es uno de los pocos observatorios ubicados en una escuela municipal en Chile, el cual estará dedicado a observar el Sol.
La idea, según uno de los profesores a cargo, es que después de repetidas observaciones, los alumnos puedan llevarse un «diagrama de mariposa» el día de su graduación, realizado por ellos mismos. Esta muestra la migración latitudinal de manchas en la superficie solar, ilustrando su ciclo magnético durante los años de paso por la escuela.
Lejos de lo que se puede pensar, el Sol bulle de actividad, la que se puede observar a distintos niveles de profundidad. En esto, el satélite Observatorio Dinámico Solar (ODS), de 4.5 metros de alto y 3.100 kgs de peso, captura imágenes y videos en diferentes longitudes de onda, permitiendo estudiar a distintas profundidades sus capas y regiones.
Los videos están en YouTube y muestran la ebullición en que se encuentra el plasma solar, provocando algo análogo a los terremotos. Cada 20 minutos, las celdas de plasma de más de mil kilómetros de ancho, mutan ante nuestros ojos. Algunas de las imágenes muestran la enorme y ardiente corona solar, región activa de millones de grados Celsius que solo podemos observar a ojo desnudo en raras ocasiones, como un eclipse total. Una maravillosa experiencia es ver cómo, desde los más fríos agujeros coronales, emergen chorros de plasma cargados eléctricamente, que conforman el llamado viento solar y eventualmente llegan a la tierra produciendo las auroras boreales al interactuar con el campo magnético terrestre.
Los estudiantes de Bello Horizonte, al escudriñar la superficie solar e inspirarse en las imágenes y videos del ODS, podrán trazar el ciclo magnético y vislumbrar parte de la actividad solar. Adquirirán así, un recuerdo para toda su vida, cimentando su interés por la ciencia y el universo. Tener un observatorio es una proeza para aquellos profesores entusiastas que se volcaron a una educación más allá de las fronteras clásicas del sistema. Esto también es un aliciente para explorar mecanismos de reactivación educativa, destinados a mejorar los índices internacionales como los de la prueba PISA que muestran claramente las falencias de nuestro país en relación a otros países OCDE. Los números muestran que Chile se ha estancado en el puntaje de Ciencia en los últimos 16 años.
Columnista
Dr. Ronald Mennickent Cid
Director de Investigación y Creación Artística UdeC e investigador CATA
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